Boeing: de sobresalto en sobresalto
El nuevo incidente del fabricante aeronáutico llega en el momento más delicado del sector
Decenas de aerolíneas de todo el mundo dejaron en tierra a sus aviones Boeing 777 tras el incidente del vuelo 328 de la estadounidense United Airlines, en el que un incendio en uno de los motores obligó a que la aeronave volviera al aeropuerto de Denver poco después de despegar. Ninguna de las 241 personas que iban a bordo resultó herida, pero las imágenes de la turbina ardiendo grabadas por uno de los pasajeros suponen un nuevo revés para la reputación de Boeing cuando el fabricante ya olvidaba los problemas del modelo 737. Se suma, además, el delicado momento que atraviesa el sector aéreo, que trata de salir de la crisis provocada por el impacto de las restricciones por la pandemia.
Tras el incidente del pasado sábado, United Airlines canceló otras 24 rutas con aviones Boeing 777 después de que la Agencia Federal de Aviación (FAA, en inglés) estadounidense abriera una investigación para esclarecer lo ocurrido. El lunes se sumaron las compañías coreanas Korean Airlines y Asiana Airlines al suspender más de 40 vuelos que empleaban estos modelos del fabricante estadounidense, mientras que los Gobiernos de Japón y Reino Unido prohibieron la circulación en su espacio aéreo de estas aeronaves.
Boeing, por su parte, emitió un comunicado en el que recomendaba dejar en tierra más de un centenar de sus aviones que utilizan un motor Pratt & Whitney hasta que concluyeran las investigaciones.
El caso de Denver supone un nuevo susto para el fabricante de aviones. En diciembre, las autoridades japonesas ya iniciaron investigaciones por un incidente similar en un vuelo procedente de Okinawa.
Este fin de semana se registró otro parecido en una ruta comercial en Países Bajos que obligó a un Boeing 747 a regresar al aeropuerto de Maastricht tras unos pocos minutos en el aire. Al respecto, la Agencia de Seguridad Aérea Europea (EASA) señaló que mantiene contactos con la FAA estadounidense para conocer los detalles de su investigación, lo que confirma que los reguladores no le quitan el ojo a Boeing.
Una rotura en las aspas, la causa
La FAA concluyó que el incendio en el vuelo de Denver se debió a la rotura de dos aspas del ventilador del motor de derecho del avión. Las pesquisas se centran ahora en evaluar las causas y si se habían inspeccionado correctamente los componentes de la nave. Si bien no sugiere mayores complicaciones para Boeing, el fabricante tiene una larga lista de problemas que afrontar si quiere remontar el vuelo.
El fuselaje extremadamente grande que utiliza en sus aviones para rutas intercontinentales supone un nuevo contratiempo. Muchos de estos aviones son los más antiguos de las flotas de las aerolíneas y quedaron en desuso debido al desplome de los vuelos durante la crisis sanitaria. «Ya están en crisis debido a su tamaño y a la pandemia», apunta George Ferguson, analista de Bloomberg Intelligence. A su juicio, las
nuevas inspecciones sobre los 777 que se derivan de los incidentes del fin de semana aflorarán que Boeing tendrá que acometer una serie de «costosas» reparaciones en los modelos.
Estos incidentes llegan, además, en un momento clave para la compañía. Por un lado, el sector aéreo recobra la esperanza de recuperar la normalidad en los vuelos gracias al inicio de la vacunación a nivel mundial y a la progresiva salida de las restricciones implementadas durante la pandemia que ya comienzan a aplicar algunos países. La Asociación Internacional del Transporte Áereo (IATA) prevé un aumento del tráfico de pasajeros del 13 por ciento en 2021 en el peor de los escenarios contemplados en su último informe, publicado a comienzos de febrero. Llegan, también, apenas unas semanas después de que la EASA concediera la autorización a los modelos 737 dos años después de los fatales accidentes de Malasia y Etiopía .
Entonces, y salvo caídas puntuales, la cotización de Boeing no se vio resentida, llegando incluso a máximos históricos en marzo de 2019. Tampoco sufrió esta semana, pese a comenzar con pérdidas por encima del 2 por ciento en la sesión del lunes, las acciones se dieron la vuelta el martes y continúan en verde hasta superar los 220 dólares por título, máximos desde diciembre. Solo el impacto de la pandemia logró hundir en bolsa a Boeing, que cayó un 39 por ciento el año pasado frente a la subida del 5 por ciento en el arranque de 2021.
Algo menos se dejó su tradicional rival, Airbus, que perdió un 31 por ciento en 2020. Sus acciones, sin embargo, se disparan un 11 por ciento tras el incidente de Denver y un 14 por ciento en el año pese a los débiles resultados presentados recientemente. Airbus logró reducir el impacto de la pandemia gracias a un mayor ritmo de producción en la segunda mitad del año. El consejero delegado del grupo, Guillaume Faury, explicó que esperan para 2021 poder cumplir «al menos» con los 566 aviones entregados el año pasado. El ejecutivo francés prevé, sin embargo, que el mercado no recuperará a los niveles previos a la crisis «en algún momento» entre 2023 y 2025, lo que refleja las dificultades a las que aún se enfrenta el sector aéreo.
Las acciones de su competidor Airbus suben un 11% tras lo sucedido en Denver