UNA FOTO EN BAÑADOR O UNA CAMPAÑA DE MODA

Hasta un sencillo bañador negro deja de serlo y sube de categoría cuando es la hija de la princesa Carolina quien lo lleva. Y no importa la marca. Es lo que tiene ser icono de estilo.

ICONO DE ESTILO, REFERENTE DEL GLAMOUR, heredera de la elegancia de su madre y de su abuela... Son muchos los adjetivos que suelen emplearse cuando se habla de Carlota Casiraghi y todos ellos vienen a decir que la chica viste muy bien, que todo lo que lleva le sienta como un guante y que lo que se pone se convierte en tendencia (en la versión original para los bolsillos más afortunados o en la low cost para la mayoría de los mortales). Tanto es así que la sobrina del príncipe Alberto de Mónaco (más o menos el equivalente monegasco de nuestra Victoria Federica Marichalar) ocupa tantas páginas de la prensa rosa como de las publicaciones enfocadas en la moda. Como ocurrió hace unas semanas, cuando la joven (tiene 36 años) fue captada en las playas de Antibes con un clásico, sencillo, discreto y básico bañador negro. Carlota se alojaba en el exclusivo Hotel du Cap-Eden-Roc de la localidad de la Costa Azul, donde se encontraba porque días antes había asistido al Festival de Cannes. Que acudiera a la gran cita cinematográfica con su marido, Dimitri Rassam, pasa a un segundo plano por detrás del análisis del vestidazo de Chanel (es embajadora de la firma francesa) que escogió para la cita cultural. Y algo así pasó con el traje de baño que lució en su chapuzón regio en aguas del Mediterráneo. Porque, según las revistas especializadas, el bañador de Casiraghi es más que un bañador, es la elección perfecta, es infalible, un fondo de armario (Telva), elegante, sofisticado (Glamour), es poderoso y tiene presencia (SModa)...

Aunque no ha llegado a saberse qué prohibitivo logo está presente en la etiqueta de tan piropeada prenda

(dicen que las gafas de sol que lleva son de Chanel y cuestan alrededor de 500 euros) hay versiones asequibles en muchas marcas. Y así usted podrá presumir en sus vacaciones de llevar mucho más que un bañador negro...

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