El Mundo Madrid - Weekend - La Otra Crónica
JOSÉ HIDALGO LA HERENCIA NADAL, SU TERCERA RESURRECCIÓN
“Cada vez que me dan por muerto reaparezco con más fuerza”, asegura. Ha comprado 15 Boeing de nueva generación para Air Europa y quiere construir la ‘ciudad del fútbol europeo’ en un ‘resort’ en Estepona.
“NO ES QUE ESTÉ DE VUELTA, ES QUE nunca me he ido”, afirma el gran patrón de Globalia, Juan José Hidalgo Acera, que, a sus 81 años, sigue al frente de un imperio que no sólo abarca negocios de transporte aéreo y hoteles, sino también megaproyectos de resorts de alto standing en destinos turísticos tan emblemáticos como Estepona o República Dominicana (Punta Cana y Abahide).
Frente a su estajanovismo compulsivo se estrellan todos sus enemigos externos (básicamente, competidores). El salmantino supera reto tras reto, algunos de ellos a vida o muerte. Ha pasado el verano trabajando en su megaproyecto de Estepona (Málaga) y Santo Domingo, donde tiene resort y diversas promociones inmobiliarias. Ha liderado, además, la nueva estrategia de la niña de sus ojos: Air Europa. Con la serenidad y la experiencia acumulada durante siete décadas de “mucho curre”.
Hace unos días, en plena canícula veraniega, llegó a un acuerdo con IAG (Iberia), de titularidad británica, para convertir los 100 millones de deuda en el 20% del capital de Air Europa. “Es un acuerdo muy bueno para la compañía. Para la valoración se ha tenido en cuenta el precio inicial de venta a la Iberia británica (1.500 millones de euros), a la espera de la decisión de Bruselas para ejecutar aquel acuerdo inicial…”, relata a LOC. Aunque en el mejor de los casos sólo se autorizará una toma de posición accionarial del 49%, “teniendo en cuenta que Iberia es británica y el Reino Unido está fuera de la UE…”, añade.
En efecto. Con la crisis del Covid, que afectó de plano a todas las operadoras aéreas, todo el mundo dio por muerta la aventura empresarial de Hidalgo. Iberia congeló el acuerdo de compra y el panorama se presentaba muy difícil.
La segunda resurrección se produce cuando, aprovechando la crisis aérea global, sectores del Gobierno de Sánchez intentan hacerse con la joya de la corona hidalguil: Air Europa. Como miles de empresas –la SEPI inyectó 53 millones de euros en una compañía de corte chavista, Plus Ultra, irrelevante en el mercado áereo–, Air Europa obtuvo un crédito (no una subvención a fondo perdido) de 475 millones de euros con vencimiento y a devolver en 2026. Pretendían convertir ese préstamo en acciones y a través de ese paquete controlar la única compañía aérea de bandera española que existe en el mercado. Hidalgo, accionista mayoritario, decidió plantar cara, convencido de que dentro de cuatro años podrá devolver lo prestado con sus correspondientes intereses “como he hecho siempre a lo largo de mi vida empresarial. No estaba dispuesto en modo alguno a que me arrebataran la ilusión, el esfuerzo y el éxito de toda mi vida”, asegura.
La tercera resurrección se produjo el pasado 29 de agosto. Hidalgo firmó un acuerdo marco estratégico con la multinacional estadounidense Boeing para incorporar mediante el lessor AerCap (principal arrendador aéreo del mundo), a la flota de Air Europa 15 nuevos aviones de última generación. Con el acuerdo, además, se regulariza el pago de la deuda leassing con AerCap con los que atender la enorme demanda con destino a América aprovechando su posición clave en el hub de Madrid/Barajas. Hidalgo siempre ha tenido claro que el éxito de su operadora aérea tiene como base principal disponer de una moderna flota de aeronaves y contar con slots en el continente americano, además de rutas regulares en los principales destinos europeos.
El coste aproximado de esta nueva operación asciende a 2.500 millones de euros. La plantilla de Globalia en todo el mundo se acerca a los 20.000 empleados, la mayor parte de ellos en territorio nacional.
LA ‘HERENCIA NADAL’
La venta de billetes aéreos y habitaciones a gran escala en sus resorts caribeños no es la única ocupación del empresario En 1998 compró unos terrenos en Estepona a los obispos propietarios tras la donación de un particular a la Iglesia. En la operación contó con Unicaja que, a cambio de poner un dinero para la operación, entró en el accionariado del holding Globalia (7%). La operación de la llamada Herencia Nadal ascendió a 35.000 millones de pesetas de aquella época. Hidalgo contaba con la palabra y el compromiso de la Junta de Andalucía (comandada entonces por los socialistas Manuel Chaves y Gaspar Zarrías) y del alcalde de la localidad, el también socialista Antonio Barrientos, de que se podría construir en la imponente superficie que representaba la Herencia Nadal, quizá el mejor espacio de la localidad costasolense… La promesa fue incumplida. “Hice la mayor inversión y fue la mayor locura de mi vida. 35.000 millones de pesetas sin poder mover esa gran cantidad de dinero durante veinte años”, relata. Había que hacer frente a la devolución de los créditos con sus correspondientes intereses. Finalmente consiguió avanzar en el desbloqueo de la situación jurídica/urbanística en aquel territorio andaluz.
Ahora, desbloqueada la situación jurídica, Hidalgo tiene muy avanzada la materialización de un proyecto urbanístico en el que ha puesto mucho corazón, riesgo y dinero. La finca tiene dos proyectos diferenciados. El primero, denominado Arroyo-Vaqueros, ha sido ampliado con la compra del campo de golf Estepona, reformado y en activo. Su idea es hacer en su posesión la ciudad del fútbol europeo, que los grandes equipos del continente (más el Reino Unido) “elijan como sede de sus concentraciones aprovechando el clima tan benigno de la zona”. Hay, luego, otra urbanización de apartamentos de lujo, zonas comunes del mismo nivel.
Con la crisis del Covid todo el mundo dio por muerta la aventura empresarial del empresario salmantino