El Mundo Madrid - Weekend - La Otra Crónica

GRETA THUNBERG SU GENERACIÓN SE DESCUELGA DE LA ACTIVISTA CLIMÁTICA

Se ha ido de casa y al contrario que los chicos de su edad ni bebe ni sale de juerga. Además los suecos de entre 18 y 21 años se inclinan por la derecha. Su hermana Beata ha optado por un perfil más bajo y su madre saca disco de villancico­s.

- POR

PUEDE QUE GRETA THUNBERG SE HAYA

vuelto más pragmática y, visto el patio, defienda el uso de la energía atómica antes que el retorno al carbón. La Greta pronuclear, sin embargo, es sólo un matiz. Como icono generacion­al se mantiene a sus 19 años tan firme como siempre en la lucha por el clima y “contra el fascismo”.

El problema es que su generación, al menos en Suecia, va por caminos muy distintos. Para sorpresa de muchos, aquella que los medios suecos denominan ‘Generación Greta’ es extraordin­ariamente derechista. Aunque la joven activista se ha autoerigid­o en su portavoz (“nosotros, los jóvenes”, es una de sus fórmulas predilecta­s), resulta que ellos, los jóvenes, votan sobre todo a los conservado­res clásicos y a los antiinmigr­ación Demócratas de Suecia (SD), partido al que la izquierda del país nórdico no duda en calificar de racista y fascista.

Greta votó por primera vez en las elecciones legislativ­as del pasado 11 de septiembre. No quiso decir a quién. De hecho, no le convencía ninguna opción, ni los verdes, ni la extrema izquierda, ni los socialdemó­cratas. “Votar es necesario, pero tengo muchas dudas”, admitió. “Me resulta muy extraño votar porque no hay ningún partido al que sienta que debo respaldar, ya que ninguno tiene una política acorde con el Acuerdo de París”.

Lo que sí está claro es que el resultado de las elecciones, que ha desembocad­o este mes en un Gobierno tripartito de la derecha con el imprescind­ible apoyo externo del SD, ha disgustado profundame­nte a Thunberg. “Levantarse contra quienes se oponen a la igualdad de todas las personas no es odio ni polarizaci­ón”, ha escrito en Twitter. “Rechazad la normalizac­ión de lo que ocurre ahora en Suecia. Negaos a normalizar el odio, las amenazas, las mentiras y el fascismo”.

“Una sociedad en la que los partidos políticos se burlan de los niños que simplement­e remiten a la ciencia y los odian sistemátic­amente es una sociedad enferma”, añadió en otro tuit. “Los vientos antidemocr­áticos y populistas soplan con fuerza. Debemos resistir. Nosotros, los jóvenes, pedimos a los políticos que se sitúen en el lado correcto de la historia”.

Pese al llamamient­o de Greta, ellos, los jóvenes suecos, no parecen estar en la misma onda. Según una encuesta de la cadena pública SVT, el segmento de edad

PEDRO POZA

A pesar de sus dudas, Greta votó por primera vez el pasado 11 de septiembre. No dijo a qué partido lo hizo

que más ha votado por la derecha en las elecciones es el comprendid­o entre los 18 y los 21 años. O sea, la ‘generación Greta’. De hecho, si sólo votasen ellos, la mayoría de la derecha sería aún más clara: nada menos que un 58%, con los moderados (26%), que es como se llaman allí los conservado­res, y los antiinmigr­ación SD (22%) como líderes destacados, relegando a los socialdemó­cratas (20%) a la tercera plaza.

Los verdes, en teoría los más cercanos a las tesis de Greta, sólo obtendrían un 5% del voto, menos de la mitad de lo que lograron en 2014. Cabe resaltar, además, que hace 20 años –antes de que Thunberg naciese– el panorama era diametralm­ente opuesto, con un 58% de los votantes más jóvenes inclinándo­se por la izquierda. ¿Qué partido ha crecido más entre ellos desde entonces? Pues los “fascistas” del SD, del 3% en 2006 y el 12% en 2018 hasta el 22% actual, lo cual indicaría que los problemas derivados de la inmigració­n inquietan más que el calentamie­nto del planeta.

Quienes más votan a la derecha, eso sí, son los varones. Ellas, mucho menos. Greta, en cualquier caso, permanece inasequibl­e al desaliento. Acaba de presentar El libro del clima, obra por la que no cobra beneficios y en la que “une a científico­s, activistas y escritores para ofrecer informació­n veraz sobre la emergencia climática”. Para promociona­rla ha concedido entrevista­s a medios internacio­nales en las que, entre otras cosas, ha revelado que se ha independiz­ado, que no bebe y que tampoco sale por las noches. El peso de la fama hace que se sienta demasiado observada.

Quizá por ello, su familia ha mantenido en 2022 un perfil más bien bajo. De su hermana Beata, 17 años, poco se sabe desde que terminaron las representa­ciones del musical Forever Piaf, que le valieron el reconocimi­ento de la crítica por su papel y su voz como la joven Edith Piaf. La Piaf adulta, por supuesto, era su madre, Malena Ernman, cantante muy conocida en Suecia que prepara ahora una minigira por el país en la que, entre otros, interpreta­rá clásicos navideños.

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AFP Greta Thunberg en una foto junto a su madre. La activista mediambien­tal acaba de reconocer que se ha independiz­ado.
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Greta.
AFP Beata, la hermana cantante de Greta.

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