Cómo trabajan juntos las ALSP y los grandes despachos
En España, las firmas de servicios legales alternativos se han convertido en socios estratégicos de las firmas legales que les delegan sus tareas automatizables.
14.000 millones de dólares. Esta la mareante cifra que el pasado año movieron las firmas de servicios legales alternativos (ALSP, por sus siglas en inglés) en todo el mundo. Las conclusiones del informe elaborado por Thomson Reuters, Georgetown Law y la escuela de negocios Saïd, vinculada a la Universidad de Oxford, eran muy esclarecedoras. El 79% de los despachos de abogados consultados señalaban que están trabajando con ALSP, ya sean firmas externas o divisiones creadas por el propio bufete para este fin. Una actividad que los despachos comparten con los departamentos legales de las empresas ya que el 71% de las que participaron en este estudio reconocieron colaborar con ALSP.
Se trata por tanto, como refleja el análisis, de una tendencia global en la que muchos tienen puestas altas expectativas. Es el caso de los responsables mundiales de Eversheds, quienes esperan que su firma de servicios legales alternativos corporativa, Konexo, sea capaz de generar un volumen de negocio anual de 127 millones de dólares.
No obstante, este tipo de firmas, las pertenecientes a los propios despachos, son las que más crecieron durante el año pasado, registrando un aumento de su facturación de un 30%. Es decir, 480 millones de dólares obtenidos en un contexto de pandemia por filiales como las que tiene Allen & Overy, con Peerpoint: Pinsent Masons, con Vario; o
Fenwick, con Feen. Más allá de estos tres gigantes, Ashurst, Fieldfisher, DWF y Linklaters también han diseñado sus propias iniciativas, mientras que el propio EY Abogados tiene su centro proveedor de servicios alternativos en Málaga desde el pasado año.
Así, 2021 fue un ejercicio tan prolífico para el mercado de las ALSP que fondos como Blackrock, K1 Investments y JPMorgan invirtieron este tipo de compañías, lo que a su vez, condujo a las firmas de servicios legales alternativos a disponer de capital para adquirir firmas más pequeñas o divisiones legales de tecnología. Es el caso de CJK Group Announces, comprando el programa de eDiscovery de Sub-Four.
Ahora bien, ¿se refleja en España este mismo escenario? La realidad es que hay avances, lentos, aunque las perspectivas son buenas en cuanto a lo que significa la relación de los despachos tradicionales con las firmas alternativas.
“En los dos últimos años hemos charlado sobre colaboraciones con prácticamente todos los socios directores de los principales despachos
e internacionales con presencia en España”, explica, sin dar más detalles, Rosa Espín, consejera delegada y socia cofundadora de Ambar, la filial de Axiom en nuestro país.
Así, consultadas por EXPANSIÓN las principales firmas legales ubicadas tanto en Madrid como en Barcelona, aseguran trabajar con firmas tradicionales como Allen & Overy, Clifford Chance, CMS, Cuatrecasas, Eversheds Sutherland, Freshfields, Garrigues, Gómez-Acebo & Pombo, Linklaters, PérezLlorca o Uría Menéndez, entre otras.
Asimismo, reconocen colaborar con despachos que no tienen presencia en nuestro país, como los norteamericanos Morrison and Foerster y Cooley, el bufete francés Bignon Lebray o la firma radicada en Milán, Legali Riuniti Lex.
Las firmas de servicios profesionales tampoco se quedan fuera de este mercado, ya que, al menos, KPMG y EY trabajan con ALSP. Es más, el área de legal de la firma de servicios profesionales, dirigida por Ramón Palacín, ha apostado muy fuerte por este modelo en España a través del Málaga Excellence Technology. El MET, como se conoce a este centro, sirve como filial proveedora de servicios globales para EY, un centro de referencia para 25 países y 32.000 trabajadores, los que conforman la región de Europa occidental de la compañía y que está dirigida por el socio Federico Linares.
Tipo de trabajo
“Las firmas de mayor tamaño han encontrado en las ALSP una alternativa para brindar un mejor servicio a sus clientes”. Estas palabras de Antonio Sánchez, fundador de Afiens, refleja el sentir de parte del sector legal respecto a este tipo de asociaciones.
Así, por ejemplo, para Abroading, los negocios con los despachos tradicionales supusieron casi el 30% de la facturación de la firma del pasado año. “Colaboramos con ellos en ámbitos de soporte legal a determinados proyectos y operaciones, tales como apoyo en procesos de due diligence, documentación para firma de operaciones ante notario, gestión documental y contractual o revisión de convenios, así como preparación de documentación procesal y administrativa”, aseguran Irma Cebrián y Silvia Perea, socias conacionales directoras de Abroading.
No obstante, hay disparidad también tanto en la facturación como en las tareas que las ALSP ejecutan para los despachos. Por ejemplo, Natalia Martos, fundadora de Legal Army, explica que trabaja con las firmas tradicionales en la revisión de cuestiones vinculadas al Reglamento General de Protección de Datos, lo que supone para su facturación menos del 5%.
Dudas de los bufetes
Si por parte de las ALSP, al consultarles por cómo valoran la relación con los despachos, las respuestas incluyen adjetivos positivos y expresiones como de fin de los recelos entre unos y otros, desde la parte más tradicional la reacción es otra. Esto es así porque muchas de las firmas de servicios alternativos se encargan de tareas a las que los despachos tradicionales no pueden llegar por falta de tiempo o de recursos.
Es decir, que los bufetes les derivan algunos casos en los que son los abogados de las ALSP los que se ven con los clientes de la firma tradicional. Se trataría de una relación de despacho de marca blanca que los bufetes tradicionales son reticentes, al menos, en nuestro país, a dar a conocer.
En todo el mundo, el pasado año, el mercado de las ALSP generó 14.000 millones de dólares
Las firmas tradicionales aún son reticentes a reconocer que delegan servicios
Tanto bufetes nacionales como extranjeros colaboran con las ALSP del país
Las entidades alternativas corporativas fueron las que más crecieron en 2021