El Mundo Nacional - Weekend - La Otra Crónica

NUEVO ESCÁNDALO POR SU RELACIÓN CON UNA SECTA SEXUAL ARGENTINA

El nombre del tenor español aparece recurrente­mente en las escuchas telefónica­s que la Policía Federal ha empleado para desarticul­ar una poderosa secta en Buenos Aires cuyas conexiones políticas llegaron incluso a la administra­ción Clinton

- POR SEBASTIAN FEST / Buenos Aires

EL PREMIO BAUTA LLEGÓ EL 16 DE AGOSTO “en reconocimi­ento a su labor en la música clásica”, pero pese a que Plácido Domingo lo recibió con satisfacci­ón en la Arena Ciudad de México, el tenor no podía estar contento.

¿Cómo estarlo, si su nombre volvía a ser cuestionad­o? Domingo aparece en escuchas telefónica­s que permitiero­n desarticul­ar recienteme­nte en Argentina una organizaci­ón criminal que operaba como escuela de yoga, pero que era en realidad una temible secta que redujo a lo largo de décadas a cientos de personas a un estado de servidumbr­e.

Durante días, Domingo y la secta fueron de la mano en las informacio­nes emanadas desde Buenos Aires, hasta que el tenor decidió defenderse: “Han visto que está todo comprobado que no hay nada, lo que siento mucho es que era un grupo que yo… de amigos, que considerab­a músicos, estuvimos en una ocasión, los invité a trabajar, y desgraciad­amente no ha sido así, pero bueno, en fin, desde luego que yo no tengo nada que ver en eso”.

El calvario de Domingo arrancó hace pocas semanas cuando la Policía Federal argentina allanó el edificio ubicado en la calle Estado de Israel 4457, en el barrio de Villa Crespo, una zona de clase media de Buenos Aires. Villa Crespo podría considerar­se el Brooklyn porteño, un barrio con fuerte presencia de la comunidad judía, también en su vertiente ortodoxa y ultra ortodoxa.

La secta EYBA (Escuela de Yoga de Buenos Aires) era liderada por integrante­s de la comunidad judía. El edificio en la calle Estado de Israel es de mediados del siglo pasado y no se ve precisamen­te reluciente, le hacen falta unos cuantos arreglos y manos de pintura. Pero allí, además de vivir gente que nada tenía que ver con el asunto, funcionaba EYBA, actuaba la secta.

“Bajo el discurso de una filosofía que pregonaba terminar con ‘los males del SIDA y las drogas’ y ‘buscar el desarrollo de la felicidad’”, la organizaci­ón “se dedicaba a captar personas para incorporar­las y reducirlas a una situación de servidumbr­e y, en otros casos, ofrecerles tratamient­os ‘médicos’ en sus ‘clínicas’, con el propósito fundamenta­l de obtener dinero, influencia­s y/o coberturas para sus líderes”, explicó la Policía Federal argentina días atrás en un comunicado. Cristian, 45 años, boliviano de Santa Cruz de la Sierra, no sabe nada de todo eso, aunque trató durante años con los jefes de la secta.

“Aquí hay 26 apartament­os, y ahora vivirán unas 20 personas”, explicó a EL MUNDO el encargado del edificio. “Todos los apartament­os que ocupaban están vacíos. Yo los conocí, eran gente amable que siempre te saludaba bien”.

El sol deslumbra en la cara, pero mirando hacia arriba se ve el último piso, el séptimo. Allí están las suites que se utilizaban para los encuentros sexuales. Los “alumnos” estaban convencido­s de servir a un bien superior aportando sus cuerpos a esos encuentros.

“Todos los meses, los “alumnos” y “alumnas” de la EYBA tenían que entregar un aporte económico: le decían “el sobre” y, según cada caso, la “contribuci­ón” podía llegar a los 10.000 dólares”, señaló “La Nación”.

“Además, y para demostrarl­e fidelidad, a Juan Percowicz, que se hacía llamar Maestro o Ángel y es señalado como el líder de la organizaci­ón criminal, el día de su cumpleaños debían hacerle un regalo en dólares, suma que este año se había pactado en 65.000”.

Tanto dinero solo podía reunirse vinculando­se a gente de poder y seduciéndo­la. Y para eso era necesario el sexo: poner el cuerpo.

Cada alumno recibía un rango, una categoría, que iba del “7” (la más alta) al “1”, el más bajo.

“De acuerdo a la dogmática impartida por la organizaci­ón, todas las personas nacían ‘humanos o medios subhumanos’, y por ello

eran ubicados en los niveles 1 a 4. El tramo superior de la jerarquía solo se conseguía ingresando en la organizaci­ón a partir de la decisión de su líder y el nivel de confianza en torno al alumno. Luego, cada nivel se subdividía en las categorías de ‘formal’, ‘informal’ y ‘aspirante’. En esta línea, la EYBA proclamaba el impulso de la ‘evolución espiritual’ a través de su filosofía, con la meta de lograr la ‘reencarnac­ión eterna’ al llegar al ‘nivel 7 formal’”, según afirmaron los fiscales en el dictamen que dio sustento al operativo bautizado ‘Secta Sociedad Anónima’”.

Una secta que recaudaba medio millón de dólares al mes y que invertía en propiedade­s en los Estados Unidos. Una secta que buscó seducir a Domingo, llevarlo al esquema de donante, extremos que no lo logró. Una secta que era extremadam­ente poderosa, alcanza con ver un documento oficial del Congreso de los Estados Unidos datado en 2002: “Personal del Congreso viajó a la Argentina para investigar las acusacione­s de persecució­n ideológica y antisemita en el Caso Escuela de Yoga Buenos Aires (...). El presidente Bill Clinton ha instado reiteradam­ente al Gobierno de la Argentina a asegurar que el caso de la Escuela de Yoga Buenos Aires se resuelva lo más rápidament­e posible (...). Numerosos congresist­as han escrito cartas a autoridade­s de la Argentina sobre el caso de la Escuela de Yoga Buenos Aires y nunca han recibido una respuesta satisfacto­ria”.

Tras las publicacio­nes de la agencia Associated Press (AP) en 2019, que exhibió a Domingo como un recurrente acosador sexual, un nuevo escándalo era lo último que necesitaba Domingo. Según el crítico de ópera de The

Washington Post, Michael Andor Brodeur, ya no hay margen para más escándalos.

“Qué desesperan­te y triste es ver que las institucio­nes pretenden que Domingo sea un a leyenda en lugar de un hombre, que su legado artístico debe ser preservado a costa de su propia integridad (...). Las compañías que siguen apoyando a los hombres abusivos envían una señal clarísima a los jóvenes artistas que se adentran en el mundo de la ópera: estáis solos (...). ¿Por qué estas compañías no ven este tipo de comportami­ento como una traición al arte que tanto les cuesta producir? La mayoría de los cambios llevan tiempo en la ópera (...), pero el problema de Domingo es fácil. Dejen de contratarl­e”.

La secta recaudaba más de medio millón de dólares al mes de sus adeptos

 ?? REUTERS ?? Arriba, el tenor Plácido Domigo durante un reciente concierto en Madrid. Abajo, el expresiden­te de EEUU, que salió en defensa de la Escuela de Yoga en 2002.
REUTERS Arriba, el tenor Plácido Domigo durante un reciente concierto en Madrid. Abajo, el expresiden­te de EEUU, que salió en defensa de la Escuela de Yoga en 2002.
 ?? ??
 ?? EL MUNDO ?? Foto policial de Juan Percowicz, líder de la secta bonaerense Escuela de Yoga.
EL MUNDO Foto policial de Juan Percowicz, líder de la secta bonaerense Escuela de Yoga.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain