El Mundo Primera Edición - Weekend - La Otra Crónica

Y SU ‘MODUS OPERANDI’ : DIARREAS INVENTADAS, LA EXCUSA DEL PERRO...

El diputado de Vox nunca llegó a reconocerl­e a su novia que le fue infiel, ni siquiera cuando ella le enseñaba supuestas pruebas. La ocultaba en sus redes sociales y le presentaba “muchas primas”.

- POR BELÉN PICORNELL

COCO ROBATTO (36) LLEVABA meses negándole a su novia, con la que llevaba dos años, Bárbara Lobato, que le era infiel. Ella lo intuía. Había señales: un tanga rosa que encontró entre la ropa de gimnasio del diputado de Vox y una mujer que apareció con él en su casa porque “iba borracha”... Todo eran indicios de los que era difícil no sospechar.“Él siempre encuentra las palabras para convencert­e de cualquier cosa”, comentan a LOC fuentes del entornode la joven. El pasado 26 de abril fue la última vez que Bárbara vio otra evidencia. Aquel día Robatto (o Rabotto, como se llama en el Call of Dutty) a la joven quejándose de que estaba indispuest­o de la barriga, que tenía dia- rrea, tal y como nos han trasladado fuentes cercanas. Esta fue su excusa para no llamarle esa noche. Bárbara se supo más tarde que era una excusa.

A la mañana siguiente de su supuesta indigestió­n Robatto llamó a su novia para darle los buenos días, con voz dulce, cariñoso. Le dijo que estaba en su despacho del Congreso de los Diputados. Pasados unos segundos la joven escuchó el ladrido de un perro. ¿Hay perros dentro del Congreso? (¿Los unicornios existen?) La novia de Robatto le hizo esa misma pregunta, a lo que el político le respondió que se había bajado un momento a la farmacia a por medicinas (para la diarrea) y que había dos pastores alemanes en la puerta del local. Unos días después esta excusa dejó de tener sentido. A Bárbara le llegó una caja con un pendrive dentro. Fuera de la memoria USB se leía: “No te mereces esto”, un mensaje acompañado por el dibujode una ardilla. La madrileña introdujo el pen en su ordenador y escuchó una, dos, tres grabacione­s... En ellas se oía a Robatto hablando con una mujer como si fuera su novia. Bárbara Lobato terminó de escucharla­s y citó al diputado de Vox en su casa para al menos resolver las dudas que no la dejaban vivir.

Allí, según hemos podido saber por fuentes del entorno, Bárbara no preguntó, no dudó, se lo dijo directamen­te: le dijo claramente que creía que le estaba siendo infiel. La conversaci­ón se convirtió en un bucle. Robatto pronunciab­a una y otra vez que todo eran elucubraci­ones, que le juraba por su vida que nunca le había puesto los cuernos, que no había estado con nadie más en los dos años de relación...

Bárbara le aseguró que lo había escuchado, que no le hiciera sentir que estaba loca, que era incapaz de amar a nadie porque está demasiado metido en el personaje que ha creado de sí mismo. Ya no era un tanga o un perro, no había excusa. Pero él seguía en sus trece y negándole que hubiera sido infiel. El político se fue sin pedirle perdón ni aceptar que hubiesehec­hoalgomalo. Antes de que Robatto abandonara la casa de la joven, ella le adelantó lo que haría unos días después: le dijo que legustaría­poderhabla­r, de mujer a mujer, con la chica con la que le había escuchado en la grabación que le habían enviado, quizás para dañar al político.

MÁS MUJERES

Desde que se acusara a Robatto en las redes de mantener relaciones paralelas, Bárbara ha recibido mensajes de tres mujeres distintas que le han asegurado que en algún momento de la relación han tenido contacto con él. Una de ellas es Carolina Brid, una miss que reconoció a través de un comunicado en su perfil de Instagram que había estado con el político. Robatto estuvo quedando con ella hasta marzo, cuandola modelo se enteró de que el diputado de Vox por Granada tenía pareja y decidió dejar de verle.

Por mucho que este suplemento lo ha intentado, el diputado de Vox no ha querido aclarar el embrollo. Robatto ha pasado estos días por Madrid y no ha faltado a las corridas de toros de Las Ventas por las fiestas de San Isidro. No quiere hablar con los medios de comunicaci­ón pero la versión que da a su entorno es que Bárbara y él no tenían una relación muy asentada y que la había intentado dejar desde febrero.

Otras informacio­nes apuntan que llevaban dos años siendo pareja, que el político le había llegado a decir cómo le gustaría que llamasen a sus hijos, que las últimas flores que le llevó a casa datan del 13 de abril y que Bárbara pasó las últimas navidades en casa de la familia del líder de Vox. De puertas para afuera (en su Instagram) no existía nada. Robatto, tal y como transmitió Bárbara en su única declaració­n pública, la tenía “oculta”. Él le decía que era para protegerle del foco público, de los enemigos de Vox pero era la coartada perfecta. Mientras el diputado le juraba que ella era la única y que si fuera mentira que era fiel no podría mirarle a los ojos, estaba mandando mensajes a otras. Y si le preguntaba­n por Bárbara, contestaba que era su prima.

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/ E.M. Coco Robatto y Bárbara Lobato, en la foto que subió la madrileña a su Instagram.
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IG Coco Robatto con sus hijos Jacobo y Luis.
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