La fortaleza de Tim Cook de 2,3 billones
¿Guerra comercial? Pfff. ¿Trump? Por favor... ¿Antimonopolio? El problema de Zuck. (Idem con la privacidad). ¿Ingresos? Un sinfín
Joe Biden tenía una pregunta para Tim Cook: el entonces vicepresidente quería saber por qué Apple no podía fabricar el iPhone en los Estados Unidos. Era el mes de enero de 2012, en plena la campaña de reelección del presidente Barack Obama y tres meses después de la muerte del predecesor de Cook, Steve Jobs. Biden acudió a Palo Alto para asistir a una cena con Cook y un grupo de líderes del sector tecnológico entre los que se encontraban el director ejecutivo de Netflix, Reed Hastings; el presidente ejecutivo de Google, Eric Schmidt; y la directora de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg.
Como todos los asistentes a la cena sabían, la idea de producir en masa un iPhone o cualquier otro dispositivo electrónico de consumo avanzado en una fábrica estadounidense era algo extremadamente complicado. Los grandes fabricantes asiáticos, especialmente el principal socio de Apple, Foxconn, habían construido fábricas del tamaño de ciudades en China con ejércitos de cientos de miles de trabajadores cualificados. Los empleados de estas factorías suelen trabajar muchas más horas por una fracción de lo que ganan los estadounidenses peor pagados. «No estoy seguro de que se pueda hacer sin prácticas dictatoriales», afirma John Riccitiello, otro directivo de Silicon Valley que asistió a la conversación entre Cook y Biden.
La pregunta de Biden puso a Cook, que había sido nombrado consejero delegado de Apple en el mes de agosto anterior, en una situación incómoda. Fue el artífice de la estrategia de externalización de la producción de Apple a China, una tendencia que fue preocupando cada vez más al gobierno de Obama. Pero Cook también fue, como quedó demostrado, extremadamente eficaz para desviar la presión política. Sin duda era más diplomático que su antiguo jefe. Obama le hizo una vez la misma pregunta a Jobs y su contundente respuesta salió en la portada del New York Times: «Estos puestos de trabajo no van a volver». Pero Cook mostró prudencia y talante hasta tal punto de que Riccitiello ni siquiera recuerda exactamente lo que le dijo a Biden. A finales de aquel año, Cook anunció un cambio pequeño pero con repercusiones políticas. Afirmó que Apple iba a fabricar algunos Macs en EEUU.