Expansión C. Valenciana - Jurídico
Batallas judiciales por los tatuajes
El último caso que ha llegado a los tribunales tiene como protagonista los tatuajes de Randy Orton, luchador libre estadounidense, y el uso de estas creaciones en diferentes videojuegos sin autorización de su autora.
La tatuadora únicamente ha obtenido 3.750 dólares por los daños
El mundo de los videojuegos ingresará más 180.000 millones de euros este año. Esta industria es una de las más importantes en el mundo del entretenimiento y en ella se dan muchos casos relacionados con los derechos de autor, ya estén relacionados con la música, los guiones de los juegos, la creación de los personajes, el diseño de la portada o de la página web.
Sin embargo, los casos más llamativos se dan cuando esos derechos de autor relacionan el mundo virtual con el físico, como ha ocurrido con el caso Catherine Alexander, tatuadora del luchador Randy Orton, y que ha demandado a la WWE, así como a las empresas de desarrolladoras de videojuegos Take-Two Interactive Software Inc, 2K Games Inc, Visual Concepts Entertainment, Yukes Co Ltd y Yukes LA Inc. La razón: el supuesto uso de los tatuajes del luchador en las entregas de los videojuegos de WWE 2K sin su permiso.
Tras más de cuatro largos años, el tribunal del distrito sur de Illinois ha terminado dándole la razón a la artista. Según detalló el jurado en sus conclusiones, tanto la compañía de wrestling como las de empresas de videojuegos usaron los diseños registrados previamente por Alexander, violaron los derechos de autor de las creaciones por no contar con el beneplácito de su diseñadora e incumplieron las reglas de fair-use establecidas en Estados Unidos.
La jueza del caso condenó a las firmas WWE y 2K Games. Sin embargo, la compensación que ha obtenido por daños la tatuadora es, de una cierta manera menor, ya que sólo es de 3.750 dólares, puesto que registró sus diseños en 2018, poco antes de presentar su denuncia. Otra cosa será el pacto al que llegue con las compañías de videojuegos para mantener los diseños en el juego.
En definitiva, si el tatuaje es para uso personal del tatuado, su utilización con fines comerciales hace necesario contar con la autorización expresa del tatuador.