Expansión Catalunya - Sábado - Inversor
Cuando anochece más pronto sin sentido
En la noche de sábado a domingo del último fin de semana de octubre el reloj se atrasa una hora para acomodarlo al horario de invierno; no entiendo por qué. Algunos dicen que así se aprovecha más la escasa duración de la claridad de esta época del año y otros, poesía en mano, que la luz del sol les contagia alegría mientras que la oscuridad les entristece. Aunque creo que personas, animales y plantas adaptan su modusvivendi al entorno natural y que este no debe modificarse. Lo mismo pienso del estilo de gestión de los fondos; hay que mantenerlo sin volubilidad.
El gestor es esa persona a quien confiamos nuestro dinero por la tarjeta de presentación que ofrece, en la que retrata cómo y en qué forma hará su trabajo, siempre dentro de unos márgenes.
Aunque, sin embargo, algunos adaptan su labor al sol que más calienta cuando gran parte de la cartera, las expectativas y la realidad no son las deseadas, pero cuando la Bolsa se recupera no aprovechan en su integridad el alza del mercado. Mientras, el partícipe confiado espera una recuperación que no llega. Estos casos se dan cuando el gestor tiene como faro guía la ránkingmanía, las clasificaciones de los fondos, ya que estar bien situado se premia con suscripciones.
El análisis que debe realizar el potencial suscriptor es comprobar la consistencia en el estilo de inversión en un –como poco– medio plazo, mejor si es amplio, ya que se puede así verificar la fidelidad a sus principios, su rentabilidad y la de su índice de referencia y la volatilidad en el tiempo.
Creo que el horario solar debe mantenerse para la vida, y la filosofía de gestión para la inversión. ¿Qué somos? ¿Personas o veletas?