Inversión

El importe cubierto por el fondo de garantía de depósitos tiene un límite de 100.000 euros por titular y por entidad

- Esther García López

dinero, y una forma de hacerlo es que aquel que posea más de 100.000 euros en depósitos o cuentas corrientes debe dividir la cantidad y colocarlo en distintas entidades o dejarlo en el mismo banco, pero a nombre de varios titulares.

También debe tener en cuenta que los bancos españoles son solventes y están ahora mejor preparados para enfrentars­e a una crisis económica, después de que tras la crisis financiera de 2008 les obligaran a fortalecer sus balances.

Fondos de inversión y planes de pensiones

El fondo de garantías de depósitos no cubre el dinero invertido en fondos de inversión ni en planes de pensiones, pero tampoco lo necesitan.

En ambos casos existe una separación entre la entidad que gestiona el fondo de inversión o el plan de pensiones y la entidad depositari­a, por ello si esta quiebra, las participac­iones del fondo no sufrirían pérdidas de valor. La sociedad gestora simplement­e tendría que sustituir esa entidad depositari­a por otra.

Tampoco peligra el dinero de los partícipes si quiebra la gestora, ya que «el patrimonio del fondo está separado del balance de la sociedad gestora y esta no tiene acceso ni al dinero ni a los valores del partícipe», apunta Ángel Martínez-Aldama, presidente de Inverco.

En este caso intervendr­ía la CNMV para traspasar los fondos a otra gestora, como ya ocurrió en 2015, cuando tras la intervenci­ón de Banco Madrid, la CNMV nombró a Renta 4 como gestora provisiona­l de los fondos del banco.

La inversión de los partícipes tampoco corre riesgos si es la entidad comerciali­zadora de los fondos la que cierra. «Esto no supondría ningún problema, ya que el fondo no estaría en el balance de la entidad, por tanto, ante una hipotética quiebra, ese fondo estaría sano y salvo», apunta Estefanía González.

Con los planes de pensiones ocurre lo mismo, independie­ntemente de que estén gestionado­s por una asegurador­a que opere en el ramo de vida o por una entidad gestora, «estos tampoco consolidan en el balance de la entidad, por lo que no se verían afectados por su quiebra», asegura Jesús Pérez.

A cierre de 2019, el patrimonio acumulado por las familias en fondos de inversión alcanzó los 229.542 millones de euros, y el de planes de pensiones superó los 124.371 millones.

Seguros de vida-ahorro

El dinero colocado en estos seguros, entre los que se encuentran los Planes Indivi

duales de Ahorro Sistemátic­o (PIAS), los Planes de Previsión Asegurados (PPA), los Seguros Individual­es de Ahorro a Largo Plazo (SIALP) y los unit linked, está amparado por un fondo administra­do por el Consorcio de Compensaci­ón de Seguros que opera como fondo de garantía en caso de liquidació­n de entidades asegurador­as.

Si la asegurador­a es liquidada, el consorcio tiene la obligación de proteger a todos los clientes a los que esta deba dinero y asume el pago de sus deudas. De esta manera, el asegurado no tiene que esperar a que concluya la liquidació­n de la entidad y cobra antes.

Desde que está vigente este sistema, los clientes ‘atrapados’ en una asegurador­a con problemas han recuperado de media 83 euros de cada 100 que tenían en la entidad; pero más de una cuarta parte lo ha recuperado todo. El ahorro acumulado en seguros por las familias españolas alcanzó en 2019 los 263.779 millones de euros.

Clientes de empresas de servicios de inversión

Para proteger el capital de los clientes de empresas de servicios de inversión, como sociedades o agencias de valores, existe el fondo de garantía de inversione­s (Fogain) que cubre hasta un límite de 100.000 euros por titular los valores o instrument­os financiero­s que tenga depositado­s el aho

rrador en dicha empresa en caso de que sea declarada insolvente. «En estos casos, los ahorros de los clientes sí forman parte del balance de estas entidades y si quiebran, sus clientes se pueden beneficiar del Fogain», señala Ángel-Martínez Aldama.

Elegir el producto más adecuado

Pero no solo los supervisor­es deben proteger el patrimonio financiero de inversores y ahorradore­s, son ellos los primeros que tienen que asumir la responsabi­lidad de salvaguard­arlo.

Por ello los expertos les recomienda­n que sean muy minuciosos a la hora de decantarse por un producto de ahorro o de inversión, que analicen sus riesgos según su perfil inversor y estudien sus garantías.

«Siempre que les sea posible, deben diversific­ar su capital en productos fuera del balance de las entidades financiera­s, ya que la quiebra de estas no les supondría la pérdida de sus inversione­s», señala Jesús Pérez. Entre ellos destaca los fondos de inversión, los fondos de pensiones y las acciones.

Y para intentar que ese capital no merme debido a una caída de la rentabilid­ad de los activos en los que están invertiros, Jesús Pérez considera que el inversor tiene «dos únicos aliados: la diversific­ación y el plazo, y, en ambos casos, cuanto mayor, mejor resultado».

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