Los ETF de bonos desatan la tormenta
Fuertes críticas al desajuste entre los fondos y los valores ilíquidos que poseen, que son rebajadas por el BIS
En medio de la locura provocada por la subida de los rendimientos de los bonos, Invesco acaba de lanzar el Invesco US Municipal Bond UCITS ETF, un fondo cotizado que invierte en bonos municipales emitidos por los gobiernos locales de los Estados Unidos.
WisdomTree también apuesta por estos activos con un ETF que se posiciona en bonos emitidos por Europa para luchar contra la crisis provocada por el coronavirus. En concreto, a través del programa SURE, se emitirán cupones sociales bajo la iniciativa Next Generation por un total de 850.000 millones de euros.
Para Laure Peyranne, directora de ETF para Iberia, LatAm y US Offshore de Invesco, este vehículo permitirá ofrecer la posibilidad de invertir en un mercado que hasta ahora era de difícil acceso.
«Los ‘munis’ suelen ofrecer mejores yields, ratings medios más elevados y ratios de incumplimiento menores que los bonos estadounidenses de grado de inversión», aclara.
Por su parte, Lidia Treiber, directora de análisis de WisdomTree, explica que sus ETF replican los bonos de la Unión Europea, lo que podría convertirse en otro instrumento con una alta calificación y liquidez, y con la capacidad de tener una mayor participación en los programas de compra de activos del Banco Central Europeo (BCE) reduciendo el riesgo de la cartera.
El EUBO, que así se llama el ETF, tiene como objetivo replicar la rentabilidad del iBoxx EUR European Union Select Index, compuesto por una cesta de bonos de grado de inversión denominados en euros y emitidos por la Unión Europea.
¿Críticas infundadas?
Paralelamente a estos estrenos comienzan a surgir voces críticas sobre el papel de los fondos cotizados en la inversión en bonos ya que existe un desajuste entre los ETF altamente negociables y los valores ilíquidos que poseen.
Víctor Alvargonzález, socio y fundador de Nextep Finance, explica que este decalaje es mínimo y no se da en los ETF que invierten en bonos de deuda soberana o corporativos. «Afectaría más al high yield», aclara.
No obstante, el Banco de Pagos Internacionales ha elaborado un informe en el que recoge los mecanismos que regulan las diferencias de precio entre los fondos negociables en bolsa de renta fija y los bonos que poseen.
Su conclusión es que los dos valores pueden ser tremendamente distintos, pero gracias a estas diferencias existe una desconexión que actúa como un amortiguador clave para el mercado.
Cuando el dinero entra en un ETF un creador de mercado conocido como participante autorizado (AP) compra más activos del fondo y los intercambia con el emisor por nuevas acciones. Cuando el dinero sale, ocurre lo contrario.
El BIS descubrió que el grupo de valores intercambiados por acciones en un fondo de bonos agregado típico coincide con solo el 3 por ciento de las tenencias del
ETF. Esa cesta puede cambiar drásticamente de un día a otro, e incluso diferir de AP a AP. Es esta misma elasticidad la que le da a los fondos de bonos su resistencia.
Teniendo en cuenta esto, los analistas de A&G Banca Privada admiten que la subida de los rendimiento de los bonos puede llegar a ser un «caos» y explican los motivos por los que estos incrementos pusieron en jaque a las bolsas. «Lo que debería ser interpretado positivamente, como es el descenso en los contagios, y buenos datos macro en general, lastró a los mercados por miedo a que un repunte de la inflación pueda forzar una retirada de estímulos antes de lo esperado», aclaran.
Por otro lado, esta diferencia en el valor de los bonos es también vista como una muestra de lo líquido que pueden llegar a ser estos vehículos, por lo que podrían ser una opción interesante en renta fija.
Democratizar el acceso a la renta fija
Los ETF «han ayudado a democratizar el acceso general a la renta fija y los productos más recientes se han centrado principalmente en descomponer este activo», destaca Treiber.
En primer lugar porque las comisiones de un fondo cotizado en bonos son menores que un fondo de renta fija gracias a que no se tiene que salir al mercado a comprar o vender cada vez que hay una colocación y, al mismo tiempo, los inversores gozan de una doble liquidez al contar con el mercado secundario, sin tener que pasar obligatoriamente por el primario.
Al respecto, Alvargonzález señala que «cuando inviertes en renta fija, tienes cupones del 0 por ciento, del 1 por ciento en el mejor de los casos, por lo que obtener rentabilidad tras las comisiones es prácticamente imposible».
Por otro lado, «la flexibilidad inherente a la composición de las cestas puede permitir que los ETF resistan episodios de tensión en el mercado», explica Karamfil Todorov, del BIS.
Alexis Marinof, responsable de WisdomTree en Europa, agrega que «los ETF proporcionan un modo eficiente en costes para acceder a estrategias de renta fija y se están convirtiendo en el vehículo elegido para muchos inversores en este tipo de activos». Mientras tanto, los inversores que no los rescaten se benefician de la mejo
ra de la calidad media de los bonos en el ETF, señalo Todorov.
Descuentos en los bonos
Esta flexibilidad no es gratuita y puede penalizar al inversor vía descuentos. Los AP pueden ser más reacios a realizar transacciones con el fondo debido a la incertidumbre sobre qué valores aceptará o devolverá, y eso debilita el mecanismo de arbitraje, según el BIS.
Esto ya se hizo patente durante marzo del año pasado, cuando decenas de ETF de renta fija cotizaron con descuentos del 5 por ciento o más sobre su valor liquidativo, mientras que unos pocos cotizaron con un descuento del 10 por ciento o más. Aunque la intervención de la Reserva Federal corrigió estas disparidades.
Otro problema derivado es que, según el estudio de BIS, los fondos podrían salir de los más líquidos, dejándolos con una cartera de activos de más riesgo y menos líquidos. Lo que podría generar un comportamiento totalmente opuesto al deseado, ya que los inversores saldrían de la
renta fija al estar solo en activos de peor calidad.
Alvargonzález dice que se trata de una situación independiente al hecho de articularse en un fondo cotizado o un fondo de inversión, que está relacionada con los activos en los que invierte. «Un bono high yield o bono basura siempre será más ilíquido que un bono alemán, español o del Tesoro americano», especifica.
Peaje fiscal
Por último, los ETF en bonos tropezarían frente al peaje fiscal que deberían abonar cuando se vende, «mientras que un fondo de inversión se puede traspasar sin coste», explica el experto.
Otro aspecto donde perderían terreno sería frente «a fondos de renta fija de gestión activa, donde se genere alfa, a través de las decisiones del gestor posicionándose corto o largo o cambiando la exposición de los bonos a diferentes países según el momento», indica Alvargonzález y ahí «sí que merece la pena pagar la comisión».
La intervención de los bancos centrales evitó situaciones negativas en el mundo de los ETF de bonos