El Mundo Nacional - Weekend - La Otra Crónica

POR LUIS FERNANDO ROMO LA FAMILIA ÁRABE DE LOS 1,6 TRILLONES QUE GOBIERNA CON MANO DE HIERRO

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Si hablamos de gran familia por número de miembros, ésta se lleva la palma. Tiene más de 15.000 integrante­s de los cuales 2.000 tienen acceso a una riqueza inmensa. La revista ‘Forbes’ se afana en aglutinar sus cifras y sólo el príncipe heredero, Mohamed bin Salman, tendría unos 5.000 millones de dólares. A él le gusta disfrutar de su fortuna y tiene un yate llamado Serene en el que cuelgan joyas pictóricas como el ‘Salvatore Mundi’. Una vida llena de lujos y excentrici­dades.

EXISTEN DIFERENTES PARÁMETROS para medir el poder de una familia, pero cuando el apellido da origen al nombre de un país nos encontramo­s ante un fenómeno sin precedente­s en cuanto a supremacía. El moderno estado de Arabia Saudí creado hace justo nueve décadas hinca sus raíces en Ibn Saud, patricarca de la dinastía Al Saud que en árabe significa “el reino de origen puro de la casa de Saud”. Su reinado empezó en 1932 hasta su muerte en 1953. Le han ido sucediendo en el cargo algunos de sus 37 hijos.

La revista Forbes ha calculado la fortuna de los Al Saud en 1,6 trillones de dólares, pero hay que tener en cuenta que la familia la componen más de 15.000 miembros de los que 2.000 tienen acceso directo a esa inconmensu­rable riqueza. Los más conocidos en los últimos años son el príncipe Alwaleed bin Talal Al Saud (67), quien poseería unos 20.000 millones de dólares y Mohamed Bin Salman (36), el príncipe heredero que tendría unos 5.000 millones de dólares y que según la CIA ordenó el asesinado del periodista Jamal Khashoggi y posee una visión más aperturist­a de la ya de por sí opresora sociedad saudí.

Al joven le gusta disfrutar de la vida a todo trapo. En una de las paredes de su yate de lujo bautizado como Serene, de 134 metros de eslora y valorado en 485 millones de euros, está colgado el Salvatore Mundi, supuestame­nte de Leonardo de Vinci, que compró en una subasta por 389 millones de euros.

En ese afán por conquistar y conservar uno de los tronos más poderosos del mundo, los sobornos, los pinchazos telefónico­s de los servicios secretos, los intentos de asesinato y el encarcelam­iento de príncipes opositores a Mohamed Bin Salman están a la orden del día. A pesar de que se ha mostrado más complacien­te para que las mujeres tengan algo más de libertad –pueden conducir y asistir a campos de fútbol– y está enfrascado en un megalómano proyecto denominado Visión 2030 que pretende convertir el país en el epicentro económico que conecte Europa, África y Asia, algunos expertos aseguran que no es trigo limpio.

Saad al Jabri, ex espía saudí, confesó al programa CBS News que el actual hombre fuerte de Riad es un “psicópata” y un “asesino” que intentó acabar con la vida del rey Abdalá –sucedió en el trono a su medio hermano el rey Fahd y también era medio hermano del rey Salman– con un anillo con veneno ruso que no habría dejado rastro. Sin embargo, Abdalá falleció por causas naturales. Este último castigaba a su descendenc­ia sin que le temblara la mano. Sus hijas Sahar, Hala, Maha y Yawaher vivieron durante más de una década en un ruinoso complejo palaciedgo en Yeda y en 2016 se desvanecie­ron del mapa.

El REY FAHD

Sin embargo, de entre todos los miembros reales saudíes, el más interesant­e para la prensa rosa fue el rey Fahd de Arabia, íntimo amigo del rey Juan Carlos I, al igual que su hermano, el rey Salmán Bin Abdulaziz (86) quien aquejado de Alzhéimer ha hecho que Mohamed Bin Salman sea el que gobierne de facto. La llegada a Marbella del rey Fahd en verano se traducía en una lluvia constante de petrodólar­es. Pisó la Costa del Sol por primera vez en 1979 tras haber desbancado el Casino de Montecarlo, lo que motivó que Rainiero III de Mónaco quisiera seguirle el rastro. Para el que fuera el único monarca absolutist­a de Europa, esa tierra andaluza no le era ajena ya que junto a Grace Kelly acudieron a la inauguraci­ón de Puerto Banús nueve años antes. El rey Fahd aún no había mandado edificar su inexpugnab­le casoplón a imagen y semejanza de la Casa Blanca, por lo que se alojó en el Incosol.

Según el periodista José Luis Yagüe, el primero en conseguir unas declaracio­nes del monarca, nada más ver el paisaje, exclamó: “Marbella me recuerda a Tierra Santa y deseo hacer una donación para construir un hospital”. Como Cristóbal Martínez-Bordiú, marqués de Villaverde y yerno de Franco, había abierto ya una clínica, el alcalde marbellí convenció al rey Fahd para que financiara viviendas sociales, por lo que este no dudó en extender un cheque de dos millones de dólares de la época.

Con el tiempo, el soberano saudí construyó un complejo en el que destaca Mar-Mar, considerad­o urbanístic­amente el único edificio con categoría de palacio en la zona. Cada vez que venía, Marbella le rendía pleitesía. Varios Boeing 747 le trasladaba­n junto a su séquito de 3.000 personas que gastaban en la ciudad alrededor de 6 millones de euros diarios, un jardinero cobraba 3.000 euros mensuales y una floristerí­a proporcion­aba flores frescas por 1.500 euros al día. La persona que recomendó a los Al Saud la Costa del Sol fue Adnan Khashoggi, célebre traficante de armas cuyo progenitor fue el médico de la familia real.

El personaje más atrayente para la prensa rosa fue el rey Fahd

Se quedó fascinado con Marbella, que le parecía “Tierra Santa”

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EFE

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