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“LA VIDA TRAS LA REVOLUCIÓN FUE DURA. LOS COMUNISTAS NOS QUERÍAN MATAR”

La gran duquesa María Románova nació en Madrid y es la única pretendien­te oficial al trono extinguido en 1917. LOC charla con Victoria, la mujer de su heredero, el gran duque Jorge Románov.

- POR MARTA CORBAL The Times

CON UNA RUSIA cada vez más alejada de Europa, es menester echar mano de la Historia para estrechar los lazos rotos con la guerra de Ucrania. Así lo hicieron Jorge Románov (42) y Victoria Románova (41) tras la ofensiva de Vladimir Putin.“Nosotros ayudamos sin mirar el pasaporte. Organizamo­s 60.000 toneladas de géneros de primera necesidad que dimos a través del banco de alimentos”.

Habla con LOC desde París, con gran entusiasmo y en perfecto castellano la empresaria italiana Victoria Románova. Su nombre de soltera es Rebecca Bettarini, pero se lo cambió al convertirs­e en 2021 en esposa del gran duque Jorge Mijáilovic­h Románov, pretendien­te al extinto título de zar de Rusia. Nacido en Madrid en 1981, este es hijo del príncipe Francisco Guillermo de Prusia (80) y de la gran duquesa María Vladímirov­na de Rusia (70). Aunque procede de dos familias reales sin trono ni reino, ha sido educado para ser un príncipe.

Su madre, la gran duquesa María, es la heredera de la corona. La única con reconocimi­ento oficial de otras monarquías.“Es a la que el Gobierno ruso llama cuando hay actos oficiales y a la que invitan a todas las ceremonias”, explica su nuera. “Cuando Rusia se abrió de nuevo a los Románov, fueron ellos a los invitados a San

Petersburg­o cuando le cambiaron el nombre a la ciudad, que antes era Leningrado. También son los únicos que tienen derecho a ser enterrados, a casarse y a bautizarse en Rusia”, revela.

De la coronación del primer Románov, Miguel I de Rusia, el 21 de febrero de 1613, a la abdicación forzosa del último, el zar Nicolás II, los Románov ostentaron el poder imperial durante más de 300 inviernos. Tres siglos de poder que concluyero­n de forma sangrienta con la Revolución bolcheviqu­e de febrero de 1917. A la que sobrevino el cruento asesinato del zar junto a toda su familia por orden del Sóviet Regional de los Urales.

Nicolás II, su mujer Alejandra, sus cinco hijos y sus sirvientes fueron liquidados a bayonetazo­s y disparos la noche del 16 al 17 de julio de 1918 en Ekaterimbu­rgo tras un año de reclusión en la Casa Ipátiev. Una tragedia que hizo que los puristas monárquico­s trazasen la posible línea sucesoria en caso de un hipotético y casi imposible regreso del zarismo.

Una carambola hizo que este título recayese en el gran duque Cirilo Vladímirov­ich, nieto del zar Alejandro II y primo de Nicolás II. Este tuvo un único hijo varón, Vladimiro Kirílovich, padre de la gran duquesa María Románova. Alumbrada en Madrid en 1953, fue la primera Románov española. “Ella es hija de la princesa georgiana Leónida Gueórguiev­na Bagration, que vivió en Rusia hasta la Revolución. Era parte de la corte del zar y la echaron del país, como también echaron al padre de María”, explica Victoria.

“Se tienen que escapar. Leónida se marcha a Turquía y va pasando de sitio en sitio hasta que llega a España. Allí se casa con el gran duque Vladimiro Kirílovich de Rusia y nace la que hoy es la gran duquesa María. Esta se marcha luego a París y a Inglaterra a estudiar”, cuenta sobre los orígenes de la madre de su marido.

“La vida de la familia imperial tras la Revolución fue dura. Estaban siendo buscados por los comunistas para ser matados o encarcelad­os. Tienen que sobrevivir, vender sus joyas y marcharse a sitios donde les acojan, que no era fácil. La hermana de la gran duquesa Leónida volvió a Georgia pensando que las cosas habían cambiado y al regresar la encerraron en un gulag durante diez años”, cuenta.

Licenciada en Historia y Literatura Rusa en la Universida­d de Oxford, María Románova vive hoy entre Madrid y París. Su padre falleció en 1982 y desde entonces es ella la que pretende el trono ruso. Aunque sin grandes esperanzas y con las reticencia­s de sus s detractore­s, algunos familiares suyos.

Una de ellas es la londinense Olga Andreyévna Románova (73), actual presidenta de la Asociación de la Famila Románov y nieta de Xenia Románova, hermana de Nicolás II. Xenia y Olga Románova fueron las dos únicas hermanas del emperador que sobrevivie­ron a la llegada del comunismo. La monarquía rusa estaba entonces regida por la ley sálica, por lo que el trono pertenecer­ía a su primo Cirilo, varón de mayor edad de la familia y abuelo de la gran duquesa.

“La polémica en el círculo noble no existe”, afirma Victoria sobre la Asociación de la familia Románov, que niega la legitimida­d de la gran duquesa y su hijo Jorge Románov como herederos. Además, solicita n que todos sus miembros tengan el título de príncipes yprincesas de Rusia.“Es un asociación que crearon de un día para otro, que cambia de jefe cada dos por tres. Nada que ver con lo dinástico. Muchos se apellidan en realidad Romanovich. Eso significa que son de la familia, pero primos lejanos”.

Jorge Románov y su mujer ya tienen heredero, su hijo Alexander

Una parte de la familia no reconoce el título de la gran duquesa

ROMÁNOV EN EL MUNDO

Aunque estos Románov de la Asociación no pertenecen a un linaje reconocido como heredero por las monarquías internacio­nales, sí tiene algunos miembros muy mediáticos.

Ejemplo de ello es la jefa de la agrupación, Olga Románova, prima tercera del rey Carlos III y, en su día, una de las posibles candidatas a princesa de Gales. Finalmente, él se casó con Diana Spencer y ella con Thomas Mathew, hijo del director del periódico británico ,

Francis Mathew. En 2005 Olga participó en el programa de telerreali­dad Australian Princess. Junto a otras royals como Jane Luedecke, hermana de Sarah Ferguson, daba consejos a jóvenes australian­as de clase humilde que deseaban convertirs­e en damas de la alta sociedad.

También es famosa la actriz italiana Nicoletta Romanoff (45), nieta por parte de madre del príncipe Nicolás Románovich Románovy, tataraniet­o del zar Nicolás I. Menos conocido es el escritor Paul Kulikovsky (63), bisnietode­lagranduqu­esaOlgaAle­ksándrovna Románova, la otra hermana supervivie­nte del zar Nicolás II. Otra persona que afirma tener sangre Románov por el costado materno es la aristócrat­a rusa Natasha Románov (54), ex participan­te del reality de Cuatro Mujeres ricas y empresaria de la noche marbellí.

Ninguno de estos últimos Románov cuenta con la pompa y circunstan­cia de la que sí gozan los protagonis­tas de este reportaje. En 2021 la boda de gran duque Jorge de Rusia con Rebecca Bettarini fue cubierta por varios medios internacio­nales. La ceremonia tuvo lugar por el rito ortodoxo en la catedral de San Isaac en San Petersburg­o y la cena de gala en el palacio del gran duque Vladimir. Asistieron personalid­ades de la realeza europea, como Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas, Manuel Filiberto de Saboya, Aimon de Saboya, Simeón de Bulgaria o el príncipe Leka de Albania, entre otros.

Era la primera gran boda imperial rusa en un siglo y el heredero se casaba con su novia de siempre. Hija del diplomátic­o Roberto Bettarini, Victoria Románova conoció a su marido en Bruselas.“Los dos venimos de familias muy internacio­nales. Nos conocimos con 28 años, cuando estábamos trabajando en la Unión Europea. Él tenía su vida de mánager, de persona normal que había hecho su carrera, y yo también”, recuerda.

LABOR SOCIAL

“No fue difícil adaptarme a su familia. Obviamente somos todos ortodoxos. Yo vengo de una familia católica y me convertí antes de la boda. No fue difícil porque lo que nos une es más de lo que nos divide. La caridad es la gran tradición que queremos mantener”, explica. “Lo que he visto es que estas familias tienen una educación muy tradiciona­l y muy a la antigua, lo que está bien porque está de verdad enganchada a unos valores muy profundos”.

En 2019 el matrimonio ideó el proyecto solidario del que se siente más orgulloso: la Fundación Imperial.“Durante

la pandemia hemos dado de comer a un millón y medio de personas. Hemos ayudado en Malta, España, Italia, Rusia...”, enumera. “Luego hemos hecho muchos programas de cooperació­n con la Orden de Malta, creando programas y proyectos en zonas de crisis”, se enorgullec­e.“También tenemos otro programa con el que ayudamos a niños autistas y asesoramos a sus familias. De hecho, hemos rodado una película sobre autismo que ha ganado varios premios internacio­nales”, afirma.

Hace año y medio que Jorge y Victoria se han convertido en padres primerizos. El pequeño Alexander es el último Románov. “Nos gustaría que tuviera una infancia feliz y tranquila, que viva y aprenda a hacer las cosas como cualquier niño de su edad”, incide su madre. Por motivos laborales, el matrimonio reside entre Madrid, París y Roma. Hablan seis idiomas: italiano, español, inglés, ruso, portugués y francés. “Siempre le digo a mi marido que le hablemos al niño en un idioma, porque en casa los hablamos todos a la vez”, se ríe.

El príncipe Alexander no solo conocerá el idioma humano. La familia cuida con amor a varios perros adoptados. “Todos son rescatados o están enfermos y viejos. Cada mañana les doy sus medicinas”.

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E.M. Miembros de la dinastía Románov en San Petersburg­o en 2000.
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GETTY. Olga Románova, nieta de Xenia, hermana de zar Nicolás II.

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