Kodro Magazine

Alexei Khomich, el forjador de Lev Yashin ........................................

~ el forjador de Lev Yashin ~

- Marc Trilla Güell

Alexei empezó su formación en las filas del TPKO Moscow, también conocido como Taganka, para posteriorm­ente fichar por el Kombinat Moskow, donde jugó 33 partidos. Posteriorm­ente militó en el Pishevik. En plena II Guerra Mundial fue reclutado por el ejército en 1942 y un año más tarde viajó a Teherán (Irán) para disputar allí algunos encuentros con el conjunto militar. A su vuelta firmó por el Dinamo Moscú, equipo con el que recibió un gran reconocimi­ento en su país y en el continente europeo.

Debutó con el cuadro blanquiazu­l en 1944 contra el Krylia Sovetov Samara y de forma oficial un 20 de mayo de 1945 frente al Spartak Moscú. Esa misma temporada, el Dinamo conquistó el campeonato soviético al sumar 40 puntos y superar tanto al CSKA Moscú como al Torpedo Moscú. De 1953 a 1956 cerró su carrera en el Dinamo de Minsk.

El fútbol era un trocito de esperanza y alegría en la dura posguerra en la Unión Soviética, un pueblo que se sacrificó más que nadie contra la barbarie nazi que dio a los supervivie­ntes un aire de carácter duro como el acero de las fábricas de Petrogrado. Quizás esto ayuda a entender el porqué de una generación de futbolista­s brillantes olvidada por el paso del tiempo, y que podemos considerar mitos de un deporte aún no ultraprofe­sionalizad­o. Además no contaba ni con las grandes competicio­nes actuales, y aún menos con todo el despliegue mediático que acompaña al deporte-negocio actual.

Los industrial­es británicos y alemanes que llevaron el fútbol en Rusia a mediados de siglo XIX no se podían imaginar que aquellos obreros y campesinos que eran mano de obra barata para sus fábricas acabarían forjando un montón de futbolista­s extraordin­arios. Algunos incluso harían giras por el Reino Unido haciendo frente, y en algunos casos goleando a sus clubes, siempre tan satisfecho­s. De entre estas giras queremos destacar la que el Dinamo de Moscú realiza en 1945 después de ganar el campeonato soviético y donde destacaría un portero con guantes negros, cosa nada habitual para la época, era Alexei Khomich, el “Tigre de Moscú”.

Dicen que era un portero ágil, frío, imbatible en el uno contra uno, valiente en las salidas. Y es que no podíamos esperar menos de un soldado del ejército rojo de los años cuarenta, si los nazis no pudieron con él menos lo harían los delanteros. Khomich fue un portero reconocido por todos sus camaradas y defendió firmemente la portería del Dinamo, hasta que por culpa de las lesiones en 1951 tomaría la decisión de marcharse al Dinamo de Minsk, donde se retiraría tres años después y sin haber podido ser internacio­nal. La selección de la URSS por aquel entonces, a pesar de jugar

algunos partidos amistosos durante los años veinte, no jugaría partidos oficiales hasta los Juegos Olímpicos de 1952, que Khomich se perdería por problemas físicos.

Pero las lesiones, a pesar de que puedan ser tristes, pueden ser el inicio de algo maravillos­o. Durante sus años en el Dinamo coincidió con un portero juvenil al que ayudaría, y del que sería amigo hasta el final de sus días. Este lo idolatraba e imitaba, por ejemplo llevando los guantes de color negro. Tal vez esta bonita historia de amistad empezó el día que Khomich no pudo jugar por lesión un partido amistoso contra el Traktor de Stalingrad­o, y su fiel compañero lo sustituyó sin mucha fortuna... En los primeros minutos del partido el portero del equipo rival envió el balón al área del Dinamo y el joven portero del Dinamo chocó torpemente contra uno de sus defensas intentando atajar el balón, y el gol se convirtió inevitable entre la risa general... Unos años más tarde se repetiría una situación semejante contra el Spartak de Moscú, y parecía que aquel joven no tenía futuro.

Ese chico era ni más ni menos que el legendario Lev Yashin de quién no hay que decir que acabaría convirtién­dose en mito. Una vez retirado, Khomich pasó a ser entrenador de porteros del Dinamo y gracias a su carácter y a base de duros entrenamie­ntos con una férrea disciplina, transformó aquel joven inseguro en uno de los mejores futbolista­s de la historia. Ambos se idolatraba­n y la amistad se fue haciendo fuerte con el paso del tiempo. Khomich también era amante de la fotografía y comenzó a compaginar ese trabajo con la de foto-periodista para Sovetsky Sport y Soviet Football, realizando cientos de instantáne­as de la “Araña Negra”. Y es que gracias a Khomich tenemos hoy en día la mayoría de imágenes del mito Yashin.

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 ??  ?? Formación del Dynamo de Moscú de 1951.
Formación del Dynamo de Moscú de 1951.
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