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El talento sénior que brilla en las grandes firmas de abogados
La frontera de los 60 años marca un punto de inflexión en la vida de los socios de los bufetes. Más allá de jubilarse, algunos entran en programas especiales desde los que aportan su experiencia tras años acumulados de trabajo.
Todos los abogados, al estudiar la carrera, se forman para interpretar la ley. Pocos, sin embargo, son los elegidos que, a través de la práctica, escriben el Derecho. Jaime Zurita es uno de estos últimos. A lo largo de sus más de 40 años en la profesión ha participado en alguna de las opas más destacadas del mercado español. Es más, al catedrático en mercantil se le considera uno de los padres fundadores del derecho de opas en España. No obstante, el ganador en los Premios Jurídicos de EXPANSIÓN, en la categoría de Mejor Abogado Sénior explica que hoy disfruta “ayudando a los jóvenes”.
Como el consultor sénior de Linklaters, la mayor parte de los letrados de más de sesenta años activos optan por acercarse a los júnior para trasmitir su experiencia, un legado que forma el ADN de las nuevas generaciones de abogados que son el presente y el futuro de los despachos.
“Prefiero el concepto de valor al de tiempo dedicado”. Con esta frase, Fernando de las Cuevas, socio de GómezAcebo & Pombo, explica la manera en la que sigue disfrutando de su profesión, enfrentándose a nuevos desafíos, “estando en asuntos donde pueda aportar valor a los clientes”, asegura el también ex socio director de una firma en la que hay una decena de socios mayores de 60 años, representando el 18% de la sociatura.
Algunas firmas marcan el límite de la edad de jubilación de los socios entre los 62 y los 67 años
Tanto el porcentaje como el número de socios con los que cuenta GA_P sirve como radiografía de la presencia del talento sénior en los despachos. Algunas firmas, además, suelen limitar la edad hasta la que pueden ejercer los socios en una horquilla que va desde los 62 hasta los 67 años, pudiendo acogerse después a planes especiales para este tipo de profesionales.
Es el caso, por ejemplo, de
Cuatrecasas. La firma, que cuenta con 19 socios mayores de 60 años en sus oficinas en España, tiene puesto el límite en la edad de jubilación, como máximo, a los 67 años.
Desde esta edad, en el bufete, cuyo presidente ejecutivo es Rafael Fontana, estos profesionales pueden acogerse al programa específico para socios eméritos al que puede unirse un número determinado de perfiles que realizan ta
La tarea que más valoran los letrados veteranos es el trabajo con los perfiles júnior
reas de representación institucional del despacho, además de participar en actividades de formación a profesionales más jóvenes y recibir sesiones de innovación jurídica.
Adaptación
En RocaJunyent, por ejemplo, el pacto de socios establece los 65 años como edad de jubilación, con la única excepción del socio fundador y presidente del despacho. “Si trabajas con intensidad, aprendes de tu trabajo, no dejas de interesarte en formarte y en adaptarte a los cambios, los años te aportan una magnífica experiencia, que permite dar más valor a tu trabajo y al del equipo”, asegura Blanca Usón, socia de mercantil de esta firma, en la que los socios y socias pueden, si lo desean, mantener su actividad en el despacho como of counsel hasta los 68 años.
Y es que son unos expertos en adaptarse. “La tecnología lo ha cambiado todo. Yo comencé a trabajar con máquina de escribir. Buscábamos la jurisprudencia con los tomos de Aranzadi y tardábamos, a veces, días en encontrar las sentencias precisas para documentar un escrito. Hoy en día todo ese trabajo es más rápido y preciso”, aclara sobre la evolución en la forma de trabajar Javier Mata, socio sénior de Andersen y director de la oficina de Madrid. En esta firma en España hay siete socios mayores de 60 años, lo que supone un 12,5% de la sociatura.