El Mundo Primera Edición - La Lectura
El futuro de la pintura española
Premio BMW de Pintura
En 1986, Alaska y Dinarama sonaban en todas las radios con A quién le importa, Pedro Almódovar estrenaba Matador y Miquel Barceló recibía el Premio Nacional de Artes Plásticas mientras España se integraba en la Unión Europea. Aquel 86 también nacía un nuevo premio de pintura de la mano del Grupo BMW que hoy, a las puertas de su 37ª edición, ya es uno de los galardones de referencia en el panorama nacional. El pintor extremeño José Vega Ossorio se alzó con aquel primer premio por Composición, uno de sus elegantes bodegones etéreos, lo que supuso su consolidación definitiva.
Painting In Love celebra la historia de los Premios BMW de Pintura con una exposición que ocupa la primera planta del Domus Artium de Salamanca (DA2): una selección de 45 obras entre las ganadoras y las becadas –el galardón incluye una importante beca a la investigación pictórica– que muestra la evolución del arte en las últimas décadas. Ni crisis ni covid han impedido la concesión del premio, que se ha celebrado ininterrumpidamente desde 1986. «Los Premios BMW son una referencia indiscutible en el contexto del arte español actual, siempre considerando que es la iniciativa privada de este tipo de más credibilidad y con mayor dotación económica. Cada año se presentan más de mil candidatos, no hay un premio que despierte mayor expectación entre los artistas», explica Sema D’Acosta, comisario de la muestra.
Huyendo del orden cronológico, en Painting In Love se ponen de manifiesto afinidades estéticas, contrastes y saltos temporales. La primera confrontación resulta particularmente reveladora: a la naturaleza muerta de Vega Ossorio (una mesa con flores, botella de vino y silla) se opone un modernísimo bodegón de Francisco Mayor Maestre, el último ganador de la beca de investigación en 2021. Bajo el título Nunca entenderé por qué siempre te sientas en el borde del sofá, el joven madrileño deconstruye la idea
La exposición ‘Painting In Love’ repasa en el DA2 de Salamanca la historia del a través de 45 obras que muestran la evolución del arte en nuestro país. El próximo martes se celebra en el Teatro Real la gala de la 37ª edición de los galardones de iniciativa privada con más solera del circuito artístico nacional
salón en un puzle de fragmentos abstractos. «Es un cuadro absolutamente plano, como si fuese una pantalla. Si no lo ves en directo, cuesta entenderlo. De hecho, lo más importante de la pintura es estar delante de ella para absorber su tamaño, entender la distancia y la relación con el cuerpo del espectador», señala D’Acosta. Y pone como ejemplo el sutil bodegón de Teruhiro Ando, Hornacina II (2008), un jarrón en el hueco de un muro blanco: solo en directo se aprecia el volumen del jarrón en un juego de anamorfosis que remite al trampantojo clásico, pero con un sobrio toque de serenidad oriental.
«Algunos de los ganadores del Premio BMW se han convertido en pintores muy cotizados, cuya repercusión trasciende las fronteras de nuestro país», destaca D’Acosta. El último boom internacional es el de la jerezana Ana Barriga, ganadora del Premio a la Innovación en 2021, que en solo dos días vendió todas las obras en su exposición en Nueva York y está llevando su arte pop y desenfadado por medio mundo. Ese carácter lúdico del arte también late en la obra colorista y un tanto surrealista del madrileño Rafael Macarrón (en Los tres mosquiteros de 2010 laten influencias del informalismo, Antonio Saura o Joan Miró) o en los modernos e irónicos retratos de la ubedense Ángeles Agrela (en 2017 uno de sus cuadros rondaba los 6.000 euros y ahora supera los 50.000).
En Painting In Love destaca un perfil de Facebook creado por la bilbaína Ana Riaño: lo que a simde