El Mundo Nacional - Weekend - La Otra Crónica
300.000 MILLONES Y VARIAS TRAGEDIAS
EL IDEÓLOGO DEL PROYECTO arquitectónico del Rockefeller Center fue John D. Rockefeller, fundador de la Standard Oil cuyo oro negro generó tanto dinero que a principios del siglo XX su fortuna equivalía al 2% de la economía norteamericana y casi el 3% del PIB de Estados Unidos. En definitiva, controlaba el 95% de la extracción, refinamiento y distribución del petróleo en todo el planeta. A su muerte en 1937 tenía 300.000 millones de dólares. Parte de su ascenso económico-social se lo debía a su asociación con Cornelius Vanderbilt, propulsor del ferrocarril.
Sin embargo, ese dineral no sirvió para tapar un oscuro secreto de su progenitor, acusado de bígamo (su otra esposa fue el ama de llaves) y timador, ya que entre sus turbios negocios se hizo pasar por un vendedor ambulante sordomudo y por médico para comercializar medicamentos patentados. El megamillonario jamás hizo alarde de ostentación como en su día ejemplificaron los Astor y los Vanderbilt durante la Época Dorada.
Un dato curioso. La mansión familiar se demolió para diseñar los jardines del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMa), cofundado por su esposa Abby. La filantropía siempre ha estado en los genes de una de las estirpes más influyentes del planeta ya que, por ejemplo, cuando su hijo David Rockefeller murió a los 101 años en 2017 dejó en su testamento 200 millones de dólares a la pinacoteca.
Los descendientes de John D. Rockefeller vivieron como marajás, aunque sus existencias no estuvieron libres de desgracias y escándalos. Su único heredero, John D. Rockefeller Jr, vivió en un tríplex de 1.800 metros en el 740 de Park Avenue, aún considerado el edificio residencial más exclusivo del mundo construido por James T. Lee, abuelo de Jackie Kennedy. Si alguien desea comprar algún apartamento, la comunidad de propietarios exige al inquilino que lo pague a toca teja y que tenga una liquidez mínima de 100 millones de dólares en el banco. A pesar de su vasto patrimonio, al hijo del fundador de la Standard Oil
El patriarca, John, tenía 300.000 millones a su muerte
Michael Rockefeller desapareció en Nueva Guinea en 1961
le daban arrebatos de tacañería. Cuando pidió a Winston Churchill que escribiera la biografía familiar se negó a pagarle los 250.000 dólares que le pedía. La tarea recayó en un historiador de la Universidad de Columbia.
RUPTURA SENTIMENTAL
John D. Rockefeller tuvo seis hijos, Abby, John, Nelson, Laurance, Winthrop y David, que diversificaron sus dólares en bancos, eléctricas, medios de comunicación y bienes raíces, incrementado el patrimonio familiar a pasos agigantados sin olvidar el leitmotiv del patriarca: “Gana lo que puedas, guarda lo que puedas y reparte lo que puedas”. También influyeron a nivel político. Durante décadas, los Rothschild ayudaron con préstamos a los Rockefeller. De los descendientes, Nelson y David fueron los más interesantes para la prensa rosa.
Nelson fue vicepresidente de Estados Unidos (1974-1977) durante el mandato republicano de Gerald Ford, quienes contaron con Henry Kissinger (99), secretario de Estado y consejero de Seguridad Nacional, para satisfacer sus necesidades imperialistas. No en vano, Kissinger siguió vinculado estrechamente a David Rockefeller a través del Club Bilderberg, una estructura de poder que planifica los acontecimientos mundiales con varios años de antelación. Nelson fue pasto de los cotilleos cuando falleció de un infarto en su despacho en 1979 a los 70 años. Al menos, esa fue la versión oficial, porque su secretaria, Megan Marshack, de 25 años, confirmó que habían mantenido sexo antes del fatal desenlace. No le hicieron la autopsia.
Por si fuera poco, su único vástago, Michael, apasionado antropólogo de las tribus de Nueva Guinea, desapareció en aquel país con 23 años en 1961. Se dijo que había sido pasto de los caníbales. Tras el suceso, su madre, Mary Clark, se divorció alegando crueldad mental.
Durante las últimas décadas del siglo XX David Rockefeller fue el gran poder en la sombra. Ostentó el poder geopolítico del mundo valiéndose de su puesto como presidente del Chase Manhattan Bank, denominada coloquialmente como Banca Rockefeller y que actualmente se denominada J. P. Morgan Chase, la primera institución bancaria de EEUU. Su idílica vida de millonario se truncó en 2014 cuando su hijo Richard falleció mientras pilotaba su avioneta. Fue el único miembro de la familia en militar con los demócratas y el que decidió alejarse de las inversiones para colaborar con Médicos Sin Fronteras.
Hay tantos Rockefeller deambulando que ninguno se percató de la suplantación de identidad de Christian Karl Gerhartsreiter, que se presentó en la alta sociedad americana como Clark Rockefeller. En su apartamento neoyorquino había obras de arte de Mondrian y Pollock (falsos, of course), alegaba ser íntimo de Britney Spears y George Lucas y en 2013 fue sentenciado a 27 de prisión por el asesinato de un matrimonio.