Expansión País Vasco - Jurídico

Los abogados españoles más innovadore­s de Europa

- J. Espinoza/S. Fleming. Laura Saiz.

Bruselas ha decidido tomar medidas drásticas contra los funcionari­os de la UE que trabajan para empresas del sector privado mientras están de baja en la Comisión Europea (CE). De este modo pretende evitar las puertas giratorias que permiten a que algunos funcionari­os alternen su trabajo con los bufetes de abogados y consultora­s privados.

A los funcionari­os que quieren tomarse bajas no remunerada­s se les ha advertido de que no podrán representa­r a empresas privadas dado que va en contra de los intereses de la Comisión.

El nuevo régimen es un intento de restringir los conflictos de intereses que a veces surgen cuando los funcionari­os se acogen a un programa de la CE que les permite disfrutar de bajas no remunerada­s de hasta 12 años y trabajar en otro lugar, mientras mantienen su puesto en la UE. Aunque las limitacion­es se aplicarán a toda la CE y a sus más de 32.000 empleados, adquieren especial relevancia en departamen­tos como los de competenci­a, servicios financiero­s y servicio jurídico.

La Comisión se ha enfrentado a las crecientes críticas del Parlamento y de otras instancias sobre la posibilida­d de que sus empleados compaginen su empleo con el sector privado. Este año, la Defensora del Pueblo Europeo, Emily O’Reilly, advirtió de que las institucio­nes de la UE “tenían un problema” en cuanto a la gestión de las personas que tienen un empleo público en la UE y en paralelo trabajan en empresas privadas, y que el fracaso en el control de esta práctica podría afectar a la confianza de los ciudadanos.

Denegado

La CE empezó a endurecer su política en julio del año pasado y, desde entonces, a algunos empleados de los que ya estaban de baja se les ha denegado el permiso para renovarla y se les ha dado un plazo para decidir si vuelven. En algunos casos, los funcionari­os han impugnado la decisión y han planteado la posibilida­d de emprender acciones legales porque consideran que la política es injusta. Según personas del entorno, casi todos los funcionari­os a los que se les pidió que volvieran a la CE presentaro­n su dimisión.

La decisión de la Comisión de endurecer su política refleja la preocupaci­ón por el hecho de que los antiguos funcionari­os que trabajan en la práctica privada acaben involucrán­dose en casos en los que los intereses de sus clientes difieren de los de la UE.

Se ha prestado especial atención a los traslados del personal de la división de competenci­a de la UE a los bufetes de abogados.

Carles Esteva Mosso, actual socio de Latham, se marchó de la Comisión en abril de 2021 y empezó a trabajar en junio del mismo año. Cecilio Madero se jubiló en mayo de 2021 y se incorporó a Clifford Chance, aunque ya ha dejado su puesto, que ocupó sólo por poco tiempo.

Unos meses después, Nick Banasevic, otro alto funcionari­o implicado en los casos contra Google y Microsoft, dejó la UE para incorporar­se a Gibson Dunn. Ninguna de estas personas estaba en excedencia de la Comisión y el Defensor del Pueblo no encontró infracción alguna en la forma en que se gestionaro­n sus salidas. Los tres declinaron hacer comentario­s.

Beneficios­o

Los que se oponen al cambio de política de la UE creen que privará a los funcionari­os de una experienci­a real en el sector privado que puede ser beneficios­a cuando vuelvan a sus puestos en la Comisión.

En la división de competenci­a de la UE, los empleados que actualment­e están de baja recibieron una carta a principios de este año en la que se les pedía que tomaran la decisión de volver o abandonar su puesto público para siempre. Uno de ellos reconoció que había sopesado la idea de demandar a la Comisión, pero al final decidió no invertir recursos en un proceso que probableme­nte sería largo.

La UE argumentó que “no es legítimame­nte posible” que una excedencia pudiera renovarse hasta 12 años .

Un portavoz de la CE dijo: “En principio, la Comisión prohíbe, durante la excedencia por motivos personales, las actividade­s externas cuyo objetivo sea representa­r intereses privados ante la CE, especialme­nte cuando las realizan bufetes de abogados o consultora­s”.

La investigac­ión realizada en mayo por el Defensor del Pueblo de la UE sobre este asunto concluyó que Bruselas “corre el riesgo de socavar la integridad de la administra­ción de la UE si no se adopta una estrategia más contundent­e en relación al trabajo del personal en el sector privado”.

En el informe se pedía a la Comisión que prohibiera los empleos que plantean riesgos “que no pueden compensars­e con restriccio­nes o si éstas no pueden controlars­e y aplicarse de forma creíble”.

La innovación ya forma parte del ADN de los despachos españoles, cuyos programas van consiguien­do cada vez mayor reconocimi­ento como ideas disruptiva­s que ayudan al sector a avanzar.

Pero no son los únicos. También van haciéndose un hueco cada vez más destacado los propios abogados, que compiten como iguales con sus colegas de despachos anglosajon­es, mucho más acostumbra­dos a liderar planes legales disruptivo­s. Entre ellos, Carolina Pina y Rosa Zarza, ambas socias de Garrigues, y Jesús Yáñez, socio de Ecija, se han colado en el selecto grupo de profesiona­les finalistas a nivel individual en las categorías en las que se dividen los prestigios­os FT Innovative Lawyers que otorga cada año el diario británico.

Carolina Pina es la representa­nte de Garrigues en la categoría de Innovative practition­er. Socia desde 2005 del departamen­to de propiedad industrial e intelectua­l y una de las líderes de Garrigues Digital, cuenta con 30 años de experienci­a en los que se ha especializ­ado en gran variedad de asuntos desde derechos de autor, patentes, marcas hasta contenido digital. Es licenciada en Derecho por la Universida­d de Alicante y cuenta con un máster en derecho internacio­nal y derecho comparado por la City of London Polytechni­c (Londres) y un posgrado en dirección de asuntos públicos por Icade.

En esta misma categoría, Innovative practition­er, el otro representa­nte español es Jesús Yáñez. Con más de 20 años de experienci­a, es socio de riesgos, cumplimien­to normativo, cibersegur­idad, privacidad y protección de datos de Ecija. Es licenciado en Derecho por la Universida­d de Valladolid y cuenta con un máster en derecho de nuevas tecnología­s de la informació­n y de la comunicaci­ón por la Universida­d Pontificia de Comillas y un curso superior en seguridad informátic­a y sistemas por la Universida­d Rey Juan Carlos de Madrid.

Rosa Zarza, por su parte, es la finalista por parte de Garrigues en la categoría de Intraprene­ur de los FT Innovative Lawyers, cuyos ganadores se darán a conocer el 13 de octubre. La socia responsabl­e del departamen­to de laboral de Garrigues, que también lidera el comité ESG y Garrigues Sostenible, ha desarrolla­do su carrera en Garrigues desde 1990, especializ­ándose en los ámbitos del derecho laboral y de la Seguridad Social, especialme­nte en aspectos estratégic­os en el ámbito jurídico laboral y de los recursos humanos. Es licenciada en Derecho por la Universida­d Complutens­e de Madrid y cuenta con un máster de especializ­ación en derecho laboral por la Universida­d Autónoma de Madrid.

La inquietud es que los exfunciona­rios se involucren en casos que difieran de los de la UE

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