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MALLORCA: VUELVEN LAS REGATAS, EL LUJO, LAS FIESTAS... PERO SIN LOS RUSOS
En Puerto Portals volvieron los TP-52, esos barcos de fibra de carbono, ligeros y majestuosos, que compiten en la regata que equivale a la Fórmula 1 del mar. Sus propietarios son aficionados multimillonarios para los que navegar es un placer aunque les cueste fortunas.
A estos armadores les gusta el ambiente relajado, cosmopolita y elegante de Portals, el puerto mallorquín creado por el empresario alemán Klaus Graf, un visionario que intuyó las posibilidades de esa costa de Calviá para convertirla, en los años 80, en uno de los puertos de yates de lujo más importantes. Hay lleno total en los amarres y lista de espera, cuenta Álvaro Irala, director del puerto.
A la muerte de Graf, su hija Corinna ha sabido aumentar el potencial del puerto, ganando espacio sin romper el estilo mediterráneo original. En 2023 se estrenará la torre panorámica, con restaurante, gimnasio y centro de estética.
Corinna Graf tiene también metas más ambiciosas, como la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente. Está volcada en programas para que los navegantes y sus barcos, cuiden la posidonia, esa planta marina que es el pulmón de la costa mediterránea.
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En Portals, el restaurante Flanigan de Miguel Arias sigue a tope, aunque en sus mesas ya no está, como solía, su amigo Don Juan Carlos. La Familia Real actual no quiere saber nada del ancien regime y sus gustos y costumbres. Portals es demasiado mundano, aunque el Príncipe Felipe y sus amigos vivieron allí sus primeros romances. Todo lo que recuerde al reinado anterior, está prescrito (y proscrito).
En la Super Series de este año, se notó la ausencia del armador ruso Vladimir Liubomirov, íntimo amigo y colaborador de Putin y jefe supremo de Gazprom, la empresa más importante de Rusia en petróleo, gas y otras materias primas. El camarada Vladimir es quien corta el gasoducto cuando se lo manda su amigo el presidente y quien puede matarnos de frío este invierno.
Liubomirov tenía seis barcos de competición en el puerto de Valencia y cuando Rusia atacó Ucrania, el Gobierno se los embargó como al resto de los oligarcas. En otros años, en Portals se le veía un hombre discreto.
Acompañaban a su equipo unas guapísimas señoritas rubias, acreditadas como periodistas. Luego nos hemos enterado de que eran escorts y hacían de todo menos informar.
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La actividad del puerto ha seguido paralela a la competición náutica. Hace unos días celebraron su Flower Power, fiel a las consignas pacifistas de los años 60 y 70. Y también a su música, la de Bob Marley, Tina Turner, Prince, David Bowie o Freddie Mercury. Y hasta aparecieron John Lennon y Yoko Ono cantando Give Peace a Chance desde aquella cama de la suite 1742. La antigua Miss España Lorena Bernal y su marido, el entrenador Mikel Arteta, se unieron a la fiesta.
En pocos días se inaugura en el bulevar el Sunset Market, un mercadillo muy vistoso al que nunca falta la Reina Sofía, que siempre compra regalos para sus nietos.
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El Atlántida Mallorca Film Fest se afianza en Palma como una muestra interesante de buen cine. Un festival dirigido por Jaime Ripoll, el fundador de la plataforma Filmin, a la que está suscrita la Reina, gran aficionada al cine. En la clausura, el próximo domingo, estará Letizia junto a la estrella de la velada, Isabelle Huppert. Seguro que habrá buena sintonía entre la Reina y la actriz francesa. Además de su inmenso talento, es feminista y comprometida con sus personajes. Desde Madame Bovary, a su papel en la película La historia de la mujer, defendiendo el aborto.
Marina Abramovic, famosa por sus performances, estrenó Las siete muertes de María Callas, que inauguró el festival.
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Agatha Ruiz de la Prada sopló 62 velas en su casa de Costa de los Pinos, al norte de Mallorca. En su fiesta de cumpleaños nunca faltan sus mejores amigos. El doctor Juan Peñas y Tata, su esposa; Blanca Entrecanales, la flamenca Davinia y Mario Niebla del Toro. El arquitecto Lázaro Rosa Violán ha encontrado una solución para la polémica piscina de Agatha: cambiarla de sitio, cerca del salón. La que tanto denunciaron ecologistas y el Govern balear está vacía, pero a ella y a sus invitados les da igual. Tienen el mar a cuatro escalones de la casa.