El Mundo Nacional - Weekend - La Otra Crónica
LAS FIRMAS DE LOS 100 MILLONES QUE ASESORAN A LOS GRANDES
De los diez bufetes más importantes del país, cuatro son españoles, facturan más de 100 millones al año y sus triunfos sientan jurisprudencia. La historia de Garrigues, Cuatrecasas, Uría y Pérez Llorca.
LAS BATALLAS Y LAS VICTORIAS EN LOS
TRIBUNALES españoles tienen apellidos familiares. Muchos de los grandes juicios y de los veredictos que sientan jurisprudencia están en manos de los diez despachos más importantes de nuestro país. De todos ellos, cuatro nacieron gracias al talento de letrados que destacaron en sus profesiones y se lanzaron a formar sus propias oficinas. Unos bufetes –el primero fundado hace más de un siglo–, cuyos impulsores cedieron a sus hijos con la esperanza de que crecieran aún más y que a día de hoy superan los 100 millones de euros de facturación. Aunque de los cuatro solo uno está dirigido por familiares de los fundadores, continúan creciendo cada año, aumentan su presencia internacional, su facturación y siguen haciendo temblar al que está enfrente, pues su gestión es casi siempre sinónimo de victoria. CUATRECASAS
La muerte de su consejero delegado, Jorge Badía, el pasado fin de semana en un accidente mientras montaba en bici ha dejado a los 1.975 abogados de Cuatrecasas de luto. Este despacho es uno de los más antiguos de España y donde han sabido adaptar la firma al paso del siglo que lleva en pie. Pero antes de llegar a tener 13 oficinas en España y presencia en cuatro continentes –en África a través de acuerdos de colaboración–, esta oficina era una pequeña asesoría en la calle Escudellers de Barcelona. Allí entró a trabajar Pedro Cuatrecasas Buquet y, en 1917, tras la muerte del dueño de la asesoría, compró a su viuda la oficina e introdujo un socio para comenzar su expansión. Así, en 1938 abrieron su primera filial, en el País Vasco.
Desde entonces, el fundador se encargó de que su legado permaneciera en manos de la familia. Heredó el despacho su hijo Emilio, quien empezó a trabajar junto a su padre en la década de los 50, cuando Cuatrecasas ya era la firma de confianza de la burguesía catalana. A cargo del hijo, en 1979 se abrió la primera oficina en Madrid, en la Plaza de España.
Un año después se consumó el relevo a la tercera generación y
Emilio Cuatrecasas Figueres tomó las riendas de la firma. Con la tercera generación integrada, Cuatrecasas abrió una delegación en Bruselas coincidiendo con la entrada de España en la Comunidad Económica Europea. También se asoció con el despacho portugués Gonçalves Pereira, Castelo Branco y se convirtió en la firma ibérica más grande.
Emilio, casado con una Barceló, fue designado presidente en 2012. Pero los años de gloria de la firma coincidieron también con los más complicados para la familia. Padre de tres hijas, ninguna letrada y todas volcadas con la fundación de su madre, Africa Digna, el tercer Cuatrecasas tuvo que dar un paso a un lado cuando sus problemas fiscales le valieron una condena de dos años de cárcel y una multa de 1,5 millones de euros.
Desde entonces era Jorge Badía quien llevaba la dirección del despacho y él ostentaba la presidencia de honor, un cargo que no parece que vaya a heredar otro Cuatrecasas, pues no hay relevo generacional.
Este despacho –que fichó a Soraya Sáenz de Santamaría tras su salida de la política– cerró 2021 con una facturación de 350 millones de euros, un 11% más que el año anterior y unas cifras que lo sitúan como el segundo con más facturación de los cuatro que ocupan este reportaje.
Cuatrecasas fue la firma que asesoró en la creación del gasoducto Medgaz entre España y Argelia. Se trata de un gasoducto de plena actualidad después de que tras la crisis diplomática con Argelia, el país decidiera cortar el suministro por su otro gasoducto, el Magreb Europa, que pasaba por Marruecos. Cuatrecasas asesoró en materia fiscal en la construcción de Medgaz, que ahora transporta 10.500 millones de metros cúbicos de gas. GARRIGUES
Ocho décadas de historia y varios hitos en este tiempo tienen en sus espaldas las 2.095 personas que trabajan en Garrigues, con presencia en 12 países y una facturación de 414,2 millones de euros. Parte del éxito y la presencia internacional de Garrigues se debe al amor. Porque uno de sus fundadores, Antonio Garrigues DíazCañabate, se casó con la americana Helen Walker, madre de sus cinco hijos y la responsable de que el fundador tuviera una visión y un conocimiento de Derecho internacional. Antonio y su herma
no Joaquín fundaron el despacho en 1941, fruto de la fusión de los bufetes que tenían cada uno por separado. La familia Garrigues es fundamental para entender parte de la historia de España, que ha pasado por sus manos. Así, Antonio Garrigues fue embajador de Franco ante Estados Unidos y la Santa Sede y posteriormente ministro de Justicia del primer Gobierno tras la dictadura.
En 1954 y con tan sólo 20 años, Antonio Garrigues Walker entró en la firma fundada por su padre y su tío. Educado en el colegio del Pilar y licenciado en Derecho, siete años después fue nombrado presidente ejecutivo de la firma. Gracias a la formación internacional recibida en casa, comenzó la expansión por el extranjero. Bajo su mandato se convirtieron en el primer despacho europeo con presencia en Nueva York.
Como sucedió con Cuatrecasas, en Garrigues no ha habido relevo generacional y ahora es Fernando Vives quien desde 2014 ostenta la presidencia. Bajo su liderazgo se han convertido en el primer despacho en superar los 400 millones de facturación
URÍA Y MENÉNDEZ
Rodrigo Uría tenía un pequeño despacho en Madrid en los años 40 cuando decidió, junto a su amigo Joaquín Garrigues Walker fundar la Revista de Derecho Mercantil. Su trabajo como abogado y la revista lo compaginaba con su labor docente. Entre sus alumnos estaba Aurelio Menéndez, quien pronto pasó de ser discípulo a amigo y de ahí, a su socio.
Aunque durante años cada uno ejerció su actividad por separado, se consultaban dudas legislativas y trabajaban juntos en algunos casos. La buena sintonía de los letrados coincidió con la vuelta a Madrid de Aurelio Menéndez. En 1973 Uría, Menéndez junto con Rodrigo Uría Meruéndano, hijo del primero, abrieron su despacho en Madrid del que pronto tomó las riendas Rodrigo hijo, que antes de entrar en la firma del padre había tenido experiencia internacional.
De las largas jornadas de trabajo de las 1.055 personas que conforman Uría en la actualidad puede dar cuenta Jaime Alfonsín, jefe de la Casa del Rey, o Félix Bolaños, ministro de la Presidencia de Sánchez. También conoce el despacho el Rey Felipe, pues Aurelio Menéndez fue su mentor en la Universidad Autónoma de Madrid.
Uría es en parte responsable de algunos de los cuadros que cuelgan en las pinacotecas españolas. El despacho asesoró al Gobierno español en 1985 para recuperar
La marquesa de Santa Cruz de Goya. El cuadro había sido exportado ilegalmente e iba a ser subastado en Christie’s. El despacho fue también el representante del Estado español en la negociación de la cesión de la colección Thyssen a España.
PÉREZ LLORCA
José Pedro Pérez-Llorca estaba llamado a tener una brillante carrera política. Letrado de las Cortes, padre de la Constitución y ministro de Suárez en distintas carteras, el desmoronamiento de la UCD le hizo abandonar la política. Fue entonces, en 1982, cuando abrió su despacho junto a Antonio Jiménez Blanco y Jaime García Añoveros.
En la primera década el trabajo del despacho se limitaba a Madrid. Sin embargo, en 1995 Pedro Pérez-Llorca hijo se pone al frente de la firma y consigue su expansión y que se convierta en el cuarto despacho español por facturación, por delante de los gigantes británicos. De hecho, en abril de este año consiguió que su facturación superara los 100 millones de euros gracias al trabajo de sus 440 profesionales de 23 nacionalidades distintas.
Pérez Llorca trabajó el año pasado con el 65% de las empresas del Ibex35. Una de sus victorias más recientes y conocidas fue la que consiguió con el Banco Santander en los litigios en relación con la resolución de Banco Popular. El TJUE, en esencia, sentenció que es incompatible con el Derecho de la Unión que los antiguos accionistas o acreedores subordinados de Banco Popular puedan ejercitar acciones frente a Banco Santander tendentes a recuperar la inversión perdida tras el proceso de resolución bancaria, dando así la razón a Banco Santander.
El despacho también está asesorando en la fusión de Orange y Masmovil, una operación valorada en 20.000 millones de euros.