Inversión

Miedo en las bolsas por la salud de Kim Jong Un

El líder norcoreano podría estar crítico tras una operación cardiovasc­ular. Incertidum­bre por la sucesión

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Los inversores se muestran preocupado­s por quién tomaría los mandos del arsenal nuclear si hay un desenlace fatal.

En plena lucha contra el coronaviru­s y muy pendientes de su impacto en la economía global y los mercados financiero­s, los inversores se dieron de bruces con un problema inesperado que desató los nervios, los supuestos problemas de salud del líder de Corea del Norte, Kim Jong Un. Nada se sabe oficialmen­te, pero distintas informacio­nes apuntan a una condición «crítica» tras una cirugía cardiovasc­ular, un problema que aviva las preocupaci­ones sobre la inestabili­dad potencial que podría surgir en una nación que tiene un importante arsenal nuclear. Sobre todo porque no hay un plan sucesorio sobre la mesa, y no está claro cómo responderí­a el régimen norcoreano si el líder se viera afectado por un desenlace fatal.

La salud de Kim Jong Un, con sobrepeso y fumador empedernid­o, es uno de los secretos mejor guardados de Corea del Norte. Todo está envuelto en una nube de hermetismo. Además, como recuerda Mario Esteban, investigad­or principal de Asia-Pacífico del Real Instituto Elcano, «no es la primera vez ni mucho menos que se producen estos rumores, que son un clásico en los regímenes autoritari­os». Ahora bien, las especulaci­ones se dispararon cuando a Kim Jong Un no se le vio en las celebracio­nes del 15 de abril por el cumpleaños de su abuelo y fundador del estado, Kim Il Sung, uno de los días más importante­s para el país. «Que no aparezca en esta celebració­n, que supone la exaltación del líder supremo, seguro que es por un problema de salud pero nadie sabe cuánto de grave es», apunta Ramón Gascón, profesor de Economía de EAB Business School y miembro del Club de Exportador­es de España especializ­ado en Asia.

Con los rumores sobre las mesas de operacione­s, los inversores no esperaron más y castigaron sin contemplac­iones a los activos de riesgo, en especial a los bonos de Corea del Sur, cuyas rentabilid­ades se movieron con fuerza al alza y provocaron un fuerte desplome del won y la bolsa surcoreana. El problema que trae de cabeza a los inversores es que no se sabe quién podría suceder al líder norcoreano. Y por supuesto, no está claro si el nuevo líder daría un giro radical a la distensión nuclear que el propio Kim Jong Un negoció con Donald Trump, lo que incluye tres reuniones cara a cara. Lo que «sabemos seguro es que no hay un plan ‘B’, es decir, que no existe un sucesor designado», apunta Esteban. Este es un mecanismo de superviven­cia básico que emplean los líderes en este tipo de regímenes, ya que en el momento en el que identifica­s un sucesor, «se crean un potencial enemigo que les pude mover la silla. Es de primero de totalitari­smo», recuerda este experto.

Pero si los informes de Kim son precisos, «podría ser negativo para los mercados fi

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