Berkshire cuenta con sus propios riesgos particulares, como quién acabará sucediendo a Buffett, que tiene 89 años
Con la adquisición adicional de Precision Castparts mediante una operación valorada en 37.200 millones de dólares hace más de cuatro años, Berkshire se convirtió en una sociedad con una gran concentración de operaciones en sectores industriales.
Armstrong opina que «resulta obvio que Berkshire es mucho más grande y, por lo tanto, su crecimiento será más lento, pero también se comporta de una manera más prudente que antes, y eso es algo que tiene valor para muchos inversores. No se me ocurre una empresa mejor posicionada en la que invertir si crees que los mercados bajistas y las recesiones no han desaparecido como por arte de magia».
Desde luego que no han desaparecido. Sin embargo, curiosamente el último episodio relativo a la volatilidad del mercado ha resultado poco favorecedor para el estilo oportunista de Buffett. Durante la crisis financiera de 2008, sociedades como Goldman Sachs recurrieron a Berkshire debido a su enorme volumen de capital y Buffett se ganó la reputación de caballero blanco.
Esta vez, el plazo para poder abalanzarse y cerrar operaciones a bajo precio se acabó de repente casi tan pronto como se abrió gracias a la sólida intervención de la Fed para mantener bajos los tipos de interés y asegurar que las sociedades pudieran seguir obteniendo préstamos.
Intervención
En palabras de Buffett durante la junta de mayo: «Hubo un periodo antes de que interviniese la Fed en el que empezamos a recibir llamadas. Algunas de las empresas que nos llamaron, después de que interviniese la Fed, pudieron obtener dinero en el mercado público en unas condiciones que, sinceramente, nosotros no habríamos dado».
Berkshire aún ofrece ventajas que muy pocas sociedades o carteras de inversión pueden reproducir. Puede coger el efectivo generado por cualquier sociedad que controle y redistribuirlo en otras operaciones. Como, por ejemplo, en el caso de See’s Candies, un fabricante de dulces que Buffett incorporó en 1972 por 25 millones de dólares. Desde la adquisición, la sociedad había ganado 1.900 millones de dólares antes de impuestos y solo necesitaba 40 millones de dólares en inversiones adicionales, según señaló Buffett en su carta anual publicada en 2015. Berkshire acabó utilizando ese dinero restante para comprar otros negocios. «Se debe concebir como la cría de conejos», decía Buffett en dicha carta.
Berkshire también cuenta con sus propios riesgos particulares, como la cuestión de quién acabará sucediendo a Buffett, que tiene 89 años. Teniendo eso en cuenta, ciertos escépticos como Rolfe sostienen que los inversores que quieran exponerse a algunas de las empresas que componen Berkshire, como Geico o BNSF, pueden invertir en aquellos de sus competidores que cotizan en bolsa.
Los númerosos admiradores que aún le quedan a Buffett ven como una buena oportunidad el hecho de ser titulares, mediante una sola acción, de una serie de negocios. «Se encuentran en sectores completamente distintos; les afectan en gran medida circunstancia distintas», afirma Armstrong. Y añade: «Se trata de un grupo de acciones más un elevado importe de efectivo; un efectivo que distribuyen personas con un historial probado de buenas decisiones».
La reciente volatilidad del mercado ha favorecido poco al estilo de Buffett