El Mundo Primera Edición - Weekend - La Otra Crónica
CUANDO PASÓ DEL“ANTIFRANQUISMO A ESTAR EMPOTRADO EN LAS REDONDECES DE LA NIETA DE FRANCO”
El columnista de EL MUNDO y líder de opinión rememora con Yagüe cómo aprendió a leer con una crónica del baile de la rosa y otros tiempos mejores para la prensa rosa. “Cuando inicié la revista de revistas, la crónica social reverdece porque había necesida
EL FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
más desconocido, habla con devoción de Camavinga el jugador del Real Madrid al que admira por su talento en el campo y la humildad que no le ha hecho olvidar unos orígenes muy humildes. Con el mismo entusiasmo explica su fascinación por los personajes del mundo del corazón y la prensa rosa. Hace 20 años que en su emisora Esradio mantiene una sección de crónica social. En la prensa escrita escribió durante mucho tiempo columnas sobre este tema y lo sigue haciendo ahora en las páginas de este suplemento.
Parece contradictorio que con su pasado de izquierdas, este licenciado en Filología, profesor de Universidad y autor de libros y ensayos de gran calado político, se interese por un mundo aparentemente frívolo y banal. “Esto me viene desde muy niño en Orihuela del Tremedal, mi pueblo en Teruel. Mi padre era zapatero (y alcalde), mi madre la maestra, como lo había sido mi abuelo. Con ella aprendí a leer cuando empezaba a caminar. Leía todo lo que llegaba, desde el periódico del día anterior, a revistas como Garbo, que era muy buena, ¡Hola! y otra gran publicación, 7 Fechas, que además tenía reportajes interesantes y hablaban de personajes como la reina Sirikit de Tailandia. De las primeras cosas que leí fue de El baile de Rosa, en Mónaco; me fascinaba. Mi madre nos mandaba al Rosario a la iglesia, se tomaba un calmante vitaminado para aguantarnos a todos y mientras, leía a Corín Tellado. Yo también la leía. Vargas Llosa nunca ocultó su admiración por ella. Es muy interesante observar en sus novelas la evolución de la mujer española en el franquismo. De los años 50 a los 80 ves cómo cambian las ideas, no solo sobre la mujer, también la idea de la propiedad, que es sagrada, la integridad moral, que los pobres siempre tienen derecho, algo que con 9 años ya veía yo en alguna otra novela”.
CRÓNICA SOCIAL
“Leía todo lo que me encontraba y no me avergüenzo de esas lecturas ni de nada, faltaría más. Cada uno es lo que es y lo que la vida le ha hecho. En el periódico local había una sección, El Chispa, donde contaban que en el único tren que había en todo Teruel, ‘Doña Argimira Gómez ha venido desde el Puerto de Sagunto, donde conoció a su cuarto nieto, que se cría con buena salud’. Aquellos ecos de sociedad me encantaban. Era la vida de gente y la verdadera crónica social, la que siempre me interesó incluso cuando era más progre y más rojo”.
Cuenta el periodista que cuando veía la televisión siempre se fijaba en la parte sentimental. “Y en las revistas, admiraba esas casas estupendas y ver cómo vive la gente que tiene lo que tú no tienes. Siempre me ha interesado la Literatura,
pero dime, ¿cuál es la diferencia entre la crónica rosa y lo que hace Balzac en La Comedia Humana, o Galdós en La de Bringas? Ninguna. Cuando te cuenta cómo una mujer acaba cayendo por comprar trapos. Y no digamos La Regenta, la mejor crónica social del s.XIX de Asturias y Oviedo. Tenemos un impulso de querer saber de la vida de los personajes”.
Le recuerdo aquellos protagonistas irrepetibles de hace años: Aline Romanones, la duquesa Cayetana, Pitita Ridruejo o Mona
Se vino de Barcelona a Madrid tras sufrir un atentado
“No soy de ir de putas, no he ido en mi vida. Ni aunque me paguen”
“A Umbral le fascinaba la crónica de sociedad y era extraordinario”
“Boyer entraba y salía de la casa de Carlos Falcó debajo de la manta del perro”
“El Rey Felipe tiene una imagen espléndida, que ni Brad Pitt”
Jiménez.“Apenas queda nadie, es verdad”, reconoce. El periodista dejó Barcelona, donde trabajaba, después de sufrir un brutal atentado del grupo terrorista Terra Lliure. “Cuando llegué a Madrid, me invita Mona a las lentejas y allí conozco a Boyer y a la Preysler, Alfonso de Borbón y Mirta Miller. Las lentejas se hacían en el Eurobuilding y luego se iban unos cuantos directamente a la habitación de arriba. Aquello me parecía fascinante”.
“De otro personaje, Niní Montián, se decía que era ‘madame’, yo publiqué algo y me escribió: ‘Cuánto le agradezco la delicadeza con que ha hablado de mi trabajo, de mi oficio, algún día nos veremos’, pero nunca la vi. Lo que me gusta es leer las historias, no quiero conocer a los famosos, es un mundo difícil de entender. Conocí bien la parte social de Barcelona, el epicentro era Boccaccio, donde estaba Senillosa encaramándose a las espaldas de Teresa Gimpera”.
PREGUNTA.- Tienes un ingenio especial para poner motes a la gente. A la infanta Cristina le pusiste ‘Marnie la ladrona’.
RESPUESTA.- Ya lo hacían magistralmente Quevedo o Cervantes. A la Infanta no sabía cómo llamarla. Me parecía tan descarada su forma de lavar su imagen, así que Marnie era de lo más adecuado.
P.- Y a Rajoy o Aznar, les llamaste ‘Maricomplejines’.
R.- Se lo puse a Aznar cuando hace la Internacional centrista con mayoría absoluta. Que un tío tan de derechas como Aznar diga que es de centro, significa que está traicionando a su base social. Y Rajoy tuvo esa parte de Aznar, por no tener una actitud peleona contra ETA. Tragaban. Era una derecha de funcionarios. P.- Luego apareció la beautiful people.
R.- Cuando inicié la sección Revistas de revistas, empezaron los chistes del ministro Fernando Morán y los chismes. No había ningún horizonte político de cambio posible, Felipe estuvo 13 años, entonces la crónica social reverdece porque hay una necesidad de defenderse de un poder político abrumador y se hace con humor. Y en la crónica rosa se sacaba mucha chispa. Acuérdate de Mariano Rubio, Carmen Posadas, Cuca Solana. ¡Y la China! Nada que ver con los de ahora, todo son putas y putos como los de Mujeres y hombres y viceversa. Pero todos. Lo cierto es que también se trataban los temas de otra manera, aunque las memorias de Espartaco Santoni son de lo más obsceno que yo he leído, como cuando cuenta el sexo anal de Tita Cervera, que era una profesional. Nadie lo decía así pero se entendía.
P.- ¿Y cómo viviste tu llegada a ese Madrid tan intenso después de dejar una Barcelona mucho más sosegada?
R.- Me llevaba por ahí Javier Domingo (periodista) y una noche nos encontramos a una tipa, Marcia
Bell, monísima y novia de Camilo Sesto. Yo me di cuenta que era lituana por su piel, se sorprendió de mi acierto.
P.- Y ligaste.
R.- No soy de ir de putas, no he ido en mi vida, ni aunque me paguen, debo ser el único. Marcia me dijo de Tita: “Pero bueno, como si no hubiéramos hecho todas lo mismo. No sé qué se ha creído, Tita”.
P.- Las negritas de Umbral hicieron historia.
R.- Le fascinaba la crónica de sociedad y era extraordinario. Además tenía el estigma de ser hijo de... Era su parte sombría.
P.- Uno de los temas más impactantes fue el de Preysler-Boyer.
R.- El tío entraba y salía debajo de la manta del perro de la calle Arga 1, la casa de Isabel y Carlos Falcó. Entonces el cabrón de Alfonso Guerra destapó el asunto, se lo cuenta a Julián Lago y éste suelta aquello ten ingenioso de ‘Le tocó La China’. Yo hice una crónica de la última recepción en el Campo del Moro, con 2.500 invitados celebrando el santo del rey Juan Carlos. Estaba todo el mundo. Pero Carmen Romero había pillado a Felipe, no sé si con Liliana, la hija de Febres Cordero, presidente de Ecuador, una chica guapísima. Lo pillaba mucho. Entonces en la recepción, como no aparecía Carmen Romero, que si no viene, que falta una figura, que menudo escándalo, que la van a traer como sea. Entonces Guerra se va a buscarla a Moncloa y la trae, aunque llegaba dos horas después. Recuerdo que yo estaba con Miguel Boyer, que bebía mucho y me dijo, ‘Han convertido el partido en un cuartel’, refiriéndose a Guerra. Y allí estábamos todos esperando a la Preysler, pero no fue. Su ausencia fue una de las noticias.
P.- Otra historia que dio mucho juego fue Carmen Martínez-Bordiú, marchándose a París y dejando al marido. Nada menos que un Borbón y príncipe.
R.- Eso fue muy, muy jugoso, a mí ella me encanta. No se podía ser más guapa. La conocí en la finca de Ágatha y estuvo muy simpática y cariñosa, me abrazó y me incrustó entre su pecho, diciendo las ganas que tenía de conocerme. Y yo me dije, coño, esto es el colmo. Pasas del antifranquismo a estar empotrado en las redondeces de la nieta de Franco, que me parece, aparte de encantadora, una tía mucho más lista de lo que se dice.
P.- Qué me dices de la realeza.
R.- Juan Carlos ha sido un irresponsable que se ha querido casar con sus queridas, Marta Gayá por lo menos era nacional, pero Corinna era amiga de Putin. En cambio, este Rey (Felipe) tiene una imagen espléndida, la de una estrella de Hollywood, que ni Brad Pitt. Y es natural, íntegro. Afortunadamente es Grecia, no Borbón. Y de Letizia se dirá lo que se quiera, pero con ella el Rey ha tenido una familia, con unas niñas divinamente educadas, son estupendas. Fíjate la diferencia con Froilán y su hermana. Vicky es un drama.