El Mundo Nacional - Weekend - La Otra Crónica
ISABEL II MURIÓ SIN ABDICAR.
Si la difunta reina de Inglaterra hubiera abdicado en el príncipe de Gales todo sería más fácil. Ahora todo parecerá improvisado. Se dirá que todo ha ido según lo previsto, pero no será verdad. Debió abdicar hace años y no le dio la gana. Nunca perdonó a Carlos ni a Di. Y su muerte revela el enredo de los Windsor, los líos sexuales y los rencores a la hora de repartir títulos y una inmensa fortuna. El funeral no será como el del duque de Edimburgo, casi en la clandestinidad. Miles de horas de televisión refrendarán el valor mágico de la institución.