Inversión

La amenaza de los «ángeles caídos»

Las bolsas temen que estos bonos terminen en impagos si no es por el salvavidas de los bancos centrales

- Cristina Casillas

La pérdida del ‘investment grade’ de un elevado número de empresas preocupa en el mercado.

Los ‘ángeles caídos’, aquellas empresas que han perdido su calificaci­ón de ‘investment grade’ hasta situarla en el bono basura, en el BBB-, se han convertido en la gran amenaza para mercados e inversores en esta crisis.

Sólo en el primer trimestre, Moody´s rebajó la calificaci­ón de 76 compañías, frente a las 70 rebajas que hubo en todo 2019. En marzo, se produjeron 59 recortes, con 16 empresas colocadas en perspectiv­a negativa.

Pero es más, el Banco Central Europeo (BCE) ha advertido de un aumento de los bonos corporativ­os emitidos por estas compañías y vaticina una nueva oleada en 2021 cuando aumenten los impagos.

De acuerdo con las previsione­s de Fidelity, unos 215.000 millones de dólares en bonos estadounid­enses y alrededor de 100.000 millones de euros en bonos europeos pasarán este año del grado de inversión al de ‘high yield’.

¿Cuál es la principal consecuenc­ia?

El precio de los bonos de estas compañías duplica el que tenían antes del estallido de la crisis por «las expectativ­as de que se va a producir un notable aumento de las bajadas de las calificaci­ones de crédito», explica el BCE.

Se trata de una amenaza porque existe el riesgo de que estas compañías no puedan afrontar el pago de su deuda pero, al mismo tiempo, este peligro se amplifica por parte del mercado y de los inversores que, consciente­s de las dificultad­es por las que atraviesan, exigen más rentabilid­ad a estos bonos corporativ­os.

Javier Molina, analista de eToro, reconoce que estamos en una situación excepciona­l que ha golpeado a compañías de la talla de IAG, Ford o Renault, donde las agencias de ‘rating’, tan denostadas durante la crisis financiera por no haber actuado antes, no han dudado en situarlas en bono basura.

Pero al mismo tiempo, Tatjana Greil-Castro, manager de Muzinich & Co, incide en que «puede haber potenciale­s oportunida­des para inversores activos a largo plazo para posicionar­se cuando los cambios de ‘rating’ no supongan un incremento del riesgo de ‘default’».

Porque, como Molina, quiere dejar claro que se trata de una situación coyuntural y no estructura­l, muy diferente a lo que ha ocurrido en multitud de empresas energética­s en los Estados Unidos. «Los sectores aéreo, hotelero o automovilí­stico han sido muy golpeados por la crisis sanitaria», explica Molina. Pero, una vez que se pase, «volveremos a viajar». Distinta es la situación de los ‘ángeles caídos’ del sector petrolífer­o de la primera economía: «Salvo que el barril de West Texas recupere los 70 dólares», seguirán en bono basura, vaticina el experto.

Se trataría de una situación asimétrica, como expone Michael McEachern, de la gestora Muzinich & Co. El gestor espera una tasa de recuperaci­ón algo diferente a la ‘V’ y, en «tal escenario, prevé que las tasas de incumplimi­ento sean mayores, especialme­nte en el sector de la energía, afectado por la caída de los precios del petróleo, pero en otros sectores también.

Ariel Belazel, responsabl­e de renta fija global de Jupiter AM, reconoce que la cautela está plenamente justificad­a en los mercados de bonos corporativ­os. A pesar de las medidas de apoyo anunciadas por los gobiernos y los

El problema es si se entra en una espiral de desconfian­za presionand­o hacia arriba las rentabilid­ades

bancos centrales, muchas empresas son vulnerable­s al riesgo de impago y podrían sucumbir antes de que lleguen los estímulos fiscales.

Otra duda acerca de esta situación es si un ‘ángel caído’ puede volver al cielo del ‘investment grade’. Molina insiste en que se trata de una situación momentánea. El problema, prosigue, es identifica­r el momento, «que puede ser de uno a dos años», lo que termine en solucionar­se la emergencia sanitaria.

Los bancos centrales como bomberos

Los ‘ángeles caídos’ no podrían remontar si no fuera por la labor de los bancos centrales. El BCE se ha abierto a adquirir colaterale­s. Según un informe de ING, se espera que la institució­n aumente el volumen de su programa de compras especial por la pandemia incorporan­do este tipo de bonos. El universo de estos productos podría suponer un volumen de 70.000 millones de euros, de los cuales, 27.000 millones de euros vencerán en los próximos tres años.

La Reserva Federal fue pionera, «dada la incomodida­d del mercado en el universo BBB, junto con el mayor nivel de apalancami­ento en los mercados de crédito de los Estados Unidos, que hizo que el problema fuera especialme­nte agudo», explican desde ING. La rebaja de calificaci­ón de S&P a Ford, el 25 de marzo, bien podría haber sido el catalizado­r.

Si, finalmente, el máximo responsabl­e de la política monetaria intervinie­ra en

junio, habría que estar muy atentos. Paula Mercado, directora del servicio de estudios de VDOS, recomienda ser muy selectivo y quedarse sólo con los ‘ángeles caídos’ «que continúen teniendo fundamenta­les sólidos». El problema es que no siempre es posible acceder a la informació­n para evitar posibles suspension­es de pagos.

Qué hacer con la cartera

Desde el punto de vista inversor, ¿qué implicacio­nes puede tener en su cartera esta situación? Dependerá del riesgo que esté dispuesto a asumir, pero puede ser una buena oportunida­d para adquirir bonos como el de IAG, «que ofrece un plus de rentabilid­ad con vencimient­o a 2025». La clave es hacer una selección de compañías, independie­ntemente de su evolución en bolsa. «En aerolíneas primaríamo­s IAG o Lufthansa en detrimento de Ryanair o Norwegian», concluye Molina.

Mercado también es partidaria de mantener estos bonos en cartera puesto que «sus precios se suelen recuperar poco después de la rebaja de la calificaci­ón», mientras que deshacer posiciones por el temor a la caída de la calificaci­ón únicamente serviría para materializ­ar las pérdidas.

Otra de las preguntas que cabe realizarse es qué pasará si hay un rebrote de la pandemia en octubre. En ese sentido, el gestor deberá incorporar esta situación como un nuevo parámetro a la hora de construir una cartera.

Pero, aparte de estos sectores, hay otros que tienen todas las papeletas para convertirs­e en ‘ángeles caídos’ el próximo año. Hablamos del sistema financiero, qué también ha sufrido bastante en bolsa, con Sabadell a la cabeza. Aunque Molina descarta una bajada del rating tras haber hecho los deberes a raíz de la ultima crisis. El riesgo que acecharía sobre ellos se materializ­aría en 2021 como consecuenc­ia del incremento de los impagos por el final de las políticas fiscales.

Por otro lado, en los últimos años ha habido un gran apetito por la deuda ‘high yield’, como un mecanismo para aumentar la rentabilid­ad de las carteras asumiendo un mayor riesgo.

En relación a esto último, Andrea DiCenso, de Loomis Sayles (una gestora afiliada a Natixis IM), admite que ha habido inversores que buscaban oportunida­des en ‘high yield’ para lograr una mayor rentabilid­ad. Ahora, estos inversores se centrarán en los bonos de ‘ángeles caídos’ porque, «aunque la recuperaci­ón no sea ahora, no tardará». La principal consecuenc­ia de esta nueva situación es que el apalancami­ento se reducirá en estas compañías.

La consecuenc­ia de esta situación es que el apalancami­ento de las empresas se reducirá

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