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Cómo elegir un fondo de Bolsa
El perfil de riesgo, el recorrido histórico, el gestor y las comisiones son clave a la hora de decidir.
Los fondos de renta variable son la alternativa adecuada para invertir a largo plazo
Las Bolsas han experimentado un rally en las últimas semanas que ha inyectado optimismo. La inflación, aunque todavía muy elevada, comienza a ceder, lo que ha llevado a creer a los analistas que los bancos centrales, sobre todo la Fed, podrían comenzar a relajar sus políticas monetarias. Pero todavía no se descartan nuevos recortes en las bolsas y algunos expertos sitúan el fondo del mercado en el primer trimestre del año que viene, si bien muchos creen que los precios actuales ofrecen una buena oportunidad para entrar a largo plazo.
Lo primero que hay que tener en cuenta al plantearse entrar en Bolsa es si la renta variable se ajusta al perfil inversor, independientemente del instrumento. Es decir, si está dispuesto a asumir pérdidas que, en algunos casos, pueden llegar a ser elevadas.
Si es así, el siguiente paso es determinar el plazo de la inversión. Los fondos están pensados para invertir a medio y largo plazo, sobre todo en Bolsa. Si lo que se quiere es entrar y salir rápido en el mercado para aprovechar oportunidades concretas, los fondos no son el producto ideal, por que la suscripción o el reembolso llevan un tiempo, y no hay visibilidad exacta del precio de compra o venta.
Para movimientos rápidos son más prácticos los ETF (fondos cotizados), que replican índices bursátiles o cestas de valores y cotizan durante toda la sesión, como las acciones.
Una vez que el inversor tiene claro que un fondo de renta variable se adapta a sus objetivos, debe mirar cómo encaja en su cartera. Si va a ser su única inversión o si ya tiene fondos de renta fija o mixtos u otros productos. Para el partícipe que no tenga ninguna exposición a renta variable y no quiere estar pendiente de su inversión, lo mejor es comenzar con un fondo flexible, ya sea de la zona euro (sin riesgo divisa) o global, que dé al gestor la capacidad de adaptar su cartera rápidamente según la evolución de los mercados. Si ya cuenta en la cartera con algún producto de estas características y lo que busca es una mayor diversificación, puede invertir en fondos más especializados, bien por áreas geográficas, por temáticas o sin cubrir la divisa. En este caso, debe suponer un pequeño porcentaje de la cartera por su alto riesgo.
El equipo gestor es clave en los fondos de renta variable. Sus resultados track record y su estilo de gestión son determinantes. Los expertos recomiendan a los gestores que invierten a título personal en sus propios fondos, algo cada vez más habitual en las entidades independientes, por el compromiso que conlleva.
También la gestora es importante. Debe ser una entidad que tenga los recursos suficientes para poder analizar los mercados en los que invierte y no se apunte a productos de moda sin tener la capacidad para ello.
Los resultados históricos obtenidos por el fondo son
importantes siempre que el inversor tenga muy presente que “rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras”. Por eso, más que el resultado del último año, que puede ser coyuntural, hay que fijarse en la consistencia de los resultados, es decir, que el fondo bata a su índice de referencia año tras año (o al menos en la mayoría de ellos), algo muy difícil de conseguir.
Por supuesto, las comisiones también tienen un impacto significativo en la rentabilidad del fondo, aunque si los resultados son buenos, pueden compensar que sean más elevadas. Por ello, no son tan determinantes en la categoría de Bolsa como en la de renta fija o en la de monetarios, salvo que se vaya a elegir un fondo indexado, que son los que replican un índice bursátil. En este caso, como todos los fondos referenciados al mismo índice deberían tener resultados muy similares, las comisiones sí pueden ser determinantes. El partícipe debe conocer los gastos totales del fondo (TER).
Los folletos deben incluir todos estos aspectos esenciales para el inversor. Los de los fondos domiciliados en España están registrados en la CNMV.