El Mundo Madrid - Weekend - La Otra Crónica

DEJA DE SER LA EX DE BRUCE WILLIS Y VUELVE A ARRASAR (A LOS 61)

Fue la actriz mejor pagada del mundo pero acabó de secundaria en cintas intrascend­entes. Su última película, con desnudo incluido, le ha devuelto al estrellato.

- POR PABLO SCARPELLIN­I (Los Ángeles)

ERA UN RESURGIR con el que casi nadie contaba a estas alturas. Pero Demi Moore ha demostrado, a sus 61 años, que aún le queda gasolina en el tanque. Dennis Quaid, su compañero de reparto en The Substance, la cinta que ha supuesto su triunfal regreso al festival de Cannes, lo ha tildado de“increíble tercer acto” para la actriz que lo fue todo en los 90: la intérprete mejor pagada del mundo y una de las más

star system veneradas dentro del hollywoodi­ense, con títulos como Una proposició­n indecente, Algunos hombres buenos, Striptease o Ghost.

Más de 25 años habían pasado desde su último estreno de

O’Neil en 1997– calado – La teniente cuando Coralie Fargeat, la realizador­a francesa, pensó en ella para meterse en la piel de Elizabeth Sparkle, una actriz sacudida por el clásico abandono del sistema cuando los años empiezan a dejarse notar. La crisis la empuja a probar una sustancia clandestin­a que le ofrece una mejor versión de sí misma, un producto revolucion­ario que crea un alter ego más atractivo y perfeccion­ado, y por ahí comienza

body horror a tomar forma una movie que ha gustado mucho en Cannes. La ovación para Moore y el resto del reparto, formado por Quaid, Margaret Qualley –que hace de la versión mejorada de la actriz–, y Gore Adams, entre otros, duró 11 minutos, y la película es candidata a la Palma de Oro del festival.

Oportunida­des así no surgen todos los días. Moore, que llevaba años condenada a papeles secundario­s en cintas intrascend­entes, lo sabe. Era la oportunida­d de“salir de mi zona de confort, de hacer algo que me hiciera mejor persona y mejor actriz”, según explicó en la rueda de prensa en Cannes posterior al pase de la cinta. Para la actriz de Nuevo México, la película de Fargeat se ocupa de “muchos temas que todos enfrentamo­s, de buscar validación y sentido de pertenenci­a. Nos lleva a los extremos y nos permite adentrarno­s en ellos de una manera única”.

El extremo para ella, en este caso, ha sido tener que enfrentars­e a varias escenas de desnudo frontal a sus 61 años, con un nivel de “vulnerabil­idad y crudeza” que conllevaro­n “mucha sensibilid­ad”por su parte y“mucha conversaci­ón sobre lo que estábamos tratando de lograr”. Eso y la transforma­ción física que atraviesa su personaje a medida que su versión mejorada la va desplazand­o y condenando a un lugar muy oscuro.

El reto le llega en un momento óptimo, habiendo dejado atrás las crisis personales que la convirtier­on en carnaza de la prensa rosa durante años. Hubo un momento, coincidien­do con el cambio de siglo, en que se hablaba más de sus problemas matrimonia­les con Bruce Willis que de su trabajo. Fue el comienzo de un declive que se fue acrecentan­do con los años y su posterior relación con Ashton Kutcher, un actor 15 años menor que ella. De por medio hubo un aborto con seis meses de embarazo, múltiples acusacione­s de infidelida­des e ingresos en centros de rehabilita­ción por su adicción a los opiáceos y su destructiv­o estilo de vida, incluyendo un desorden alimentici­o que la hizo perder peso de forma drástica. Moore tocó fondo en 2012 al colapsar en su casa de Los Ángeles y sufrir convulsion­es, ingresada en un hospital.

Ahora parece haber pasado página. Se refleja con claridad en su aspecto, radiante entre los fotógrafos que la inmortaliz­aron en la alfombra roja de Cannes. Tiene claro desde hace años que la prioridad son sus relaciones personales y no su carrera cinematogr­áfica. Quizá por eso el aire de confianza que despide, perceptibl­e en su gesto y su discurso. Las opiniones de terceros han dejado de tener tanto peso en su vida.“¿Qué importa lo que piensen los demás?”, dijo en un encuentro con Gwyneth Paltrow y Arianna Huffington en 2019.“Nada puede ser tan malo, digan lo que digan”.

BRUCE WILLIS

Sus adicciones le llevaron a tocar fondo en 2012 y

colapsó

El año pasado Moore se volcó con su ex marido, Bruce Willis, tras conocerse que padece demencia. Ya durante la pandemia compartier­on casa en Hailey, Idaho, como parte de la cuarentena junto a sus tres hijas, Rumer, Scout y Tallulah. La enfermedad les ha unido más aún, incluso con la mujer de Willis, la modelo británica Emma Heming, de 45 años, que tuvo dos

La hijos con el protagonis­ta de jungla de cristal. Nadie sabe el tiempo que le puede quedar a la leyenda de 69 años y la meta es pasar el mayor tiempo posible en familia.

Es un nuevo giro dentro de un recorrido vital notable que comenzó en Hollywood en 1982 con una telenovela estadounid­ense, Hospital general, y que fue abriéndose camino hasta dar con la que fue, ese año, la película más taquillera, Ghost. Vendrían después sus grandes éxitos en los 90 y un contrato tan histórico como multimillo­nario para una mujer en la época: 12,5 millo

Stripnes de dólares por hacer tease en 1996.

Fue su punto álgido, aunque la crítica destrozó la película de Andrew Bergman por no ser ni lo suficiente­mente divertida ni dramática ni sexy como para constituir un entretenim­iento a la altura, en palabras del historiado­r y crítico Leonard Maltin. Sus siguientes trabajos marcaron la misma línea descendent­e que precedió al declive profesiona­l y personal del que ha tardado unos cuantos años

The Substanen recuperars­e. ce parece la demostraci­ón de que el brillo de su estrella aún perdura.

 ?? AFP ?? Demi Moore, triunfando sobre la alfombra roja del Festival de Cannes en esta edición con uno de sus lookazos.
AFP Demi Moore, triunfando sobre la alfombra roja del Festival de Cannes en esta edición con uno de sus lookazos.

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