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‘SÁLVAME’ ¿CANSANCIO DE UN FORMATO O DE SUS FAMOSOS COLABORADORES?
La dura pugna que mantiene por las tardes con ‘Y ahora Sonsoles’, la apuesta de Atresmedia, no está ni mucho menos decidida. Un estudio recalca la mala imagen de Jorge Javier, Matamoros... pero los críticos de TV defienden el programa.
28 DE ABRIL DE 2020, ‘ SÁLVAME’ HACÍA historia: 3.139.000 personas permanecían pegadas al culebrón Merlos. En pleno directo, los espectadores presenciaban una propuesta de matrimonio truncada, un noviazgo roto y una ex novia [Marta López] persiguiendo a su pareja infiel. Los audímetros reventaban, alcanzando un 21,3% de cuota de pantalla, según los datos de Kantar, ofrecidos por Barlovento Comunicación y GECA.
Un año después el gigante de Telecinco iniciaba su descenso y durante el verano de este año se ratificaba: los datos le situaban con un 11% de cuota de pantalla y esto no sólo suponía una caída de 2,1 puntos respecto a julio ( que acabó con un 13.1%), sino que situaba a Sálvame nueve décimas por debajo del mes de marzo de este 2022, que ya fue su mínimo histórico mensual con un 11.9%, según Barlovento.
El programa de La Fábrica de la Tele “está en estado de coma pero todavía hay pulso”, asegura la crítica televisiva de este periódico, Esther Mucientes, quien explica que la caída de espectadores del favorito de Mediaset vino acompañada de la pérdida de Pasapalabra. Este mítico programa volvió a Atresmedia, propietaria del formato. “Telecinco no va a recuperar a esos espectadores que perdió, teniendo en cuenta los que consigue cada día Roberto Leal”, sentencia Mucientes.
A la pérdida natural de audiencia se suma el nuevo programa de Atresmedia, Y ahora, Sonsoles, que simboliza la apuesta por el directo en una franja horaria —de 19:00 a 20:00 horas— donde Antena 3 solía emitir programas grabados. Y las cifras están demostrando que la estrategia también les funciona.
Sonsoles Ónega vivió su estreno con un 17.6% de cuota y 1.484.000 espectadores. Mientras que Sálvame lograba un 15.9% y 1.336.000 espectadores. En el segundo duelo, Ónega perdió —por la mínima— contra su rival. Jorge Javier Vázquez se impuso a su competidora firmando un 15,4% frente al 15,2 de Antena 3, es decir, 2.4 puntos y 235.000 seguidores menos que el día anterior. Sin embargo, unos de los últimos enfrentamientos daban ventaja a los de Antena 3. Sálvame ha apostado por el drama de Carmen Borrego y su nuera y el programa ha logrado en su emisión Naranja un 14,7% (1.170.000 espectadores) frente a los 15,3% de Y ahora sonsoles ( 1.249.000 espectadores).
Las audiencias, según el experto en muestreo estadístico y directivo de Barlovento, José Manuel Eleta, preocupan. Telecinco mira de reojo a Antena 3, aunque disponer de un 13% en cuota de pantalla, “es buenísi
mo”, afirma Eleta.
La tendencia, explica este consultor, es baja. Se nota en las cifras “que su audiencia ya no es la que se quedaba pegada a la televisión sin hacer zapping”.
¿Es el fin de un monstruo televisivo? La estrategia de Mediaset, según el experto investigador de modelos y tendencias televisivas, Juanjo Bas, es retroalimentar su propia programación con los mismos personajes. Algo que al director general de Personality Media, Santiago de Mollinedo, le parece un error. “Últimamente es tan poco relevante y repetitiva la temática” que si se ofrece algo “relativamente fresco, la gente es capaz de cambiar de canal”. En último informe realizado por su asesoría, dedicada a analizar la imagen de los famosos, Antena 3 repite un año más como la cadena mejor valorada por los espectadores mientras Telecinco suspende en 10 de las 11 variables presentadas. Entre los parámetros presentados en su encuesta para medir la “buena calidad” de un programa se encuentran que sea respetuoso, que guste “a todo tipo de público” o que sea “entretenido”. Y otro medidor crucial son los informativos, donde “reside gran parte del concepto de la cadena”, explica Personality Media.
Algo que, según esta asesoría, Telecinco “no ha cuidado”. De Mollinedo recuerda la imagen que se emitió el 22 de septiembre de 2020, cuando Raquel Mosquera despedía el programa mirando a cámara: “Vamos a dar paso, señores, a Pedro Piqueras. El gran Pedro Piqueras, uno de los grandes del telediario, que lleva muchos años en nuestras televisiones. Un besazo y os dejamos con el gran Pedro Piqueras”. Sin duda, a quien se le ocurrió que Mosquera diese paso a este presentador, “no era consciente de que estaba atacando a la cadena donde más le dolía, de que realizaba un torpedo directo al eje de su reputación”, sentencia.
La percepción, sin embargo, de algunos expertos televisivos es radicalmente opuesta. Hughes, conocido por sus columnas sobre programas de television para el periódico ABC, cree que ese tipo de actuaciones en Sálvame son el reconocimiento de que existe algo interesante en ese formato.
El periodista agradece “esa tendencia al desparrame, a la libertad... Cuando vas a ver una serie o una película quieres estar concentrado y eliges algo concreto. Pero la televisión no tiene nada que ver con eso... Es compañía, estar escuchando a personas que sientes cercanas, que están ahí: gritando, te generan cierto sentimiento de familiaridad”, afirma Hughes.
Precisamente, es este exceso de ruido al que se refiere una fuente cercana a Mediaset, que opina que la bajada de audiencia puede deberse a un desgaste biológico de lo de siempre. “¿ Qué más nos pueden contar ya que no sepamos?: los grandes secretos de España ya no sorprenden porque ya se ha visto todo, al colaborador saliendo de plató en una discusión, que vuelva, la confesión de una adicción...”. Y aunque comparta una opinión totalmente opuesta, guionista, redactora y columnista de El País Paloma Rando apunta también a un cierto desgaste.
No es tanto problema de Sálvame sino “de todo el universo que le rodea, del que se nutre”. Rando explica que los realities — ingrediente favorito de Mediaset— están de capa caída. Lo que para la crítica televisiva no signfica que Y ahora, Sonsoles vaya a terminar con el programa. Son tan distintos, “en estilo y colaboradores” que es imposible. Otro elemento, sumado a Rocío, contar la verdad para seguir viva y En el nombre de Rocío, dos documentales en los que parte de público “no ha entendido su tono”. Más allá del feminismo,“el hecho de que sí o sí te impongan una cierta forma de mirar, la gente no lo lleva muy allá”, afirma Hughes mientras recuerda la importancia de lo que creó Sálvame hace 13 años: un guión que se nutre de ellos mismos, “es una genialidad”, recuerda el columnista. Rando sentencia que “llegar hasta donde han llegado es el sueño húmedo de cualquer ejecutivo de televisión” pero ninguno de los expertos consultados por este suplemento predicen su desaparición sino que asumen que a partir de febrero, cuando se retire su CEO Paolo Vasile será cuestión de “darle una nueva vida”.
“Un programa que lleva 13 años en emisión es el sueño húmedo de cualquier ejecutivo televisivo”
“¿Qué más nos pueden contar ya que no sepamos? Los ‘grandes secretos de España’ ya no nos sorprenden”