‘Yo-Yo’ o ‘Frisbee’: productos convertidos en palabras genéricas
Una de las batallas legales más frecuentes con las que tienen que lidiar las compañías que consiguen triunfar con un producto es lograr que su marca permanezca activa y no se convierta en una simple palabra genérica. Existen muchos ejemplos de marcas que han seguido este camino y siguen peleando, como ‘Kleenex’, ‘Thermo’, ‘Aspirina’, ‘Jacuzzi’, ‘Velcro’ o ‘Jeep’, entre muchos otros. En el mundo de los juegos y juguetes también encontramos ejemplos. Quizá los más evidentes puedan ser los ya citados ‘Barbie’ o ‘Lego’, que son tan referentes en sus mercados que se han impuesto sobre el resto de competidores, pero también hay otras referencias que muchos no saben que su denominación era en realidad el nombre de la marca original. Es el caso del ‘Yo-Yo’, del ‘Ping Pong’ o del ‘Frisbee’. En 1928, el empresario D.F. Duncan se hizo con la patente del ‘Yo-Yo’, que pertenecía a un inmigrante filipino llamado Pedro Flores. Poco a poco el juguete se popularizó, hasta alcanzar su máximo esplendor a mediados de 1960. Otro ejemplo es el disco volador o ‘Frisbee’, creado en 1957 y registrado por el gigante juguetero Wham-O. El origen del término se encuentra en la Frisbie Baking Company de Connecticut, la empresa vendía tartas [y sus platos] en la Universidad de Yale. Por último, el tenis de mesa o ‘Ping Pong’ es una marca registrada en 1920 por Parker Brothers, la compañía de juegos que cuenta entre sus productos con el famoso ‘Monopoly’.