El conglomerado de Buffett era como un fondo de inversión, pero mejor. Ahora es otra cosa
Warren Buffett lo ha comparado con un bosque, ha expuesto sus elementos básicos e incluso ha intentado dividirlo en diferentes grupos para explicar la configuración. Sin embargo, Berkshire Hathaway siempre ha eludido una categorización concreta.
Berkshire, levantada desde los restos de una empresa textil de Nueva Inglaterra, es una mezcolanza de sociedades que van desde la ferroviaria BNSF o la aseguradora de vehículos Geico a Dairy Queen o la proveedora de artículos para fiestas Oriental Trading. Asimismo, también es titular de una cartera de grandes inversiones en sociedades como Apple y Wells Fargo. La propia diversidad de las actividades ha llevado a los inversores a considerar que la sociedad es similar a un fondo de inversión.
Aquellos inversores particulares que en otras circunstancias no se considerarían stockpickers, a veces destinan una porción importante de su patrimonio neto a esta única sociedad. Todos los años, hordas de ellos se presentan en la famosa asamblea anual de Berkshire en Omaha para descubrir que es lo que está pensando hacer con su dinero el mejor inversor de su generación.
Desde 1965 hasta finales del año pasado, la rentabilidad anualizada de las acciones de Berkshire era del 20,3 por ciento, en comparación del 10 por ciento correspondiente al índice S&P 500. En la actualidad cuenta con un valor de mercado total de 441.000 millones de dólares y es la única sociedad de entre las seis principales del S&P 500 que no se clasifica como un gigante del sector de la tecnología.
Tamaño problemático
El tamaño de Berkshire es obra de Buffett, pero también resulta un tanto problemático. Si bien Buffett puede soltar grandes sumas de dinero en una determinada operación, también necesita unas adquisiciones o compras de acciones de mayor envergadura para que se produzcan cambios sustanciales. Su incapacidad de encontrar tales operaciones «de proporciones elefantinas», como él las ha dado en llamar, ha contribuido a que Berkshire haya obtenido unos resultados peores en comparación con el S&P 500 durante los últimos cinco años.
Incluso durante agitado mercado de marzo que comenzó mermando el valor de las acciones, Buffett se mantuvo relativamente tranquilo, lo cual ha suscitado preguntas con respecto a lo que de verdad obtienen los accionistas cuando invierten en Berkshire. Si no sacan partido de las ventajas de la capacidad de Buffett para llegar a acuerdos únicos y complejos similares a los que ha venido logrando en el pasado (como la compra de BNSF y las inversiones en acciones preferentes de compañías como Goldman Sachs), ¿se están limitando a invertir en un conglomerado hasta arriba de sociedades industriales y minoristas a la antigua usanza?
Una propuesta diferente
En palabras de Meyer Shields, analista de Keefe Bruyette & Woods, está pasando a «ser un conglomerado, y no pasa nada, pero eso conlleva una propuesta de valor distinta para la gente. Se trata de un conglomerado que sin duda en el pasado fue capaz de obtener un rendimiento sin parangón, pero ahora no parece tan sencillo que se vuelva a materializar. Así que lo que queda es un puñado de sociedades muy buenas (probablemente algunas por debajo de la media), pero es que en el fondo lo que queda es un puñado de sociedades muy buenas».
No es que sea demasiado emocionante, pero tiene sus ventajas. Buffett ostentaba la cifra récord de 137.000 millones en efectivo al final del primer trimestre y declaró que pretende que Berk
COTIZACIÓN EN DÓLARES. FUENTE: BLOOMBERG.
Desde 1965 hasta finales del pasado año, la rentabilidad anualizada de Berkshire era del 20,3%