La migraña de Abascal
Si Díaz es un dolor de cabeza para Iglesias, Macarena Olona puede convertirse en una migraña para Santiago Abascal. La exdiputada y candidata fallida de Vox en las elecciones andaluzas se ha embarcado en una aventura que, salvando todas las distancias, se parece a la plataforma Sumar de la vicepresidenta segunda. Poco antes de que Iglesias descargara la artillería contra Díaz, Olona presentaba su proyecto en un acto en Madrid. La que fuera portavoz parlamentaria de Vox en el Congreso fía su futuro a una doble estrategia consistente en impulsar una fundación (Igualdad Iberoamericana, registrada en Panamá) destinada a luchar contra «la criminal ideología de género» a ambos lados del Atlántico y promover en España una iniciativa legislativa popular (ILP) con un objeto similar. El peligro para Vox, cuyo declive en las encuestas es palpable desde que dejó de ser clave en Andalucía, es la competencia que suponga Olona a lo largo de los próximos meses en los que se dedicará a recorrer el país para conseguir medio millón de adhesiones a la ILP y, de paso, cortejar a personas y grupos que han ido desgajándose de Vox. Abascal reaccionó a la crisis generada por la salida de Olona del partido reorganizando la cúpula, empezando por relevar a su secretario general,
Javier Ortega Smith, a cuyos modos autoritarios se atribuyen las fisuras cada día más notorias en una organización basada en férreo control de toda la estructura territorial. Falta por saber si la particular «escucha activa» que protagonizará Olona con su ILP acelera los problemas de sus excompañeros cara a las elecciones autonómicas y municipales o, por el contrario, certifica que ya está amortizada para la política. La exdirigente ultraderechista afirma que no tiene planes ante las elecciones generales. Pero, como su antagonista en la ultraizquierda, todo dependerá de los resultados de mayo en el espacio situado a la derecha de la derecha.