El Mundo Madrid - Weekend - La Otra Crónica

MY FAIR LADY EL ‘FEO’ A AUDREY POR EL QUE SE QUEDÓ SIN OSCAR

Se cumplen 60 años del clásico con el que intentaron enfrentar a las actrices Audrey Hepburn y Julie Andrews, que había interpreta­do con éxito el musical en Broadway.

- POR LUIS FERNANDO ROMO

“¡MENUDO TRABAJO! ¡Equivale a media docena de coleccione­s!”, exclamó Hubert de Givenchy cuando vio los diseños de vestuario que se habían realizado para My Fair Lady que cumple 20 años. Con un presupuest­o de 17 millones de dólares, este musical protagoniz­ado por Rex Harrison (profesor Henry Higgins) y Audrey Hepburn (Eliza Doolittle) se consideró el más caro de los estudios Warner hasta ese momento. No en vano, 93 costureras y modistas crearon 1.000 trajes con un desembolso de 200.000 libras esterlinas.

Hubert de Givenchy estaba alabando el trabajo de Cecil Beaton, que había alcanzado un estatus social elevado tras fotografia­r oficialmen­te a los duques de Windsor tras la abdicación al trono británico de Eduardo VII y, por supuesto, de convertirs­e en el retratista oficial de Isabel II. Además, el couturier era íntimo de la estrella desde que rodaron Desayuno con diamantes (1961).

Pero el maestro de la luz ansiaba más, el lujo, el glamour y la fama formaban parte del universo onírico de una infancia maltrecha y con

My Fair Lady se desquitó. De las 12 nominacion­es a los Oscar, la película se llevó 8, entre ellos el de mejor vestuario y mejor dirección artística para Beaton. El talento quedó reflejado en la transforma­ción de la protagonis­ta de florista callejera humilde a una joven refinada.

La preproducc­ión de la película no estuvo exenta de problemas. A pesar de que el director George Cukor y Cecil Beaton eran amigos, durante el rodaje no cejaron en pelearse. Se afirmaba que ese enfrentami­ento tenía que ver con cómo enfrentaba cada uno su homosexual­idad. Mientras Cukor estaba frustrado dentro del armario, el fotógrafo hablaba de ello sin pudor llegándose incluso a rumorear que le había bir

lado un noviete al realizador que mejor ha entendido a la mujer en la historia del cine.

Jack L. Warner, cofundador y presidente de los estudios, no solo no se vio forzado a contratar a Rex Harrison tras las negativas de Cary Grant, Rock Hudson o sir Michael Redgrave, sino que se negó a contratar a Julie Andrews (88), que había protagoniz­ado el musical en Broadway junto a Rex Harrison durante 2.717 funciones. En aquel momento fue en el espectácul­o más longevo en la historia teatral neoyorquin­a. Warner alegó que Andrews no era lo suficiente­mente conocida en la gran pantalla.

La actriz no tardaría en desquitars­e cuando en la gala de los Os

car de 1965 ganó la estatuilla a la mejor actriz, mientras que Audrey no estuvo nominada. Los organizado­res de la ceremonia la compensaro­n como presentado­ra del mejor actor que recayó en su compañero Rex Harrison.¨

La sangre no llegó al río entre Audrey y Julie ya que eran muy buenas amigas. Más que eso ,“eran familia”, asevera a LOC Sean H. Ferrer, primogénit­o de la protagonis­ta. “No olvidemos que Julie era la esposa de Blake Edwards, que dirigió a mi madre en Desayuno con diamantes. Durante meses, mi madre y mi padre (Mel Ferrer) lucharon porque Julie era la correcta. Llegó un momento en el que mi madre invitó a comer a los ejecutivos, les cocinó y todos estaban contentos porque pensaban que iba a aceptar. Mi madre se pasó las siguientes dos horas explicándo­les detalladam­ente por qué Julie es la mejor opción. Entonces, el jefe del estudio le dijo: ‘Mira, lo haré simple. Si no lo haces tú, no va a ser Julie y será otra”, explica Sean.

Ante esa tesitura, Julie y Audrey lo hablaron. Sean nos explica que Julie contestó:“Mejor que lo hagas tú, aunque no puedas cantar” (refiriéndo­se a Audrey). Y es aquí cuando entra una de las partes más controvert­idas porque se publicó que Marni Dixon dobló a Audrey en todas las canciones. La cantante era la voz fantasma de otros rostros conocidos en musicales como Deborah Kerr en El rey y yo (1956) y Nathalie Wood en West Side Story (1961).

POLÉMICA

La columnista de cotilleos Hedda Hopper escribió que “con Marni Nixon cantando, Audrey Hepburn ofrece solo la mitad de la actuación” a lo que Jack Warner respondió: “No sé a qué se debe tanto alboroto si lo hemos estado haciendo durante años. Incluso doblamos los ladridos de Rin Tin Tin”. A este respecto, Sean asegura que Audrey “registró todas las canciones ya que trabajó muy duro con André Previn (compositor, pianista y director de orquesta que fue el segundo esposo de Mia Farrow). Lo que hizo Marni fue grabar sobre la interpreta­ción que hizo mi madre en las tres o cuatro canciones más importante­s porque son las más operística­s”.

En la actualidad, Sean H. Ferrer está preparando el musical Buscando a Audrey, cuyo estreno mundial tendrá lugar en Madrid en 2025. En él se evoca permanente­mente la vida y obra de la protagonis­ta de Vacaciones en Roma y Una cara con ángel. Que el acontecimi­ento cultural se lleve a cabo en la capital española se debe a que después de Nueva York y Londres es la que genera mayor volumen de negocio en el mundo en cuanto a musicales. También ha podido el factor emocional. Audrey Hepburn amó con locura España. Tuvo casa en Marbella, se codeó con Luis Miguel, Lucía Bosé, Lola Flores y Aline Griffith y rodó Robin y Marian (1976) junto a Sean Connery.

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Audrey Hepburn en el papel de Eliza Doolittle, que la catapultó al estrellato, en ‘ My Fair Lady’.

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