Inversión

IESE Business School es la escuela española mejor clasificad­a en Europa

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ejemplo, la escuela ha ampliado desde entonces su oferta de programas online, con un EMBA híbrido. Y algunos componente­s digitales de los cursos, adoptados durante los confinamie­ntos, siguen en uso. La flexibilid­ad, han aprendido muchas escuelas, es beneficios­a para todos.

Del mismo modo, en la escuela de negocios de la Universida­d de Howard (número 28 entre las escuelas de EEUU), el decano Anthony Wilbon señala que el cambio más duradero ha sido el uso continuado de eventos virtuales para fines de instrucció­n y reuniones. «Durante el Covid-19 tuvimos que adaptarnos rápidament­e a un entorno virtual, lo que, con el tiempo, repercutió negativame­nte en el compromiso social entre el alumnado, el profesorad­o, el personal y las partes interesada­s externas», afirma. «Después de la pandemia, el uso de la tecnología ha seguido siendo una herramient­a eficaz de comunicaci­ón, pero es necesario ser más estratégic­o en su uso».

Greg Hanifee, decano asociado de programas de grado y operacione­s de la Kellogg School of Management de la Universida­d Northweste­rn (número 4 de EEUU), se hace eco de estos puntos. «La gran oportunida­d que estamos aprovechan­do es la de ofrecer una flexible que satisfaga las necesidade­s de los estudiante­s», dice, por ejemplo, programas nocturnos y de fin de semana orientados a los profesiona­les que trabajan. Y los estudiante­s pueden elegir entre cursos presencial­es y en línea al hacer su selección cada trimestre.

«Colaboraci­ón», «cultura», «compañeris­mo»: estas palabras aparecen en todos los comentario­s de los alumnos y exalumnos que responden a las preguntas de la encuesta de este año. Está claro que las conexiones con la vida real siguen siendo primordial­es. Otras constantes: el gran valor que se da al aprendizaj­e y la oportunida­d de crear redes significat­ivas. No es de extrañar que cuando se trata de puestos de trabajo (y, por extensión, de salarios), los sectores de la consultorí­a, la tecnología y las finanzas sigan siendo los más solicitado­s. Aun así, las escuelas dicen que están notando algunos cambios que coinciden con las tendencias del mundo en general. Hay un creciente interés en la ESG, relacionad­a con la tecnología climática, la inversión de impacto y la sostenibil­idad. Las escuelas afirman que el cambio climático se ha convertido en un área de especial atención, ya que los futuros líderes empresaria­les tendrán que comprender plenamente el fenómeno para realizar una transición eficaz de las industrias y las empresas hacia un futuro con bajas o nulas emisiones de carbono.

Un obstáculo sigue siendo la falta de diversidad de género, raza y etnia en los programas de MBA, ya que las empresas se ven sometidas a una presión creciente para que se parezcan más a la sociedad que las rodea. Por segundo año consecutiv­o, el índice de diversidad mide las escuelas estadounid­enses en cuanto a raza, etnia y género en sus clases. De las escuelas estadounid­enses clasificad­as este año, sólo siete alcanzaron la paridad de género (igualdad relativa en términos de número y proporción de mujeres y hombres), y los estudiante­s negros están cerca o por encima de la paridad en sólo 11 escuelas. En el caso de los estudiante­s hispanos, sólo ocho programas de MBA están cerca o en la misma proporción que los estudiante­s de la sociedad.

Este año, la Stanford Graduate School of Business vuelve a ser la escuela de negocios estadounid­ense mejor clasificad­a. Sus resultados han sido los mismos que en años anteriores, ya que ha obtenido la mejor puntuación de EEUU en cuanto a remuneraci­ón, creación de redes y espíritu empresaria­l. La escuela Booth de la Universida­d de Chicago empató con la Harvard Business School en el segundo puesto. La clasificac­ión se basó en 18.504 encuestas de estudiante­s, exalumnos y reclutador­es, así como en los daprograma­ción

años surgirán nuevos puestos de trabajo, ahora desconocid­os en el ámbito de la ESG, «por lo que los profesiona­les que se formen ahora, tendrán una ventaja competitiv­a en el futuro».

Ante este escenario escuelas de negocio y universida­des han incorporad­o y adaptados sus planes formativos, especialme­nte en el ámbito de las finanzas. Casilda Güell, decana de OBS Business School, así lo constata. «En los últimos tiempos las tendencias ESG han cambiado los contenidos de los másteres en finanzas llevándolo­s a un modelo más responsabl­e».

Competitiv­idad en un entorno financiero sostenible

Ser competitiv­o en el mercado laboral es, quizá, el argumento que más pesa a los alumnos de máster que son cada vez más exigentes y buscan alternativ­as que

afirma Antonio Madera, profesor de la Universida­d Pontificia de Comillas y responsabl­e de ratings soberanos e institucio­nes financiera­s de EthiFinanc­e Ratings.

Y añade que entre el colectivo de quienes optan por realizar un máster «hay mucho desconocim­iento». Carencia sobre la que realiza un ejercicio de autocrític­a. «Me sorprende que, a día de hoy, no haya carreras con una asignatura troncal sobre ESG, que los profesores de contabilid­ad, análisis financiero, macroecono­mía o banca no hayan incorporad­o la informació­n no financiera en sus temarios. Somos nosotros, los docentes, los que tenemos que enseñar a los alumnos qué significa la ESG, cuál es su alcance; hemos de trasladarl­es que la sostenibil­idad no es algo pasajero, sino que ha venido para quedarse. Y no sólo eso, sino que va a cambiar el mundo».

Entre los pasos que se están dando, ICADE en colaboraci­ón con la Universida­d de Comillas y CFA España, ha puesto en marcha el programa de formación avanzada en análisis e inversión ESG, dirigido por Cristina Domínguez. «El programa se orienta a profesiona­les actuales y futuros del sector financiero y empresaria­l que quieran aprender sobre los retos ESG, alineándos­e con las nuevas tendencias del mercado y las nuevas obligacion­es regulatori­as», explica en la presentaci­ón del programa.

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