Bourla promete un crecimiento anual de los ingresos del 6% para el negocio principal hasta 2025, excluyendo los productos Covid-19
Luego, por supuesto, está Moderna. En su punto álgido, la empresa, con sede en Massachusetts, alcanzó una valoración de mercado de 190.000 millones de dólares tras la salida de su vacuna contra el Covid-19, Spikevax.
El director general de Moderna, Stéphane Bancel, se muestra escéptico ante la posibilidad de que Pfizer se convierta en un bastión de la innovación en materia de ARNm.
«Dígame un sector en el que se haya producido una disrupción por un gran operador», reclamó en una entrevista con motivo de la jornada de I+D de Moderna, celebrada en septiembre. «Pfizer hizo un trabajo increíble para llevar el producto a la escala de desarrollo y fabricación. Nosotros hicimos lo mismo sin ayuda de una gran empresa farmacéutica».
Moderna tiene otros problemas con Pfizer. En agosto presentó sendas demandas ante los tribunales estadounidenses y Alemania, alegando que había patentado investigaciones de ARNm entre 2010 y 2016. Sostiene que Pfizer y BioNTech copiaron parte de la tecnología de Moderna en lugar de idear la suya propia.
Una portavoz de Pfizer dijo que la vacuna se basaba en la tecnología de ARNm patentada por BioNTech y que la empresa confía en la propiedad intelectual que respalda la inyección.
Más allá de la lucha con Moderna, hay preguntas sobre cuánto puede avanzar
Pfizer en el ARNm sin de- pender del socio que le ayudó a desarrollar la vacuna contra el Covid-19.
«Pfizer es ahora el mayor fabricante de vacunas de ARNm del mundo», aporta Weissman. «Pero dependían de BioNTech por ese conocimiento de la plataforma».
BioNTech, fuera del camino
Bourla ha intentado cambiar la percepción de que Pfizer necesita a BioNTech para avanzar en su estrategia de ARNm.
«No necesitamos trabajar con ellos», dijo en una entrevista a principios de 2021, describiéndola como una «asociación fantástica», pero que no impediría a la empresa trazar su propio camino.
Hasta ahora, Pfizer dice haber gastado más de 2.000 millones de dólares en proyectos de ARNm, una miseria si se compara con su gigantesco cajón lleno de efectivo. La empresa tiene capacidad para gastar, al menos, 150.000 millones en acuerdos.
Pero el panorama de las operaciones ha cambiado significativamente. Los tipos de interés se disparan y la inflación asusta a los mercados de crédito. El volumen de fusiones y adquisiciones a nivel mundial se ha ralentizado: desde junio sólo se ha anunciado una operación valorada en más
no esté haciendo muchas otras cosas.
Entre sus candidatos a fármacos más prometedores se encuentra una vacuna contra el virus respiratorio sincitial (VRS), que mata u hospitaliza a más de 100.000 adultos cada año solo en los Estados Unidos, así como una terapia contra la obesidad y la diabetes, y tratamientos autoinmunes y contra el cáncer.
Aunque estos potenciales éxitos de ventas tienden a recibir menos tiempo en las presentaciones a los inversores y menos preguntas, son fundamentales para la historia de crecimiento de Pfizer después del Covid-19.
Aun así, el mercado del Covid-19 por sí solo podría seguir impulsando a Pfizer durante varios años más.
Bourla ha prometido que la empresa seguirá dominando el segmento con refuerzos anuales de nueva generación, adaptados a las últimas variantes. Ese mercado se está reduciendo. La aceptación de los nuevos refuerzos de Pfizer-BioNTech y Moderna es sorprendentemente baja, ya que sólo el 2,7 por ciento de la población elegible ha recibido uno de ellos hasta el 28 de septiembre, según Bloomberg Intelligence.
Seigerman, de BMO, sigue viendo el potencial de una demanda regular entre los mayores de 50 años, que sólo en los Estados Unidos supondría un mercado anual de más de 7.000 millones de dólares para Pfizer, cifra que describió como «emocionante de tener en el balance».
«La pregunta es ¿durante cuántos años?», dijo. «No hay mucho optimismo en que el mercado se llene». La demanda de las dosis de refuerzo contra el Covid-19 ha sido baja, y los analistas esperan que los ingresos globales de Pfizer por la vacuna empiecen a caer bruscamente: de 33.200 millones este año a 10.500 millones en 2024.
¿Una panacea?
Para Pfizer, es poco probable que el ARNm sea una panacea. Aunque alcance sus ambiciosos objetivos de desarrollo de fármacos, convenza a la gente de que siga vacunándose contra el Covid-19 e introduzca una nueva e innovadora vacuna contra la gripe o el herpes zóster, seguirá teniendo los mismos competidores, presiones de precios y obstáculos reglamentarios que antes.
«El ARNm es una plataforma fantástica, pero no lo resolverá todo, ¿no crees?», dijo Kathrin Jansen, jefa de I+D de vacunas de Pfizer, recientemente jubilada, que fue la primera en sugerir a Bourla que buscara una inyección de ARNm contra el Covid-19.
«Pensar que una sola tecnología va a resolver todos tus problemas... bueno, nunca lo hace».
Riley es corresponsal de Bloomberg Businessweek.
CPR Asset Manage- ment es la gestora del grupo Amundi especializada en megatendencias de inversión. En esta entrevista, su director de Especialistas de Inversión, Andrea Mossetto, desgrana las temáticas más interesantes y lanza un aviso a navegantes: es hora de empezar a mirar las acciones tecnológicas.
¿Qué papel debe jugar la inversión temática ahora? Estamos viendo mucha volatilidad y, probablemente, entremos en recesión el año que viene en Europa. En este contexto, la situación de la renta variable es muy incierta. Pero, cuando te fijas en las temáticas y, sobre todo, en aquellas que tienen que ver con el clima y con la transición energética, hay una gran movilización en los sectores privado y público, con muchas inversiones e incentivos previstos en todo el mundo, que apoyarán el tema del hidrógeno, las materias primas y las infraestructuras. En todo caso, esperamos una exposición menor pero más selectiva a la renta variable en las carteras debido a la volatilidad. Por contra, hemos observado un incremento de la presencia de bonos. Los tipos están subiendo y la historia del ‘back to bonds’ tiene sentido también en el espacio temático: añadir YTM a las carteras, reducir bolsa y dedicar la exposición a renta variable a ideas vinculadas al tema de la transición energética, por ejemplo.
Hay una gran movilización de fondos a nivel mundial hacia las temáticas de transición energética
¿Qué ventajas aporta la inversión temática en el momento actual?
Lo primero, diversificación. Lo segundo, que se trata de tendencias de largo plazo que han llegado para quedarse, no de apuestas de corto. Lo que hacemos nosotros es focalizar la asignación de activos estratégica en las tendencias de futuro que ofrecen más crecimiento potencial y, luego, realizar la asignación táctica ajustando la estrategia al entorno o a las convicciones de más corto plazo (de entre 1 y 3 meses). Así se construye una cartera realmente activa y proactiva.
La apuesta por el largo plazo es fundamental en la inversión temática.
Hay que pensar en un horizonte temporal de 3 a 5 años para cualquier inversión de bolsa pero, en el caso de las megatendencias, los plazos se amplían. Piensa que el último súper ciclo de las materias primas duró treinta años y que la transición climática está planificada hasta 2050.