La pandemia refuerza la inversión responsable
Los activos con criterios sostenibles se están comportando mejor en este escenario
Los expertos afirman que esta crisis ha mejorado las expectativas sobre la inversión socialmente responsable.
La convulsión que ha provocado la pandemia de coronavirus en los mercados no solo ha dado el impulso definitivo a la inversión sostenible, sino que ha permitido testearla en situaciones de extremo estrés obteniendo muy buenos resultados.
Así, la inversión con criterios de sostenibilidad se ha mostrado mucho más resiliente en estos momentos que la inversión tradicional. Un claro ejemplo es el MSCI World SRI Select Reduce Fossil Fuels Index, que ha tenido mejor comportamiento que su matriz, el MSCI World desde el pasado 24 de febrero, fecha en la que se empezaron a producir las primeras caídas motivadas por el temor a una recesión por el Covid-19.
Atendiendo a los datos, el índice sostenible ha tenido mejores resultados que el principal en tres aspectos. Para empezar, las minusvalías registradas fueron menores. Por otro lado, también se anota mejores resultados en términos de caída máxima y la volatilidad no es significativa. Y estos datos se hacen extensibles a otros tres subtipos de índices sostenibles: el MSCI ESG Universal Indexes, MSCI ESG Leaders Indexes y el MSCI SRIS Indexes.
Los motivos son varios. El principal es que tiene una menor exposición a compañías energéticas librándose de la guerra de precios en el seno de la OPEP. Pero más allá de eso, también es cierto que este índice ha esquivado con éxito el ‘sell out’ que se vivió en 2015 y las caídas sufridas el último trimestre de 2018 como consecuencia de los primeros pasos de la guerra comercial entre los Estados Unidos y China.
Es más, según un estudio de Bank of America, los activos con criterios de gestión responsable han superado al mercado en cinco puntos porcentuales. Y esto se debe a que estas empresas se han visto menos afectadas por los recortes de su beneficio por acción que aquellas que no lo cumplen.
«La pandemia ha mejorado nuestras expectativas sobre el aumento de la inversión con criterios ESG en todo el mundo», confirma Álvaro Antón, country head de Aberdeen Standard Investments en Iberia.
En ese sentido, Aitor Jauregui, responsable de BlackRock para España, Portugal y Andorra, explica que «muchos inversores han aprovechado este contexto de mercado para hacer un rebalanceo de sus carteras a cierre del trimestre». ¿Y en qué ha consistido este reposicionamiento? Precisamente en tomar posiciones en empresas que cumplen estos criterios de sostenibilidad, que son percibidas por los inversores como una oportunidad a largo plazo.
La inversión sostenible crecerá en las próximas décadas al calor de los cambios en la economía
La pandemia y nuevas prácticas
Masia Zandbergen, directora de Integración de Criterios ASG de Robeco, señala que «la crisis precisamente ha subrayado el hecho de
que el desarrollo sostenible es el único camino», potenciando su relación con otras tendencias a largo plazo, como el envejecimiento de la población y la pérdida de biodiversidad (que haría que la población fuese más vulnerable a virus desconocidos). Si bien es cierto que ya estaban antes de la crisis, la pandemia actúa como un amplificador.
La consecuencia de esto, explica Antón, es que «ha permitido al inversor indentificar de manera más clara aquellas compañías que incluyen estos criterios».
El proceso de reconstrucción de las economías poscoronavirus también ofrece una oportunidad para virar hacia una economía más acorde con los principios socialmente responsable y, por ende, potenciando este tipo de inversión. De hecho, expertos en climatología y política social de las universidades y la sociedad civil de los Estados Unidos han elaborado un menú de estímulos verdes para reconstruir la economía, que combina el desarrollo social y medioambiental. Algunas de las ideas propuestas van encaminadas a la creación de puestos de trabajo verdes con la expansión de las energías limpias y la construcción sostenible de viviendas.
Vuelta a lo local
Otras se dirigen a crear economías alimentarias locales o a colaborar en el mantenimiento y explotación del transporte público puesto que en el mundo poscoronavirus el distanciamiento social provocará una vuelta a lo local, con menos interconexiones internacionales. Las propuestas también incluyen promover la construcción y gestión de infraestructuras verdes, la producción local de ropa y textiles sostenibles o expandir programas de práctica empresarial preexistentes para que más trabajadores con rentas bajas tengan acceso a trabajo dignos.
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