FIN DE LA RACHA
shire siga siendo una «fortaleza financiera». Cuando el S&P 500 cayó más del 38 por ciento en 2008, Berkshire solo descendió un 32 por ciento.
«Lo que Warren ofrece a los inversores, y lo que les ha ofrecido siempre, es la garantía de que una vez que el dinero entra en Berkshire, van a hacer lo correcto con él», afirma Tom Russo, que supervisa una cartera que incluye Berkshire en la asesoría de inversión Gardner Russo & Gardner.
Sin embargo, las voces más críticas contra Buffett se preguntan si su estrategia no se habrá agotado. David Rolfe, accionista desde hace mucho tiempo que trabaja en Wedgewood Partners acabó deshaciéndose de las acciones el año pasado, afirmando que una distribución acertada de efectivo por parte de Buffett sería «fundamental» para que Berkshire recuperase su capacidad de proporcionar un crecimiento sustancial. «Somos conscientes de que el crecimiento del conglomerado ni se acerca al de tiempos pasados», sostiene. No obstante, invertir una cantidad de dinero tan elevada es una hazaña que pocos han intentado.
Además, las condiciones de inversión resultan complicadas. Los bajos tipos de interés y la baja rentabilidad de los bonos ha obligado a aquellos que invierten en acciones a buscar unos retornos más elevados, por lo que las estimaciones de los valores están altas. Buffett ha tenido que competir con un ejército de fondos de capital privado a la caza de inversiones atractivas. El ambiente está difícil para los que buscan gangas; un ambiente que «literalmente ha apagado la máquina de asignación de capital de Berkshire», afirma Rolfe.
Caída en el rendimiento
Berkshire no respondió a las peticiones de comentarios, pero Buffett es muy consciente del gran lastre de su rendimiento. Lo reconoció en la asamblea anual de 2019 y ya lo había advertido mucho antes. «Warren lleva diciendo desde hace décadas que, conforme vayamos creciendo, nuestro índice de retorno descenderá», comenta James Armstrong, presidente de Henry H. Armstrong Associates, una gestora de activos que invierte en Berkshire.
La composición de Berkshire también ha cambiado en las últimas décadas. Buffett afirmó en su carta anual de 2018 que se había transformado de una sociedad «cuyos activos se concentran en valores negociables, a una sociedad cuyo valor yace en la explotación de empresas».
A lo largo de las décadas, Buffett tomó las operaciones textiles, que al final cerró, e incorporó sociedades como aseguradoras, que generaban primas que podía utilizar para realizar otras inversiones. Se trata básicamente de una forma fácil de tomar dinero prestado y representaba un aspecto importante de la receta de Buffett.
En el año 2000, adquirió MidAmerican Energy, la piedra angular de su operación energética actualmente en expansión. Incorporó la ferroviaria BNSF en 2010, una famosa operación en tiempos de la crisis.