El Mundo Primera Edición - La Lectura
El tiempo suspendido del recuerdo
Por
Díaz San Miguel entrelaza en esta novela la vida de T. S. Eliot con una reflexión sobre cómoacercarsealpropiopasado
Quien comience a leer Lo que dijo el trueno pensando que es una novela sobre la vida de T. S. Eliot quedará decepcionado, porque esta no es solamente una novela en torno al poeta norteamericano. Aunque se centra en dos años muy concretos de su vida, 1914 y 1915, lo que aleja esta obra de los moldes de la novela biográfica es el enfoque con el que Fernando Díaz San Miguel (Salamanca, 1974) decide acercarse a la figura de Eliot.
Cabe hacer particular énfasis en el hecho de «acercarse», porque está precisamente aquí el quid de esta novela en la que, parafraseando el conocido filme de Al Pacino, se va a la búsqueda del autor de La tierra baldía. La obra de Díaz San Miguel recuerda a Looking for Richard, película a medio camino entre ficción y documental en la que Pacino proponía una serie de acercamientos a la figura de Ricardo III, así como a la obra de Shakespeare, para indagar en las dificultades de toda adaptación o las múltiples interpretaciones del personaje de Ricardo III.
Lo que dijo el trueno es un intento de aproximación a la figura de Eliot con el objetivo no de narrar su vida, sino de comprender al que, seguramente, es el poeta y el crítico más relevante del siglo XX. Para ello, Díaz San Miguel recurre a la ficción y al personaje de Miguel Izamid que, tras trabajar como el poeta en Lloyds Bank y estudiar en Oxford, vuelve a Inglaterra con el objetivo de rememorar a través de la escritura aquellos años y, sobre todo, de rescatar el recuerdo de su amor de juventud, Stella. Sin embargo, Izamid muy pronto se da cuenta de que para escribir sobre él y sobre aquellos años necesita de un alter ego, de una figura a través de la cual «recuperar los espacios y las actitudes de tu tiempo aquí».
Escrito en segunda persona, el narrador se dirige constantemente a Izamid: no es tanto la voz de la conciencia como del pensamiento, de las reflexiones de Izamid, que cambia de idea, tantea posibilidades, recuerda y olvida, matiza… Izamid dilucida su pasado en la medida en que la lectura de y sobre Eliot se intensifica y en la medida en que progresa la escritura, entendida literal y figuradamente, como viaje a través de los espacios del pasado. Caminar, leer y viajar se dan la mano en Lo que dice el trueno, novela de espejos en la que nos encontramos con el joven Eliot a la vez que el pasado de Izamid se hace presente en un tiempo suspendido, el tiempo de la palabra.