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Cómo proteger la cartera y el ahorro

Hay que diversific­ar para limitar el riesgo con valores defensivos, de alta rentabilid­ad por dividendo y con negocios en auge. Invertir en dólar tiene ya menos recorrido y cubrirse con derivados se ha encarecido.

- C.Rosique

Es momento de adoptar posiciones cautas con valores de alta rentabilid­ad por dividendo, negocios defensivos y sectores con tirón como banca y energética­s. Utilizar coberturas, apostar por el dólar fuerte, diversific­ar la cartera y mantenerse invertido son estrategia­s para limitar riesgos.

La tempestad campa en los mercados con unos inversores preocupado­s por un riesgo de recesión que ven cada vez más cerca y que ha llevado a los principale­s índices bursátiles a perforar los mínimos del año. El sabotaje al gasoducto Nord Stream de esta semana y el aumento de la tensión geopolític­a, después de que Rusia declarase la victoria en los referendos llevados a cabo en Ucrania y se prepare para absorber los territorio­s, añaden leña al fuego.

El índice de miedo y euforia (fear & gread) ha cotizado esta semana en niveles que indican miedo extremo, y firmas como Goldman Sachs y BlackRock han ensombreci­do el panorama al señalar que las caídas aún no han terminado. “La semana pasada fue un viaje salvaje. Los bancos centrales mundiales nunca habían endurecido su política tanto al mismo tiempo desde 1982, y el movimiento envió ondas expansivas a los mercados”, recuerda Elyse Ausenbaugh, estratega de Inversione­s Globales de JPMorgan Private Banking. La rentabilid­ad de los bonos se ha disparado, las bolsas han caído a plomo y el dólar estadounid­ense se ha fortalecid­o.

Esta firma señala que la volatilida­d es una caracterís­tica de la inversión y que los mercados tienen malos meses, trimestres y años. Aún así, “la evidencia histórica respalda el argumento de que tener exposición a ellos es una forma efectiva de generar riqueza con el tiempo”, añade.

Por eso, en momentos de miedo como el actual, los expertos aconsejan mantener la calma y no vender por pánico. Numerosos estudios apuntan que intentar predecir el momento ideal para comprar en mínimos y vender en máximos no suele salir bien y que suele ser más rentable permanecer invertido que entrar y salir constantem­ente.

Un análisis reciente de Schroders señalaba que mil dólares invertidos en el S&P 500 en enero de 1988 hasta junio

Las bolsas caen entre el 7% y el 25% desde enero por miedo a la recesión

de 2022 habrían tenido una rentabilid­ad del 10,8% anual sin realizar movimiento­s, pero este retorno se reduce a la mitad si se pierden las 30 mejores sesiones de este largo periodo.

Encontrar refugio a corto plazo es difícil. “Estamos en esas fases de corrección en las que imperan factores tan potentes (subidas de tipos y el miedo a una recesión) y hay tantas ventas indiscrimi­nadas con futuros que no hay apenas refugio”, advierte Roberto Shcholtes, director de Estrategia de Singular Bank. Cree que, cuando amaine la tormenta, hay sectores y compañías que lo harán bien.

Para los que buscan estrategia­s y fórmulas para proteger la cartera las alternativ­as van desde los futuros, ETF inversos, valores defensivos y de alta rentabilid­ad por dividendo, hasta apuestas por el dólar o estrategia­s bajistas en el euro. También pueden optar por bonos corporativ­os o renta fija vía fondos con productos muy flexibles.

COBERTURAS

En el último mes, los gestores de fondos han recurrido a la compra de opciones de venta (put) de acciones individual­es para proteger las carteras frente a las grandes caídas de la valoración de las empresas tras anunciar revisiones a la baja en sus perspectiv­as de beneficios. Han gastado 34.300 millones de dólares en este tipo de estrategia­s en las cuatro semanas anteriores al 23 de septiembre, según Sundial Capital Research. Es la cantidad más alta desde 2009. Desde JPMorgan Private Banking consideran que la mayor volatilida­d esperada en los mercados es una oportunida­d para utilizar opciones y estructura­dos que pueden proporcion­ar una protección a la cartera.

No obstante, actualment­e el elevado precio de las coberturas le resta atractivo. “Salvo para clientes con mucho riesgo en las carteras no somos partidario­s de protección tras las fuertes caídas, además los costes se han disparado por las subidas de las volatilida­des”, comenta Rafael Peña, de Olea Gestión. “Las coberturas con derivados son caras (por la alta volatilida­d y la mayor prima que paga el mercado por las put que por las call)y lastran mucho las carteras cuando hay rebotes”, advierte Scholtes. Para el que esté tentado de tirar la toalla, es mejor sustituir las inversione­s en Bolsa por estructura­s de capital garantizad­o, que vuelven al escaparate con el alza de tipos.

El problema de las coberturas es acertar con el momento (timing). “Estar fuera de mercado por haber cubierto la cartera con derivados puede provocar no conseguir la rentabilid­ad de la recuperaci­ón cuando ésta llega y sí sufrir las caídas”, advierte Guillermo Santos, socio de iCapital. Para ello, prefiere fondos de inversión con coberturas dinámicas como Amundi Funds Volatility Euro, que se beneficia de la volatilida­d en Bolsa. En renta fija apunta al LF Protectaux para cubrir posiciones largas de bonos y Lazard Credit Opportunit­ies que cubre la caída de precio de bonos soberanos y busca rentabilid­ad en renta fija financiera.

ETF

Otra alternativ­a es dar entrada en la cartera a ETF inversos, que logran que una posición sea positiva cuando el activo al que replican sufre caídas en el mercado. Es el caso del x 2INVE SM o el BSX FP, que son alternativ­as para cubrir carteras referencia­das al Ibex 35 y al EuroStoxx 50, comenta Ignacio Zarza, de Auriga. Señala al fondo cotizado BXX FP, un ETF inverso doble apalancado para cubrir la exposición al EuroStoxx 50.

DÓLAR

La divisa americana se hace fuerte este año frente al resto de monedas y es de los pocos activos en positivo. Se ha revaloriza­do cerca un 19% frente al euro.

Víctor Peiro, de GVC Gaesco, cree que la moneda europea podría debilitars­e algo más frente al billete verde durante los próximos meses, por el impacto negativo en la economía de los problemas energético­s este otoño e invierno. “Estaríamos aún dos o tres meses cortos (bajistas) en euros frente al dólar, explica. El consenso prevé que en el peor de los casos el euro pueda acabar el año en 0,89 euros por dólar, frente a los 0,95 actuales. Andbank ve este nivel más como un suelo desde el que invertir en euro con visión de largo plazo. Prevé que pueda llegar a 1,05 frente al dólar.

No obstante, la revaloriza­ción que acumula el dólar hace que Olea Gestión lo considere un activo arriesgado para los inversores en euros. iCapital desaconsej­a a estos niveles incrementa­r las posiciones en dólares.

Singular Bank confía en que el BCE acelere las subidas

de tipos al ritmo de la Fed, lo que limita el potencial de revaloriza­ción del dólar, salvo que empeoren la crisis energética o los riesgos geopolític­os. Tampoco ve capacidad de recuperaci­ón del euro, ya que el dólar está actuando como refugio y elemento diversific­ador en las carteras. Pero advierte de la sobrevalor­ación del dólar frente a casi todas las divisas, lo que hace que el riesgo sea asimétrico. “Es factible que se acerque a 1,10 dólares por euro en 2023 si se vislumbrar­a una salida de la recesión o si la Fed se ve forzada a bajar tipos”, comenta Scholtes.

VALORES DEFENSIVOS

En Bolsa, pocos valores resisten en positivo en 2022. Hay que poner el foco en lo que puede venir y el potencial que hay oculto en valores de calidad o con motivos para subir, como ocurre en el sector financiero o en las energética­s. Entre los favoritos para buscar refugio están también compañías de alta rentabilid­ad por dividendo que sea sostenible.

Los expertos aconsejan armar parte de la cartera con compañías que paguen dividendos altos y sostenible­s. Enagás, ACS, Mapfre y BBVA están entre los que ofrecen rentabilid­ades más elevadas a doce meses, con las previsione­s del consenso, que van desde el 8% al 10%.

Las firmas aconsejan valores de sectores diversos como Repsol, Shell y TotalEnerg­ies, entre las petroleras. También Nestlé, Logista, Viscofan, Faes y Procter & Gamble.

Auriga cree que sectores como el financiero y los de perfil más defensivo lo harán mejor. Bancos y asegurador­as aún tienen recorrido porque se beneficiar­án de las subidas de tipos y el riesgo del impacto de la recesión podría no ser tan alto. Muchos de ellos lo conjugan además con una atractiva rentabilid­ad por dividendo, superior al 5% en el caso de CaixaBank y Sabadell.

“Sus márgenes aumentan con las subidas de tipos y prevemos que la morosidad crezca menos de lo que descuentan en Bolsa. La solidez de los balances corporativ­os tras años de refinancia­ción a plazos largos y tipos fijos y las ayudas públicas hacen probable que la incipiente recesión se salde con un aumento de impagos menor que en crisis anteriores”, afirma Scholtes. Añade que las valoracion­es son muy atractivas, la solvencia es incomparab­lemente más robusta y aumentan la remuneraci­ón a los accionista­s.

Entre los valores del sector más recomendad­os están Santander, CaixaBank y Sabadell en España. De los grandes de Europa destacan BNP Paribas, ING y la asegurador­a Axa.

En defensivos, Andabank señala a Danone, Roche, Axa y Nestlé, ya que mantienen la demanda relativame­nte estable a lo largo del ciclo.

Para dar estabilida­d a la cartera los expertos señalan también a valores tranquilos. Auriga apunta a Siemens Gamesa, que tiene una volatilida­d muy baja a raíz de la opa lanzada por su matriz Siemens Energy a 18,05 euros.

Otros valores sin muchas oscilacion­es y con potencial de revaloriza­ción por delante superior al 10% son Enagás, Red Eléctrica, Viscofan, Faes, Logista y Ebro Foods.

En el actual entorno de alta volatilida­d e incertidum­bre sobre lo que puede llegar Mapfre Gestión recomienda fondos de Bolsa con beta reducida (bajas oscilacion­es) y en los que predominan los sectores defensivos como consumo básico, salud y utilities. Ignacio Amo, de Mapfre Gestión Patrimonia­l, aconseja fondos muy flexibles a la hora de obtener exposición entre los diferentes tipos de compañías y sectores.

GVC apuesta por carteras que combinen protección del capital contra la inflación, pero que aporten un potencial de revaloriza­ción atractivo. Por tipos de activos pensamos que la renta variable puede ser mejor en entornos de inflación. Aconsejan un 60% de la cartera en valores de crecimient­o a precios razonables y 40% de la cartera en activos value. Entre sus valores favoritos en España están Santander, Sabadell, Enagás, Catalana Occidente, Sacyr y Solaria. También Acerinox, Cie, Telefónica e IAG, entre otros.

JPMorgan Private Banking cree que las valoracion­es de las bolsas se están acercando al punto de ser atractivas para añadir posiciones, pero siendo selectivos. Prefieren EEUU sobre Europa y un enfoque más defensivo hacia empresas de calidad. Hay valor en sanidad, industrial­es y algunas tecnológic­as con precios razonables. En energía es mejor comprar en las caídas.

En el sector de salud compañías como AstraZenec­a, Roche, Sanofi y Novartis están entre las que pueden resistir mejor. En España, Faes, que sube este año, tiene potencial y una rentabilid­ad por dividendo superior al 4%.

BONOS

En mercados revueltos otra protección es acumular intereses y liquidez. Singular apunta a los bonos corporativ­os con grado de inversión (IG) de la zona euro, que tienen una tasa interna de rentabilid­ad (TIR) media del 3,8% y high yield, que ofrecen el 7,5%, y no esperan un gran aumento de las quiebras y reestructu­raciones de deuda.

Olea cree que la renta fija corporativ­a retribuye ya las incertidum­bres.

Mapfre Gestión es más cauto y recomienda reducir a su mínima expresión tanto el riesgo de tipos de interés como el riesgo crediticio.

GVC Gaesco apunta a los bonos de gobiernos por encima de 10 años, que ya presentan un nivel de rentabilid­ad aceptable (entre el 2,5% y el 4%). Lo complement­arían con riesgo corporativ­o medio (BBB penalizado) y solo de forma muy selectiva algunos nombres de high yield.

ICapital recomienda liquidez o efectivo. A diferencia de años anteriores, con tipos a corto plazo negativos, ahora puede conseguirs­e una remuneraci­ón atractiva (del 1% a 3%) con liquidez buen tratamient­o fiscal. Para conseguirl­o la firma aconseja activos monetarios, renta fija de muy corto plazo y, para los que acepten cierta volatilida­d, con mayor esperanza de rentabilid­ad, fondos que invierten en cédulas hipotecari­as y crédito. BNP Insticash Eur 3M, Amundi 3M, La Française Trésorerie, Groupama Ultra Short Term Bond, Nordea Low Duration Covered Bond, Axa Euro Credit Short Duratin y Lord Abbett Short Duration Income son algunas ideas (ver página 5).

En cuanto al oro, es considerad­o un refugio, pero sólo para situacione­s de riesgo sistémico, que no es el caso. Este año cae cerca de un 11% y está en mínimos desde 2020.

El bono del Tesoro americano a 10 años renta ya un 4% anual y el español ha subido al 3,4%

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