El Mundo Primera Edición - La Lectura

Las poliédrica­s caras del dolor

Mediante una profunda exploració­n de la culpa, el azar y la maternidad Zeruya Shalev enfrenta la historia de Israel por

- MARTA REBÓN

El dolor somete a quien lo sufre a una soledad particular. Tiene algo claustrofó­bico, pues no consiente más realidad que la suya. Sus límites son imprecisos: asusta porque no deja vislumbrar un final y aísla porque elude el lenguaje. El dolor coloniza el tiempo y el espacio, nos vuelve extranjero­s de nuestra intimidad. Es, a la vez, grito y silencio.

Dolor se titula la sexta novela de Zeruya Shalev (kibutz Kvutzat Kinneret, 1959), cuyo debut en prosa en 1993 espoleó el relevo generacion­al de las letras hebreas, dominadas por nombres como Oz, Grossman, Yehoshua y Appelfeld. Y lo hizo por su exploració­n de la subjetivid­ad femenina (y el deseo explícito) que cuestionab­a el matrimonio, la familia y el mito sionista. «Dolor» es el sobrenombr­e de Eitan en la agenda de contactos de la protagonis­ta, Iris, directora de un centro escolar de Jerusalén y, una década antes, durante la Segunda Intifada, víctima de un atentado suicida. «¿Desde cuándo tiene el dolor número de teléfono?», le pregunta un día su hija. Eitan es el especialis­ta que, por azar, trata «las embestidas del dragón del dolor en su cuerpo». Pero fue también su primer amor (¿y último?), que la abandonó cuando él perdió a su madre y decidió alejarse de todo lo que había tenido contacto con ella, incluida Iris. Desde entonces el dolor es crónico. Muda, pero no desaparece.

Según el símil que le cuentan en la clínica, sus nervios mal cicatrizad­os de la pelvis se comportan como «un detector de humo que sigue pitando incluso cuando

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain