El Mundo Madrid - Weekend - La Otra Crónica
LA APP PARA LIGAR QUE NO ADMITE A CUALQUIERA, NI A YOLA NI JORGE
“¿ POR QUÉ QUERRÍAS IR A UNA fiesta en la que se admite a cualquier persona cuando puedes ir a una a la que sólo acuden los ricos y famosos?”. Esto es, tal cual, lo que a Daniel Gendelman le rondó por la cabeza en febrero del 2015 cuando concibió Raya. Es como club privado virtual. El Berghain de las redes. Tú sí, tú no. Allí “sus miembros obtienen acceso a personas y oportunidades excitantes alrededor del mundo” (así es como se describe la propia aplicación). En realidad, su funcionamiento es similar a Tinder. Todo lo que se ha escrito sobre esta elitista aplicación siempre se ha basado en sus integrantes. Distintas cabeceras estadounidenses publicaron que Ben Affleck, Channing Tatum o Rebel Wilson la utilizaban para ligar.
Ofrece el sueño de cualquier famoso: exclusividad y misticismo. Y su creador se preocupó de hacerlo real: toda persona que intente acceder es evaluada. Un algoritmo y “un comité de expertos repartidos por todo el mundo” son los que deciden si esa persona formará parte de Raya o no. Nuestro caso español de denostados públicos está en Sálvame. El comité denegó la entrada al presentador Jorge Javier Vázquez y a Yola Berrocal, ambos lo confesaban la semana pasada en Sábado Deluxe. Pero es imposible saber exactamente por qué. Los expertos (se desconoce en qué porque son totalmente anónimos) valoran factores como el número de seguidores en Instagram, cuántos miembros conoce de Raya y “otros atributos no cuantificables”, aseguró su propio creador en una entrevista al New York Times.
Los obstáculos aparecen incluso antes de registrarse. La aplicación solo está disponible para dispositivos iOS, y se puede descargar gratuitamente de la AppStore. Una vez dentro Raya pide los datos “al solicitante”. Nombre, apellidos, lugar de nacimiento, fecha de nacimiento... Y nombre del perfil de Instagram. En el último paso para finalizar “la solicitud” aparece el que parece uno de los factores más importantes: “Añade personas que tengan Raya”. La aplicación se sincroniza con los contactos del solicitante y aparece una lista con los miembros. Es la oportunidad para el tú sí: permite mandar una invitación a uno de los miembros conocidos por el que quiera entrar para obtener la “invitación”. Son de su confianza. Pero no es la única “traba”. La aplicación cuenta con un código de conducta y unos términos y condiciones que se basan en una máxima: preservar la privacidad de sus integrantes. No se pueden hacer capturas de pantalla. La plataforma lo detecta y al miembro se le elimina la cuenta de Raya. Si se descubre que se habla de las interacciones esta aplicación en otras redes el perfil queda eliminado para siempre. Y para preservar esto hay otro comité. Éste se encarga de retirar a cualquier miembro sospechoso de estar incumpliendo el “contrato” virtual. Y el algoritmo de que no vuelva nunca más.
SOLO 10 DIAS PARA HABLAR
Si es aceptado, debe abonar una suscripción de 1, 6 o 12 meses. Es común escuchar que esta app es para “ricos y famosos”. Lo segundo, puede ser. Lo primero según su creador, no. Gendelman, explicó al New York Times, que las demostraciones vulgares de riqueza están mal vistas en el proceso de solicitud, y el dinero no es un requisito previo para la admisión. “Hay muchos perfiles en los que es solo un Lamborghini, un yate y un avión privado, y decimos, ‘Hasta luego’”, dijo el creador. Raya usa presentaciones de diapositivas a pantalla completa con música, en lugar de las típicas fotos de perfil estáticas.
UN 8% SE QUEDAN
Hace una semana Jorge Javier Vázquez y Yola Berrocal reconocieron en directo que no habían sido aceptados en la ‘app’. No todos pueden: hay una lista de espera de, al menos, unas 100.000 personas.
POR BELÉN PICORNELL
Una función para “esconderse”, permite responder y felicitar por el cumpleaños
Raya es según Raya para personas “creativas y apasionadas”. Como una cena gigante “con gente interesante”. Una vez dentro, como todas las aplicaciones de este tipo, tiene como principal función descubrir nuevos usuarios con los que hacer match ( un like por parte de las dos personas interesadas). Si se produce el flechazo en la red, Raya proporciona solo 10 días para entablar conversación con esa persona, de lo contrario la solicitud se elimina. Tampoco hay muchos a los que echar. Según el New York Times, solo el 8% de las personas que solicitan acceso son aceptadas.
Si forman parte de los elegidos podrán felicitar el cumpleaños a su match. A diferencia de otras aplicaciones, Raya incorpora algunas funciones más relacionadas con una red social. Permite ver y responder a estados, notificaciones de viajes, cumpleaños y otras actualizaciones de los miembros con los que se ha conectado, ofreciendo más capacidad de relación.
Si la fama es tremenda cuenta con una función llamada Hide, para que los miembros oculten su perfil frente al resto de los usuarios, si es que así lo desean. Raya, según su creador, existe “como una respuesta de élite a la homogeneización de la cultura digital”.
Es la primera aplicación que ha creado con éxito una atmósfera de intimidad y confianza sin revelar casi nada sobre sí misma. El corazón de Raya es su proceso de selección, supervisado por un comité secreto de unos 500 miembros de confianza que votan en cada solicitud.
El triunfo se ha conseguido cuidando la privacidad de los presentes. En el New York Times aseguraban que la popularidad de esta aplicación es su arma de doble filo: se ven rara posición de administrar una red social que no necesita ser enorme para tener éxito. Jorge Javier Vázquez y Yola Berrocal se reían el pasado sábado comentándolo. “Que me han echado”; repetía Jorge en la entrevista. Y se preguntaba por qué no lo aceptaron. Si el destino hace que el lector de LOC sea apreciado por Raya, sus reglas son simples: “No seas asqueroso y mantén una privacidad estricta”, contó el propio el emprendedor.