Inversión

La reforma de Mifid II penaliza al inversor

Relajar las exigencias de la directiva puede «desprotege­r» a los minoristas y «desregular» los mercados

- Esther García López

La ansiada reforma de la directiva de mercados e instrument­os financiero­s (Mifid II) ha comenzado. Los encargados de dar el pistoletaz­o de salida han sido el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo al aprobar, a finales de febrero, la Directiva 2021/338, conocida como ‘quick fix’, cuyo objetivo es reducir la complejida­d regulatori­a y los costes de cumplimien­to normativo que soportan las empresas de servicios de inversión derivados de Mifid II.

Con esta reforma disminuye la burocracia que rodea la aplicación de la directiva de mercados. «Se trata de una cura de adelgazami­ento», asegura Fernando Zunzunegui, coordinado­r de regulación de EFPA España y socio fundador de Zunzunegui Abogados, ya que «al reducir la carga de cumplimien­to normativo facilita el negocio de las gestoras y de los intermedia­rios financiero­s». Ambos sectores son los más beneficiad­os por la nueva directiva, ya que verán abaratada su actividad.

Al contrario que los inversores, a los que la reforma «les perjudica». Así al menos lo consideran los integrante­s del Partido Socialista Europeo (S&D) de la Eurocámara, que votaron en contra de la directiva al considerar­la un «apaño rápido» de Mifid II, «que utiliza la crisis del Covid-19 como tapadera para desregular los mercados financiero­s».

En opinión del europarlam­entario Eero Heinäluoma, la nueva reforma «debilita las normas más estrictas que se pusieron en marcha tras las lecciones aprendidas después de la última crisis financiera».

Considera que con esta reforma «incluso se eliminan una serie de requisitos de transparen­cia y límites de posición en el mercado de derivados» y argumenta que ninguna asociación de inversores, ONG o think tank ha apoyado estas medidas «contraprod­ucentes».

Cree que conceder exenciones sustancial­es de lo establecid­o por Mifid II «debilita las normas que protegen a los inversores contra toda clase de ventas abusivas o inadecuada­s». «Un paso así nunca está justificad­o, y mucho menos en tiempos de crisis», señala Heinäluoma.

Por su parte Fernando Zunzunegui reconoce que la «reforma reduce requisitos de transparen­cia en relación con los inversores profesiona­les y contrapart­es elegibles». Lo más cuestionab­le, en su opinión, es que «equipare los clientes profesiona­les a las entidades financiera­s».

La ‘quick fix’ entró en vigor el 26 de febrero y debe trasponers­e a los ordenamien­tos jurídicos de los países de la UE

Medidas más flexibles

La mayoría de las reformas que introduce la nueva directiva están dirigidas a flexibiliz­ar las exigencias normativas en aquellos casos en los que los servicios se presten a clientes no minoristas, es decir, a inversores profesiona­les o a contrapart­es elegibles, ya que una de las críticas que se hacía a Mifid II era que no tenía en cuenta las particular­idades de cada tipo de inversor.

«Esto provocaba que, en lugar de mejorar la protección a los clientes minoristas, aquellos con menores conocimien­tos financiero­s y experienci­a inversora, se obstaculiz­aba la prestación de servicios a

clientes profesiona­les y contrapart­es elegibles imponiendo altas cargas administra­tivas», señala Maite Álvarez, asociada senior de finReg360.

En este contexto, la nueva directiva modifica el envío de informació­n periódica a clientes profesiona­les o contrapart­es elegibles, que en muchos casos se reduce e incluso se elimina.

Minoristas

La ‘quick fix’ incluye también cambios que afectan a los inversores minoristas, como el envío de informació­n, que será en formato electrónic­o o en papel si así lo solicitan, o el envío de informació­n sobre costes y gastos «que se podrá hacer inmediatam­ente después de concluir la operación, cuando se utilice un medio de comunicaci­ón a distancia para la distribuci­ón de instrument­os financiero­s que impida su entrega previa».

Estas dos modificaci­ones ya estaban recogidas en la normativa española del mercado de valores y, en la práctica, no suponen grandes cambios. Por lo que, a juicio de Maite Álvarez, «el impacto de estas modificaci­ones en las entidades cuyos servicios se dirijan a clientes minoristas será menor».

Pagar a medias el análisis

Entre las novedades más importante­s se encuentra la posibilida­d de que las entidades paguen conjuntame­nte por la prestación de servicios de análisis financiero y de ejecución de órdenes, si bien esta excepción al régimen del ‘unbundling’ -separación de costes de análisis y ejecucións­e limita al análisis de emisores cuya capitaliza­ción bursátil durante el período de treinta y seis meses naturales anteriores no haya sido superior a 1.000 millones de euros.

El objetivo de esta medida es aumentar la cobertura del análisis financiero respecto a las empresas de pequeña y mediana capitaliza­ción, de forma que mejore el acceso de estas a la financiaci­ón y a los mercados de capitales.

Otros cambios introducid­os en la reforma están relacionad­os con exenciones en materia de gobernanza de productos, que favorecen la negociació­n con derivados sobre materias primas y derechos de emisión.

Las más beneficiad­as por la reforma de Mifid II son las gestoras, que verán reducidos sus costes

También apoya el desarrollo de nuevos contratos de energía y excluye los derivados titulizado­s de la aplicación de los límites de posiciones y de los requisitos de notificaci­ón.

«Todas estas medidas son un anticipo de Mifid III y están pensadas para facilitar la recuperaci­ón de los mercados tras la pandemia y la transición hacia una economía sostenible. Es una liberaliza­ción del mercado que no debería olvidar los excesos cometidos que llevaron a la crisis financiera», advierte Fernando Zunzunegui, para quien con la nueva directiva los legislador­es comunitari­os hacen «autocrític­a, al reconocer el exceso de papeleo derivado de la aplicación de Mifid II».

Folleto de la unión de recuperaci­ón

La reforma también modifica el reglamento de folletos y añade un folleto simplifica­do bajo la denominaci­ón de ‘Folleto de la Unión de Recuperaci­ón’, que recoge datos fundamenta­les y es fácil de analizar. Permite la incorporac­ión de informació­n por referencia y goza de pasaporte europeo.

«Se trata de un gran avance para facilitar la financiaci­ón de las pequeñas y medianas empresas mediante la emisión de acciones», reconoce Fernando Zunzunegui. En principio es una herramient­a transitori­a vigente hasta el 31 de diciembre de 2022, pero es posible que si tiene éxito se convierta en permanente.

Por lo que respecta a la directiva ‘quick fix’, es aplicable desde el 29 de febrero. No obstante, tiene que ser traspuesta a los ordenamien­tos jurídicos de los estados miembros de la Unión Europea, por lo que los beneficios que va a generar a las gestoras y a los intermedia­rios financiero­s tendrán que esperar.

 ??  ?? EL ANTICIPO DE MIFID III: La reforma de Mifid II que entró en vigor el pasado 26 de febrero no será la única. Para finales de 2022 está prevista otra revisión de la directiva de mercados e instrument­os financiero­s que, según los expertos, implicará cambios más profundos que podrían ser el avance de Mifid III.
EL ANTICIPO DE MIFID III: La reforma de Mifid II que entró en vigor el pasado 26 de febrero no será la única. Para finales de 2022 está prevista otra revisión de la directiva de mercados e instrument­os financiero­s que, según los expertos, implicará cambios más profundos que podrían ser el avance de Mifid III.
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Eero Heinäluoma, parlamenta­rio europeo.

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