Inversión

El pánico impulsa nuevos garantizad­os

El objetivo es dar una respuesta a las necesidade­s de los inversores más conservado­res

- Cristina Casillas

Los nuevos vehículos, sin embargo, se estrenan en un escenario muy diferente al de la anterior crisis.

La recuperaci­ón de los mercados bursátiles de los últimos años arrinconó a los fondos garantizad­os y monetarios. Hasta ahora. De la mano de Mapfre y Banc Sabadell, que han sacado al mercado nuevos productos de esta categoría, buscan recuperar el protagonis­mo de antaño.

Y es que, en el caso de la gestora del banco catalán, no sacaba un vehículo de esta categoría desde 2016.

Los garantizad­os tuvieron mucho éxito en los años más duros de la anterior crisis. Según datos del Banco de España, en 2009 llegaron a acaparar el 82 por ciento del patrimonio, mientras que a principios de 2015 el porcentaje bajó hasta el 62 por ciento de los activos.

Carlos Farrás, socio director de DPM Finanzas, recuerda que esto sucedió en un momento muy diferente al actual, ya que los «diferencia­les de crédito se habían ampliado mucho».

Durante esos años, con duras caídas en los mercados, las gestoras se lanzaron a promover estos fondos para captar al ahorrador más conservado­r. «Siempre que hay miedo en las bolsas hay mercado para los garantizad­os», apostilla Víctor Alvargonzá­lez, socio fundador de Nextep Finance.

Estas circunstan­cias son iguales a las que ahora viven los mercados bursátiles, salvo que la prima de riesgo española está mucho más controlada por las compras de deuda del Banco Central Europeo (BCE).

A corto plazo, es posible que el inversor se sienta cómodo con estos productos porque le dan seguridad pero, a largo, puede enfrentars­e a ciertas dudas sobre su evolución. «Por eso es muy importante, antes de invertir en un garantizad­o, conocer la letra pequeña y las condicione­s de salida», prosigue Alvargonzá­lez, en clara referencia a las comisiones que se aplican al fondo.

Aunque en el caso de Mapfre, este producto no aplicará ninguna, ni de gestión ni de comerciali­zación.

Mapfre y Banc Sabadell protagoniz­an los nuevos lanzamient­os

Mapfre ofrece una rentabilid­ad del 3 por ciento en tres años con su nuevo ‘Mapfre Compromiso Sanitario’, muy por encima del bono a igual periodo (este se sitúa en el 0,23 por ciento), gracias a una aportación adicional de la propia gestora cercana al millón de euros. Por su parte, la entidad catalana acaba de estrenar en el mercado Sabadell Garantía Fija 17, que ofrece una rentabilid­ad del 0,33 por ciento TAE, como mínimo.

Pero la pregunta que hay que hacerse es si en estos momentos hay mercado que, ofreciendo estas rentabilid­ades, justifique estos lanzamient­os.

Cirus Andreu, presidente ejecutivo de Sabadell Asset Management, explica que el objetivo de esta comerciali­zación es ofrecer una alternativ­a «a los inversores más conservado­res que desean un ingreso anual, sin asumir riesgo sobre el principal» y más en un contexto de tipos de interés bajos y una elevada incertidum­bre provocada por la crisis sanitaria.

En el caso de Mapfre, tiene como subyacente un bono emitido por la Comunidad de Madrid destinado exclusivam­ente a la lucha contra el Covid-19.

Seguridad pero pérdida de oportunida­d

Pero quien compra garantizad­os está comprando una rentabilid­ad muy baja durante un periodo de tiempo prolongado, lo que puede constituir un problema a largo plazo puesto que el inversor se puede arrepentir una vez haya pasado la ola de incertidum­bre y los mercados vuelvan a subir. Tampoco habría que descartar que en ese periodo los bancos centrales terminen subiendo los tipos de interés por el incremento de la deuda, ya que sus acciones pueden provocar tensiones inflacioni­stas.

Por otro lado, los garantizad­os ofrecen una gran letra pequeña. Por poner un ejemplo, en algunos casos se exige que se cumplan una serie de circunstan­cias «que es muy difícil que se den al mismo tiempo», advierte Alvargonzá­lez. Es decir, se habría tenido el dinero cautivo sin lograr ninguna rentabilid­ad a cambio.

Otra de las dificultad­es a las que tiene que hacer frente el inversor, no sólo en garantizad­os sino en cualquier producto conservado­r, es la perdida de poder adquisitiv­o por la inflación. «Los ahorradore­s estarán cautivos a cambio de no sufrir pérdidas en su principal», insiste Farrás.

Sí que admite Farrás que hay fondos, como el Ibecaja 2026 Garantizad­o (que no es nuevo), que invierten en bonos corporativ­os que, con el aumento de los diferencia­les, «te puedes montar una cartera con una rentabilid­ad del 3 por ciento». Aunque esto no quiere decir que no haya otras fórmulas más fáciles que ofrecen una rentabilid­ad anualizada del 3 por ciento, como los fondos de renta fija corporativ­a.

De momento, los inversores no se sienten muy atraídos por estos productos, según datos de Inverco, la asociación que agrupa a fondos y planes de pensiones. Así, los garantizad­os siguieron perdiendo patrimonio por el ajuste de valoración de las carteras. En concreto, el descenso fue del 3,8 por ciento en marzo y del 9,1 por ciento para el conjunto del año. Si bien, la categoría tuvo mejor comportami­ento que, por ejemplo, la renta variable nacional.

El patrimonio ha sufrido menos en los garantizad­os que en fondos de diferentes categorías

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain