El Mundo Primera Edición - La Lectura
“EL MUSEO ES UNA INSTITUCIÓN ILUSTRADA Y COMO TAL DEBE SER UNIVERSAL. AHORA, TODO SON INDIVIDUALIDADES Y SUBJETIVIDADES. ES EL ‘ANTIMUSEO”
«Muchos artistas han perdido ya la referencia de las técnicas, de los oficios propios de cada una de las categorías artísticas, y se han convertido en filósofos espontáneos ofreciendo desarrollos incompletos, distorsionados y sin ningún tipo de fundamentación», continúa Hernández, cuya visión se encuadra en la oposición al consenso teórico y práctico del arte contemporáneo. «En la mayoría de los casos, salvo honrosas excepciones, son meras interpretaciones subjetivas o de cúmulos de ocurrencias del autor. De ahí que sea común encontrar artistas que hablan en tono sentencioso sobre cuestiones políticas, éticas o morales».
Una de las plataformas teóricas más influyentes en el arte contemporáneo fueron los denominados Cultural Studies, lanzados por académicos británicos a partir de los años 60, que desarrollan un análisis crítico de la cultura en sus diferentes manifestaciones, sobre todo a partir de las populares o consideradas tradicionalmente como baja cultura. La intersección de luchas políticas a la que nos hemos referido antes y que según Manuel Segade están en el núcleo seminal de la creación actual, se conforman y difunden con fuerza desde las universidades estadounidenses a finales del siglo pasado. «¿Tenemos un sistema del arte justo a día de hoy? Las galerías blue chip anglosajonas –aquellas que copan el mercado por su parte más alta– están vendiendo pintura figurativa de gran formato realizada por jóvenes artistas afrodescendientes. Sin embargo, las recepcionistas de esas galerías son jóvenes caucásicas y sólo la persona que abre la puerta al entrar y la seguridad son personas negras. Estructuralmente nada ha cambiado: sólo se ha realizado un ejercicio de cosmética de mercado».
El combate, pues, continuará. Y la cultura seguirá siendo un campo de batalla inevitable.