A partir de los 50 años: el ahorro se vuelve más conservador
PPA, SIALP, PIAS y rentas vitalicias son el refugio de los ahorradores con más aversión al riesgo
Obtener una rentabilidad aceptable asumiendo poco riesgo se ha convertido en un objetivo utópico desde que el precio del dinero ronda el cero por ciento. Y en este escenario bregan ahorradores conservadores de más de 50 años que huyen de la renta variable y de los fondos de inversión porque quieren defender sus ahorros aún a costa de asumir bajos retornos.
Para este tipo de ahorradores existen en el mercado una serie de productos, en su mayoría comercializados por aseguradoras, que compensan su modesta rentabilidad con el
atractivo de sus incentivos fiscales. Entre ellos destacan:
Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS)
Son seguros de vida-ahorro a largo plazo destinados a complementar la pensión pública de jubilación. Una de sus principales fortalezas es su fiscalidad, ya que, aunque sus aportaciones no reducen la base imponible del IRPF, cuando se percibe el capital en forma de renta vitalicia no hay que tributar por los rendimientos generados, siempre que hayan transcurrido cinco años desde la primera aportación. Si se rescatan antes tributan como renta del ahorro. Para acceder a estas ventajas fiscales el importe máximo a invertir es de 8.000 euros anules, con un límite de 240.000 durante toda la vigencia del plan.
Otra de sus ventajas es su rentabilidad, mayor que la de otros productos de ahorro, ya que la mayoría de PIAS invierten en fondos de inversión. Existen dos modalidades: los PIAS garantizados, con los que el ahorrador recupera el cien por cien de la aportación, y la de unit linked, en la que no existe esta garantía y el ahorrador asume el riesgo de la inversión. Esta última modalidad «suele ser la que mejor rentabilidad ofrece porque da mayores opciones de inversión en renta fija y renta variable», señala Carmen Getino, asesora financiera de Getino Finanzas EAFI. Entre los PIAS que se comercializan en España está Estrategia 5 de Aegón, que en lo que va de año ha dado una rentabilidad en su cesta más agresiva del 6,54 por ciento.
SIALP y CIALP
Conocidos como Plan de Ahorro 5, el Seguro Individual de Ahorro a Largo Plazo (SIALP) está comercializado por aseguradoras y la Cuenta Individual de Ahorro a Largo Plazo (CIALP) por bancos. Ambos están dirigidos a ahorradores conservadores y su principal ventaja son sus beneficios fiscales si se mantiene la inversión durante 5 años.
El SIALP es un seguro de vida-ahorro que garantiza como mínimo el 85 por ciento del capital y un interés fijo o variable y en el que se pueden realizar aportaciones de hasta 5.000 euros al año que se van revalorizando y pasados 5 años puede rescatarse el capi
A cierre de 2020 había en España 2.073.500 asegurados con rentas vitalicias y temporales
tal más los intereses exentos de tributación. Si el rescate se produce antes tributa como rendimiento de capital mobiliario al 19 por ciento. Entre sus ventajas destaca que incluye una cobertura en caso de fallecimiento y entre sus desventajas su escasa rentabilidad fija, que ronda entre el 0,05 y el 0,5 por ciento. Entre los que se comercializan en España destacan el Caser Sialp 100 y el Plan Creciente Sialp de Nationale Nederlanden.
Plan de Previsión Asegurado (PPA)
Son vehículos de ahorro a largo plazo dirigidos a ahorradores que desean complementar su pensión. Cuando llega su retiro el ahorrador recibe como mínimo la totalidad de lo invertido, pero hasta entonces no lo puede rescatar salvo excepciones como las originadas por incapacidad laboral, dependencia, fallecimiento, enfermedad grave y desempleo de larga duración. A partir de 2025 las aportaciones podrán rescatarse con una antigüedad mínima de 10 años.
Cuentan con las mismas ventajas que los planes de pensiones, ya que pueden reducirse las aportaciones en la base imponible del IRPF hasta un límite de 2.000 euros anuales, pero tributan como rendimientos del trabajo cuando se rescata el capital. Esta es una de sus principales desventajas junto a su actual rentabilidad. Según fuentes de Self Bank, «su garantía es muy reducida y en algunos casos no supera la inflación». Entre los que se comercializan en España destaca el de Mutua Madrileña, que en lo que va de año aporta una rentabilidad del 1,9 por ciento.
La eficacia de los seguros de ahorro aumenta cuando los tomadores invierten a la vez en varios de ellos. «Las aportaciones son compatibles por lo que un ahorrador puede destinar 2.000 euros a un plan de pensiones o a un PPA, 5.000 euros a un SIALP y 8.000 euros a un PIAS, siempre que su capacidad de ahorro se lo permita, y así obtener mayores incentivos fiscales», afirma Carlos Esquivias, responsable de la Comisión de Vida y Pensiones Unespa.
Rentas vitalicias
Son seguros de vida, generalmente de prima única, en los que a partir de una aportación inicial el tomador recibe durante toda su vida unos ingresos, que suelen ser mensuales. Su cuantía depende del capital aportado y de la rentabilidad del seguro. Lo habitual es que inviertan en renta fija por lo que sus retornos
son escasos, ahora rondan entre el 1 y el 1,5 por ciento, por ello es necesario una inversión inicial elevada para conseguir mayor rentabilidad. Entre ellas destacan la renta vitalicia con devolución total del capital aportado de la Mutua de la Abogacía y la de capital reservado de Vidacaixa.
Una de sus principales ventajas es su fiscalidad. Tributan como rentas del ahorro, al tipo fijo del 19 por ciento para rentas inferiores a 6.000 euros, o al 21 por ciento para rentas del ahorro entre 6.000 y 50.000 euros. Además, si el ahorrador tiene más de 65 años y vende una vivienda, acciones, fondos u otros bienes y esa ganancia patrimonial la reinvierte en una renta vitalicia, hasta un importe de 240.000 euros, queda exenta de tributar.
Son una buena opción para quienes llevan un tiempo jubilados y quieren asegurar el cobro de una renta que complemente la pensión. No obstante, tienen un riesgo. Al ser seguros no están protegidos por el Fondo de Garantía de Depósitos por lo que si la aseguradora quiebra los ahorradores perderán su dinero. Además, según Carlos Esquivias, con los tipos de interés tan bajos «tienen menos atractivo para los ahorradores, aunque sigue habiendo quienes no quieren arriesgar su dinero y optan por ellas». A cierre de 2020 había 2.073.500 asegurados en España con rentas vitalicias y temporales.
El patrimonio bajo gestión de los SIALP en España aumentó en 2020 un 1,70 por ciento, hasta los 4.397 millones de euros