La rentabilidad del private equity superará a la renta variable en los próximos diez años, según las firmas de análisis
una mayor presencia en los Estados Unidos y Europa, aunque promete una mayor diversificación tanto geográfica como en el tiempo. No obstante, pretende dar cobertura a aquellos inversores institucionales con una visión largoplacista, puesto que el horizonte de la inversión puede ser ilimitado.
En cuanto a las empresas en las que tienen previsto invertir en este fondo, no discriminarán por el tamaño. También se plantean entrar ya en compañías de mercados más maduros aprovechando la salida de algún socio clave.
José Luis Jiménez director general de inversiones de Mapfre, explica que «estas inversiones alternativas nos permiten diversificar el balance, en un entorno de bajos tipos de interés, y además suelen estar menos correlacionadas con la evolución de los mercados» y añade que se trata de un momento de mercado «muy atractivo porque se pueden generar grandes oportunidades en los próximos meses».
Banca March también se ha puesto manos a la obra en este segmento y ultima el lanzamiento de una gestora de private equity, March Private Equity SGEIC, para su división de banca privada. Una vez que esté constituida el siguiente paso será lanzar fondos de esta temática.
Un año récord
El capital privado vivió el año pasado en España un ejercicio récord, según los datos de la Asociación de Capital, Crecimiento e Inversión (Ascri) al registrar un crecimiento del 40 por ciento y una inversión de más de 8.000 millones de euros.
Para 2020, se espera que sea un ejercicio de transición puesto que la pandemia redujo el volumen de capital en un 67 por ciento, pero se lograron cerrar más de 340 operaciones.