El Mundo Primera Edición - Weekend Int - La Otra Crónica Int
LO QUE LE DA A CARLOS Y QUE NO ENCONTRÓ EN LA PRINCESA DIANA
SI LOS CUENTOS DE HADAS SON AQUELLOS en los que triunfa el amor, las dos historias de amor más bella y por lo tanto complicadas (pues una de las partes estaba dispuesto a perder popularidad) ese ingrediente fundamental en las coronas. Uno es la de Iñaki Urdangarin y Cristina, que siguió al lado de su marido incluso cuando entró en prisión. Y la otra la de Carlos y Camilla, ya reina consorte de Inglaterra, un título que nunca hubiera imaginado cuando arreciaba el odio atizado por el recuerdo de lady Diana. En cualquier caso, el imaginario popular pudo escuchar en boca de Carlos la más explícita declaración de amor. “Quiero ser tu támpax”.
Por no hablar de su primer encuentro a través de Lucía Santa Cruz, la hija del embajador chileno que fue su primera novia formal. “Ahora, vosotros dos tenéis que vigilar vuestros genes”, les dijo en el momento de las presentaciones (sus antepasados Eduardo VII y Alice Keppel habían sido amantes). Los campos de polo, donde el joven heredero se fogueaba en aquellos tiempos, fueron testigos de la poderosa atracción entre Carlos y Milla, vivaracha, afectuosa y un año mayor que él. Pero Camilla nunca superó el listón aristocrático y contó con la antipatía de la reina madre. Al poco, ella se casó con Andrew Parker-Bowles, un militar de excelente humor que se refería a Carlos como my husband in law.
El camino de Camilla al trono no fue fácil. La Reina Isabel le puso el estigma de “mujer malvada”. Lady Diana la llamaba despectivamente “la rottweiler” y acabó delatándola como “la tercera persona en nuestro matrimonio”. Camilla terminó convirtiéndose en la mujer más odiada, la “enemiga pública número uno”, por irrumpir como una lechuza en el cuento de hadas del príncipe heredero.
Pero el 6 de febrero de este año, se produjo la prodigiosa metamorfosis, que llevaba gestándose realmente más de 22 años entre bambalinas y que por fin la varita mágica de Isabel II hizo realidad en su Jubileo de Platino: “Cuando mi hijo Carlos sea rey espero que le deis a él y a su esposa Camilla el mismo apoyo que me habéis dado a mí; y es mi sincero deseo que cuando llegue el momento Camilla sea conocida como la reina consorte”, dijo.
El efecto entre los británicos ha sido prodigioso. Antes del anuncio, apenas el 14% veía a Camilla como “reina consorte” y la mayoría era partidaria de dejarla como duquesa de Cornualles sin más. Después este apoyo aumentó hasta el el 55%.
En una entrevista con Vogue en junio, Camilla habló por primera vez de Lady Diana. “No es fácil. Fui