El Mundo Nacional - Weekend - La Otra Crónica
EL TRAMPOLÍN DEL REY JUAN CARLOS
Bañador ajustado rojo. El Príncipe, al borde del trampolín de su piscina. Es poco probable que hoy se repitiera una imagen similar de un futuro jefe de Estado.
CON UNA CADENA DE ORO COLGADA DE SU cuello, brazos bronceados hasta donde permite la manga de la camiseta y un bañador rojo ajustado con el que difícilmente veríamos hoy a un rey o a un heredero (o no, al menos, en un posado preparado), Don Juan Carlos se sitúa delante de la cámara del fotógrafo Manuel Litran que recoge el momento en el que el Príncipe está a punto de lanzarse al agua. La instantánea está tomada en julio de 1971.
La escena del chapuzón regio que se da tras el disparo de Litran sucede de la siguiente manera: Juan Carlos da un par de saltitos en el filo del trampolín, en el tercero se tira de cabeza, se zambulle en el agua y nada hasta el otro extremo de la piscina.
Aunque no es la única, no hay muchas fotos de Don Juan Carlos en bañador y sin camiseta y menos aún, tan oficiales. Un posado veraniego que nunca ha repetido su hijo Felipe, ni siendo Príncipe ni como Rey.
Y es que hubo una época, allá por los años 70, cuando Juan Carlos de Borbón era solo el Príncipe al que Franco había designado como sucesor, en la que el régimen se empeñó en mostrar en circunstancias cotidianas (así las consideraban quienes tomaban estas decisiones) al futuro monarca y a su familia. Se había casado con Sofía de
Grecia en el 62 y ya eran padres de sus tres hijos. La intención era que, poco a poco, el pueblo (y también Europa) se encariñase con quien iba a ocupar el trono español, vacío desde que de él se levantara obligado su abuelo Alfonso XIII, 40 años antes. Por eso existen fotos de la familia jugando en uno de los salones de su residencia, el Palacio de la Zarzuela, de Don Juan Carlos enseñando a montar en bicicleta a sus hijas, de los tres infantes en la fiesta del quinto cumpleaños de Cristina con gorritos, tarta, vasos y platos de papel, del real y entonces feliz matrimonio jugando al futbolín e, incluso, esta del Príncipe en el trampolín de la piscina.