El Mundo Madrid - Weekend - La Otra Crónica

ÁLVARO MUÑOZ ESCASSI NUESTRO CONDE LEQUIO SIN AGENDA OCULTA

Escassi se ha ganado el derecho a pertenecer a ese grupúsculo de famosos televisivo­s a los que el espectador no solo se acostumbra, sino que también demanda más minutos de ellos.

- POR ALBERTO REY We love Escassi.

SI CUESTIONÁS­EMOS EL DERECHO

Si alguien necesita un golfillo gracioso él siempre es buena opción

a la fama de todos los famosos, nos quedaríamo­s sin casi ninguno. Quienes no aceptan que “porque sale por la tele” sea una respuesta válida a la pregunta “¿Por qué es famoso Álvaro Muñoz Escassi?” no han entendido nada. Además, si hiciésemos una purga para quitarnos de encima a famosos que no merecen serlo, él se salvaría. Sobre todo si esa purga tuviese formato de reality show. Si hay un ecosistema en el que Muñoz Escassi ejerce de depredador ápice, es ese tipo de programas. Baila como puedas, de TVE, ha sido el último formato que ha contado con el jinete. Esa era su profesión oficial hasta que la televisión lo convirtió en uno de los mejores famosos de reality. Álvaro ha pasado por Supervivie­ntes, Mira quién baila, MasterChef Celebrity y el delirante Acorralado­s, donde convivió con, entre otras, Regina Do Santos, Leticia Sabater o Bárbara Rey. Que sepamos, no hubo romance, flechazo o, en lenguaje telecinque­ro, “edredoning” con ninguna de las tres. Quizá para disgusto de los productore­s de Acorralado­s, que sin duda tuvieron en cuenta el sabido donjuanism­o de Muñoz Escassi a la hora de reclutarlo para el programa. Eso y que el tío es muy gracioso.

La televisión popular, tan directa y tan clara, ya había utilizado al sevillano como protagonis­ta de uno de los delirios catódicos más tremendos que se recuerdan. I love Escassi, presentado por Jesús Vázquez y emitido en la primavera de 2010, hacía competir a un montón de mujeres por el amor (ejem) de este macho alfa. El programa fracasó y, como no podría ser de otra manera, despertó todo tipo de críticas, entre ellas las del Instituto de la Mujer. Ajena a ellas, la cadena intentó que la audiencia de I love Escassi remontase añadiendo el típico debate (“debate”) tan habitual en su parrilla. Lo llenó, por supuesto, de otros rostros de fama comparable a la de Muñoz Escassi: Nani Gaitán, Tamara Gorro, Miriam Sánchez, Rafa Mora o el hoy paria Antonio David Flores, personajes que sólo tuvieron sentido en aquellos años y aquella televisión. No es casual que el salto a la fama de Muñoz Escassi viniese de la mano de una mujer que no desentonar­ía en ese grupo: Lara Dibildos. Con la hija de Laura Valenzuela tuvo un hijo en 2007. Tres años más tarde, ya como ex de la nepobaby televisiva española por excelencia, él sería el centro de un programa con su nombre en el título y su amor (“amor”) en el objetivo. Había nacido una estrella.

Por el debate de I love Escassi pasó también Bibiana Fernández. Ella formaba parte del “equipo de expertos en seducción”(entrecomil­lo la expresión chiflada porque así aparece en la web de Telecinco) que comentaría el reality. Estando él dentro y ella fuera de la trama principal de I love Escassi (“la trama principal”: otra expresión chiflada, pero esta es mía), tampoco hubo nada entre el galán y la actriz. Y eso que Bibiana no desentonar­ía en absoluto en el curriculum amoroso de Muñoz Escasi. Ni él en el de ella.

Unos años antes, Bibiana circulaba con un tal Asdrúbal, adonis cubano con el que la polifacéti­ca Fernández llegó a casarse. De esa época son también el Frank Francés de Bárbara Rey y, entrando ya en terreno bizarro, el Dinio de Marujita Díaz. Señoras de cierta edad amarrándos­e a hombres mucho más jóvenes, atractivos y marchosos. Toy boys en relaciones de credibilid­ad variable y repercusio­nes pocas. Derivadas exóticas del golfo y el canallita español de toda la vida. Álvaro Muñoz Escassi tenía lo mejor de los dos mundos: había sido deportista profesiona­l (como Frank Francés), estaba bueno (como Asdrúbal Ametller) y tenía mucha gracia (como Dinio). Y era de aquí, lo que no implicaba ninguna brecha cultural ni, en principio, sospecha de estar cerca de una tía conocida a ver si le caía algo (de pasta).

Álvaro Muñoz Escassi era un conde Lequio sin agenda oculta, un vividor a quien nadie acusaría de haber desestabil­izado la élite empresaria­l española filtrando una foto en la cama con una señora. En tiempos, Lequio podía recordar al Valmont de Las amistades peligrosas. A su lado, Álvaro Muñoz Escassi es Glen Powell en Cualquiera menos tú. Las amistades peligrosas es una película mejor y más inteligent­e, pero Cualquiera menos tú entra mejor.

Lequio era otro de aquellos expertos en seducción de I love Escassi. El italiano se ha prodigado muchísimo en televisión (de hecho ese es su único trabajo, según su entrada en Wikipedia) y también se hizo famoso como “novio de”. En su caso, de la simpar Ana García Obregón, una de las mujeres más famosas de España entonces y siempre. Nadie duda que a Lequio le han tenido que ofrecer participar en muchos realities de famosos de Telecinco, si no en todos. Nunca lo ha hecho. Que a Álvaro Muñoz Escassi no se le caigan los anillos y diga que sí a programas de todo tipo le convierte en alguien entrañable­mente cercano. Es famoso sobre todo por llevar siendo famoso ya dos décadas y por sus relaciones con mujeres conocidas, pero quién se atreve a quitarle el título de personaje televisivo de primera. Si un programa necesita un golfillo gracioso y seductor, él es una de las primeras opciones. Se llevó un disgusto cuando Anna, su pareja de baile en Baila como puedas, fue eliminada del concurso. Tiene corazón. Y mucho morro.

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/ GTRES Álvaro Muñoz Escassi y Nicolás Vallejo- Nágera, dos dandys en un photocall.
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