Expansión Nacional - Sabado - Inversor
Diversificar en capital riesgo, inmuebles y materias primas
Comprar vivienda para alquilar ofrece una rentabilidad media del 6,6% en España. Las inversiones en infraestructuras pueden rentar un 8% y, el ‘private equity’, cerca del 12%.
De fondos y demás
Marcelo Casadejús Analista del mercado de fondos
El futuro que nos espera a la vuelta de la esquina
S. Pérez
Cuantos más activos de inversión se pongan en el radar, mayores son las probabilidades de mitigar el impacto de la inflación en los ahorros. Los altos patrimonios suelen apoyarse, a tal fin, en las denominadas inversiones alternativas. Es decir, instrumentos no tradicionales que buscan obtener rentabilidad con independencia de la evolución de los mercados y que ayudan a diversificar las carteras.
Activos inmobiliarios, fondos de cobertura (hedge fund), materias primas y productos estructurados se están abriendo paso entre cada vez más perfiles de inversor.
La vivienda para alquilar tiene sus defensores. Requiere mucha liquidez, pero ofrece un rendimiento, medido por el cociente entre los ingresos recibidos por el alquiler y el desembolso realizado para la compra del inmueble, que ascendía al 6,6% durante el segundo trimestre de 2022. Esto compara con el 7% que daba en el mismo periodo del año anterior, según datos de Soluciones de urbanData Analytics (uDA). Para mantener los márgenes de rentabilidad será necesario que los alquileres se mantengan al alza, algo que por el momento sucede: los precios del alquiler se han disparado más del 15% en 20 ciudades hasta julio.
Una alternativa sencilla es el oro físico, un tradicional refugio frente a la inflación. El hándicap ahora reside en que tiene el viento de cara, como refleja en su depreciación del 10% en lo que va de año, hasta los 1.642 dólares por onza. En fases de repunte los tipos de interés, que aumentan los rendimientos de los activos de renta fija, tanto a corto como a largo plazo, juegan en contra del oro, ya que muchos inversores prefieren la deuda con remuneraciones cada vez más atractivas.
Los expertos sostienen que, aunque los precios pueden haber caído por debajo de niveles justificados, es improbable un repunte rápido y a medio y largo plazo. Quienes quieran apostar por una revalorización del metal precioso pueden hacerlo a través de oro físico en firmas especializadas o mediante fondos de inversión cotizados (ETF). El SPDR Gold Shares y el Invesco Physical Gold son dos de las referencias.
Barreras de entrada
Para el resto de inversiones alternativas, las barreras de entrada están determinadas por los umbrales mínimos de inversión y, sobre todo, por el nivel de conocimientos financieros.
Víctor Alvargonzález, director de estrategia y socio fundador de Nextep Finance, pone como ejemplo “la mala experiencia que se produjo hace tiempo con los fondos inmobiliarios, que se vendieron como si fueran un fondo más y, cuando la gente quiso recuperar su dinero, tuvo que esperar meses”.
“No hubo nada ilegal, simplemente se vendieron a la gente equivocada y no se les informó o no se insistió suficientemente en la cuestión de la liquidez”, añade.
Ahora, con la reciente aprobación de la ley Crea y Crece se podrá invertir en algunos Fondos de Inversión a Largo Plazo Europeo (ELTIF, por sus siglas en inglés) a partir de 10.000 euros. Antes eran fondos restringidos a inversores institucionales, pero ahora el regulador europeo admite la entrada de pequeños inversores, según señala Marta DíazBajo, directora de Soluciones de Inversión de atl Capital.
Sin embargo, Rafael Soldevilla, director de productos y servicios de A&G, puntualiza que no suelen asesorar la inversión en este tipo de productos para cantidades inferiores a 100.000 euros.
Cuando se cuenta con conocimiento y experiencia suficiente para pasar el test de idoneidad que da acceso a productos complejos y se dispone de un talonario abultado, el abanico se puede ampliar a inversiones en la economía real: empresas, colegios, infraestructuras o recursos agrícolas y forestales, por ejemplo. Las participaciones mínimas para acceder a estas inversiones rondan los 250.000 euros, y dada su iliquidez, es aconsejable que tengan un peso reducido en las carteras; no en vano el horizonte temporal de estas inversiones suele ser largo, entre 3 y 7 años, pudiendo llegar a los 10 años.
En alt Capital consideran que el 20% del patrimonio financiero que el inversor dedique para cubrir las necesidades u objetivos a muy largo plazo se puede destinar a productos alternativos. Sin embargo, dados los distintos niveles de riesgo y plazo (nada tiene que ver un fondo que invierta en crédito de forma diversificada con uno que invierta en las fases iniciales de unas decenas de start up), en general no es recomendable invertir más de un 5% en cada uno de ellos, sostiene Marta Díaz-Bajo.
Los inversores que no tengan cierta experiencia y un perfil de riesgo relativamente alto deben dedicar cero, remarca Alvargonzález.
Cómo seleccionar
El asesoramiento personalizado es básico a la hora de seleccionar el producto alternativo más adecuado.
Para Alvargonzález, existen productos de gestión alternativa líquidos muy interesantes, como muchos fondos Long Short (apuestan por alzas y bajas de activos al mismo tiempo), que han demostrado en el actual mercado bajista que son capaces de hacerlo mejor que los índices de referencia, así como otros productos inversos que lo han hecho muy bien.
Entre los productos alternativos de baja liquidez, el experto de Nextep destaca los que invierten en infraestructuras. “Aunque también es cierto que existen fondos temáticos y sectoriales que hacen exactamente lo mismo, con liquidez y comisiones más bajas”, apunta. Inversiones en infraestructuras, como parques eólicos, pueden rentar en torno al 8%.
Soldevilla ve una gran oportunidad en el sector de la transición energética, que se puede aprovechar a través del fondo A&G Energy Transition Tech Fund, centrado en compañías de alto crecimiento con tecnologías testadas enfocadas en distintas áreas de la transición energética.
También considera una buena alternativa la inversión en mercados no cotizados a través de fondos de private equity. “Los múltiplos de las compañías no cotizadas también se han reducido y creemos que esta tendencia va a continuar durante 2023 y 2024, lo que puede suponer que las dos próximas añadas sean una oportunidad histórica para invertir en private equity”. A&G está preparando el lanzamiento de su primer fondo de Fondos de Private Equity Global.
La rentabilidad que se puede obtener con el private equity va en función del capital invertido, pero es normal esperar hasta un 12% anual.
Sin saber cómo ni por qué, la sociedad gira en torno a lo que ciertos iluminados intuyeron. Algunos como Julio Verne con sus escritos y, otros, como conspicuos literatos y algún cineasta de temporalidad más cercana con sus composiciones. La bibliografía del novelista francés y películas como Blade Runner, Desafío Total o Cuando el destino nos alcance nos conducen a un estado distinto. Analizándolas se concluye en vislumbrar una sociedad bipolarizada con una clase alta, muy pocos integrantes apoyados en capataces cualificados, y otra baja, mayoritaria, con trabajadores sometidos de escasos recursos.
Desde comienzos del pasado siglo, la sociedad está categorizada en tres grupos. Pero la coyuntura está diluyendo la clase media, la que soportaba el peso de la economía y que queda absorbida por la clase baja, con pocas excepciones que saltan al tramo de la parte alta que precisa que encargados, más que expertos, perpetúen a los dominantes.
Los orígenes del cambio están en una pandemia que ha debilitado la estructura de la que se aprovechan líderes políticos, apoyados por milmillonarios y oligarcas afines que intentan cambiar el orden propiciando una inflación con colateralidad que percute en la línea de flotación de muchas economías con cargas hipotecarias y gastos básicos por encima de lo soportable. Las familias, con una inflación que –dicen– ronda el 9%, han visto que en menos de un año se ha casi doblado el precio de la energía. La cesta básica alimentaria se ha disparado en el punto de venta y su generador (agricultor, ganadero...) mantiene su desgracia. Hay muchas cuestiones sin respuesta.
La clase política queda pasiva sin tomar medidas eficaces que ayuden con realidad a sus gobernados y así estamos. ¿Hasta cuándo?